Después de un día de pesca, no solo hay que prestar atención a la limpieza de la caña de pescar, sino también al resto de elementos y sin duda el carrete es el más importante de todo ellos.
Por sus especiales características, un carrete de pesca suele acumular restos de arena, de cebo, de sal… por lo que es de suma importancia que lo limpiemos adecuadamente si queremos que tenga una larga y correcta vida útil.
Siempre recomendaremos que se realice una limpieza de caña y carrete después de cada día de pesca, así como una limpieza más a fondo al final de la temporada. De esta forma reduciremos el desgaste producido por el uso, y que se ve más agravado en caso de pesca en agua salada.
Si queremos aumentar la vida útil de nuestro equipo de pesca, es fundamental que cuanto antes seamos capaces de interiorizar el hábito de limpieza como un paso más a llevar a cabo al final del día de pesca, ya que así se evitará la oxidación y la rotura de las piezas, se mantendrá en perfectas condiciones durante más tiempo, y tendremos listo todo el equipo para el siguiente uso.
LA CAÑA Y EL CARRETE
La caña de pescar se debe lavar después de cada uso, y antes de guardarla dentro de su funda se debe secar por completo, para que no sufra daños como consecuencia de guardarla húmeda. Para lavarla, se aconseja mezclar agua fría con jabón líquido, y utilizar una esponja bien empapada en esa mezcla para retirar la suciedad de la superficie de la caña siguiendo todo el tiempo una misma dirección. Una vez limpia, se debe secar adecuadamente. Después aplicaremos un lubricante específico en la superficie y procederemos a retirar el exceso, para guardar la caña totalmente seca.
Todo esto en cuanto a lo que se refiere a la caña, pero si hablamos de carrete, lo primero a considerar es que será necesario siempre separar el carrete de la caña. Nunca intentaremos hacer una limpieza con el carrete montado, ya que las consecuencias pueden ser nefastas.
Dicho esto, una vez desmontado el carrete, deberemos introducirlo durante unos minutos en agua fría que contenga un buen chorro de jabón líquido. De esta forma conseguiremos eliminar la suciedad más externa, así como cualquier posible resto de salitre.
Transcurridos esos minutos, lo sacaremos del agua jabonosa, lo enjuagaremos con abundante dulce a presión (ligera) y, por último, lo secaremos bien, utilizando un pañuelo de algodón que esté seco y limpio.
LIMPIEZA DE CADA PARTE DEL CARRETE
Una vez que hemos desmontado el carrete de la caña y lo hemos lavado bien en agua dulce, si queremos realizar un mantenimiento completo del carrete el siguiente paso consistirá en desmontar su bobina, para lo que basta con desatornillar el tornillo central.
Una vez separada, con un cepillo de dientes limpio se debe retirar la suciedad, y después procederemos a sumergirla unos minutos, incluso con el hilo enrollado, en agua con jabón líquido, o en agua con agua destilada. Tras el transcurso de esos minutos (10-15), hay que aclarar bien la bobina, secarla con un paño de microfibra y con toallas de papel para asegurarnos de que retiramos el agua en su totalidad.
Después la dejaremos secar al aire libre el tiempo suficiente para garantizar que se secan correctamente todas las piezas metálicas.
Cada cinco o siete usos se recomienda que también se lubriquen las partes móviles, que son las que se ven en el carrete cuando se retira la bobina, así como la línea de guía, y en especial la base del eje central. Además, esta lubricación especial para bobinas será de gran ayuda a la hora de proteger el carrete contra la humedad.
Otra parte a tener en cuenta en la limpieza es la parte de la manivela y el freno. También conviene desmontarlos, lo cual suele hacerse retirando una tuerca (recomendamos consultar las instrucciones de cada fabricante y modelo en concreto), para eliminar la suciedad, y a continuación lubricar la cabeza del carrete, la manivela, el eje, el asiento de rotación compuesto normalmente de un pequeño rodamiento de bolas, y la junta que permite plegar la manivela contra el cuerpo del carrete.
Asimismo, es importante limpiar y lubricar las partes internas del carrete. Pero ojo con esta parte, porque suele resultar mucho más complicado, de hecho para abrir muchos carretes se recomienda que se haga con ayuda de un profesional, para garantizar que posteriormente podremos volver a montarlo sin que pierda ninguna funcionalidad.
Ten en cuenta que existen carretes que cuentan con una abertura en la que se puede aplicar lubricante, sin que sea necesario desmontar el carrete. Esta lubricación de las partes internas, sería suficiente con realizarla cada dos o tres temporadas de pesca, ya que los mecanismos internos ya tienen un poco de grasa.
VOLVER A MONTAR EL CARRETE
Una vez hecha la limpieza de las partes internas, debemos montar de nuevo el carrete.
Este trabajo de montaje debe realizarse de forma cuidadosa, apretando correctamente los tornillos, y aplicar un lubricante específico para la zona externa.
A la hora de guardar el carrete (y la caña) deberemos buscar un lugar que reúna las siguientes características:
– Evitar la existencia de polvo o que éste puede alcanzar al equipo de pesca.
– Debe ser un lugar seco, para evitar la oxidación de las piezas de metal a causa de la humedad.
– Evitar que el sol incida directamente sobre las diferentes partes del equipo.
Además, se aconseja que antes de guardar el carrete por un largo periodo de tiempo le apliquemos un spray de silicona que servirá para nutrir las cuerdas de nailon, y hará que quede más brillante, garantizando un perfecto estado en el momento en que necesitemos volver a usarlo.
Como vemos, las indicaciones para el mantenimiento tanto de la caña como el carrete son sencillas, y consisten básicamente en limpiar con agua y jabón, secar completamente cada uno de los elementos para evitar la humedad, y aplicar lubricantes específicos en ciertas partes del carrete y en la superficie de la caña, por lo que siguiendo una adecuada rutina de limpieza después de cada día de pesca, la caña y el carrete estarán como nuevos para continuar con su uso durante mucho más tiempo.
