La Silla de Doma Prestige Monza es un verdadero testimonio de artesanía y calidad. Confeccionada con el mejor cuero italiano, esta silla no solo es estéticamente atractiva, sino que también está diseñada para brindar un ajuste ergonómico excepcional a la espalda del caballo. Su forma y construcción garantizan un equilibrio perfecto entre comodidad y rendimiento.
El asiento de la Silla de Doma Prestige Monza está cuidadosamente cubierto con doble cuero, lo que proporciona al jinete una sensación de agarre óptimo y una comodidad inigualable. El diseño inteligente y la elección de materiales de alta calidad garantizan que el jinete pueda mantener una posición estable y segura durante todo el tiempo que estén en la silla.
Los cojines de la silla están rellenos de lana sintética, lo que les confiere una gran durabilidad y practicidad. Además, la posibilidad de rellenarlos fácilmente permite adaptar la silla a las necesidades específicas de cada caballo y jinete. La lana sintética conserva su forma de manera excepcional, por lo que los cojines no se deforman ni se hunden, incluso después de un uso prolongado. Esto garantiza una distribución equilibrada del peso y una comodidad duradera para el jinete y el caballo.
Además de su excepcional rendimiento y comodidad, la Silla de Doma Prestige Monza se destaca por su elegancia y estilo. Los detalles de diseño cuidadosamente elaborados resaltan la artesanía y la sofisticación de esta silla, convirtiéndola en una opción ideal tanto para entrenamientos diarios como para competiciones de alto nivel.
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- La comodidad del caballo: para lo que sin duda deberemos analizar su constitución física.
Resulta necesario tener en cuenta el tamaño de nuestro caballo y seleccionar una silla que se adecue a su físico, incluso con el jinete montado. - La comodidad del jinete: cada uno tiene sus propios gustos y un estilo en particular a la hora de montar. Si el jinete se encuentra cómodo se lo transmitirá al caballo y éste irá también más a gusto.
- Las posibilidades económicas de cada uno: marcarán la zona por la que podemos movernos, teniendo en cuenta que el mercado nos ofrece una amplísima variedad de modelos de todas las clases y precios.
- Vigila el relleno de la silla: si lleva en exceso puede provocar rozaduras, puesto que la montura tendrá tendencia a desplazarse de lado a lado; pero si por el contrario el relleno es insuficiente, podemos estar poniendo en peligro la columna del caballo.
Además si el relleno está apelmazado, producirá una presión localizada, que terminará produciendo molestias y rozaduras. - No elijas monturas muy anchas: rozan la cruz del caballo.
- Lo mismo puede suceder si te decantas por una silla con el borren delantero bajo.
- Si la montura está muy separada del dorso, debes pensar que se trata de un tamaño pequeño para su caballo ( la silla resulta estrecha).
Debes saber que el puente de la montura debe tener una anchura mínima de 7,6 cm. de lado a lado. - Si la montura se hunde en el caballo y el borrén queda demasiado cerca de la cruz, la silla resulta demasiado ancha para el caballo.
Si una montura no tiene el tamaño adecuado a la constitución del caballo o no está bien puesta, se convertirá en una fuente constante de problemas que muchas veces achacamos a otras razones, pensamos que el caballo es rebelde o que tiene algún problema de salud, cuando en realidad lo único que está ocurriendo es que le obligamos a pasar un mal rato al colocarle la silla.
Pero, ¿cómo saber que la silla se adapta correctamente a nuestro caballo? Es preciso tener en cuenta los siguientes puntos:
- Al probarla, comprueba que el arzón de la montura sea del tamaño y la forma adecuados.
- Ten en cuenta que una vez colocada, la montura no debe hacer presión sobre la columna del caballo (tanto con jinete como sin el); tampoco debe pesar sobre el dorso. El peso debe estar repartido de manera uniforme sobre los músculos lumbares.
- La montura deberá quedar bien asentada y nivelada.
- El borrén delantero nunca deberá presionar la cruz. Calcula que entre el borrén y la cruz quede un espacio de aproximadamente 4 dedos.
- Comprueba que la silla no limita de ninguna manera los movimientos del caballo.
Por supuesto, si observamos que esto ocurre, deberemos tomar medidas inmediatas, bien cambiando la silla o bien acudiendo a una guarnicionería para que la arreglen y adapten correctamente a nuestro caballo. No es buena solución colocar simplemente un sudadero más grueso, puede que por un tiempo solucione el problema, pero volverá a aparecer en breve y quizás de manera más grave.
Por último, ten en cuenta que el hecho de que una montura haya funcionado correctamente con un caballo durante algún tiempo no significa que lo haga así siempre. Lo más normal es que el caballo vaya cambiando (un caballo joven puede modificar su físico al madurar, puede adelgazar o por el contrario engordar ) y, además, el uso de la silla supone su desgaste y por tanto el ajuste ya no será el mismo que en un principio.
Es recomendable que cada cierto tiempo le echemos un vistazo a cómo se adapta la montura a nuestro caballo.