Aunque se trata de una misma especie, lo cierto es que tiene dos fases claramente diferenciadas en su ciclo vital, lo que produce la distinción entre lamprea de río y lamprea de mar.
Ciertamente, la lamprea nace en el río, de donde emigra al alcanzar la madurez, etapa que pasa en el mar. En el momento de la reproducción vuelve a aguas dulces y, tras la freza, se produce su muerte; un fallecimiento debido sin lugar a dudas a la gran pérdida de peso que sufren tras abandonar aguas saladas, con un aparato digestivo ya no adaptado a la vida en el río.
Se la asocia incluso con el Conde Drácula, debido a su afán por colocarse sobre otras especies, a las que chupa lo que es su comida.
A pesar su escaso valor para el pescador deportivo, hemos querido incluirla en esta sección considerando su interés como especie de nuestra geografía.
Todo ello sin nombrar su gran valor culinario, puesto que la lamprea resulta, para todos quienes la prueban, un bocado exquisito.
Es durante el otoño cuando la lamprea emigra al mar, para completar su formación.
Características
Familia: Petromizónidos
- Poco varían sus características con respecto a la lamprea de río, si bien la de mar resulta más grande. De hecho puede medir cerca de 100 cm aunque loo normal entre 60-90 cm.
- Color oliva o amarillo, muy moteada de negro por su dorso; de color claro por debajo.
Alimentación
En el mar, las lampreas actúan como parásitos de una amplia gama de grandes peces e incluso mamíferos marinos.
Localización
La lamprea marina se distribuye por la zona noratlántica a ambos lados del océano.
En Europa y por desgracia, su distribución ha sufrido una importante regresión, debido sin duda al incremento de la contaminación en los cauces fluviales; de hecho está considerada como una especie protegida.
Formas de pesca
Para pescar lamprea deberemos colocarnos en las desembocaduras de los ríos y en los estuarios.
Se pesca de forma similar a la anguila, con un sedal de 0,50 mm, con un único plomo.
Debemos destacar aquí una de las técnicas más antiguas y tradicionales de pesca, que tiene a la lamprea como su objetivo. Se desarrolla en tierras Gallegas, en las llamadas Pesqueiras del río Miño; éstas son muros de piedra encarados unos a otros y sujetos por hierros. Normalmente encontraremos estas pesqueiras situadas en las orillas del río o bien en una zona rocosa del mismo.
Entre dos de estos muros los pescadores colocan una especial red en forma de cono, denominada butrón. Los muros encarados encauzan la corriente de tal manera que obligan a la lamprea a introducirse dentro de estas redes, que los pescadores se encargan de dirigir desde lo alto.
Se calcula que actualmente hay unas 500 pesqueras en todo el río Miño.
