TABLAS SOLUNARES, ¿CÓMO NOS AYUDAN EN LA PESCA?

Consejos

¿Cómo influye la luna en la actividad de los peces?, ¿cuánto hay de mito y cuánto de realidad en el uso de las tablas solunares para la pesca?

Este es, sin duda, un tema de gran interés para el pescador aficionado porque, aunque no seamos capaces de entender completamente los motivos de esta influencia, lo cierto es que se produce y, por ese motivo, resulta tan importante que el pescador sepa cómo puede modificarse el comportamiento de las especies en función del estado de la luna.

Resulta obvio decir que, tratándose de seres vivos (y sobre todo, tratándose de peces), es imposible que establezcamos unas normas concretas y absolutas para todos las especies, sin embargo, no estará de más que tengamos en cuenta la enorme probabilidad de que la luna influya en los peces en la forma que a continuación vamos a comentar.

Cualquier idea que haga aumentar las probabilidades de obtener resultados en una jornada de pesca debe ser bienvenida.

 

EL CICLO LUNAR

La Luna desarrolla ciclos que suponen un total de 29,5 días.

Así, para determinar la denominada “edad solar”, partiremos siempre de 0 (luna nueva), para seguir con 1-14 (cuarto o luna creciente), 15 (luna llena) y 16-29 (cuarto o luna menguante).

La Luna nueva y la llena se consideran “picos” o “puntos de inflexión”, lo que nos lleva a que contamos con dos fases lunares: creciente y menguante.

Este ciclo lunar se relaciona directamente con las mareas, correspondiéndose de la siguiente forma:

  • Luna nueva: mareas vivas.
  • Cuarto creciente: mareas muertas.
  • Luna llena: mareas vivas.
  • Cuarto menguante: mareas muertas.

 

LA ACCIÓN DE LA LUNA SOBRE LOS PECES

No se trata de jugar a ser adivinos, es algo mucho más sencillo y práctico que consiste en analizar la información facilitada por la Luna para, a partir de ella, poder determinar el comportamiento inmediatamente futuro de la pesca.

Con esto no estamos descubriendo nada, muy al contrario, la influencia lunar en la pesca ha sido algo estudiado desde siglo atrás, cuando la pesca no era una actividad de ocio, sino de pura necesidad. Aquellos pescadores se guiaban por una sencilla regla: los mejores momentos para la pesca coincidían siempre con la luna colocada justo encima de sus cabezas o, todo lo contrario, con la Luna a sus pies.

Se trata por tanto de aceptar la teoría, hoy generalizada, de que la Luna influye en mayor o menor medida sobre todos los animales de la Tierra (y entre ellos debemos incluirnos nosotros mismos y sirva un cruel dato para ilustrar esta afirmación: está estadísticamente demostrado que durante las noches de luna llena es cuando más asesinatos se producen en todas las partes del mundo, con independencia de las razas o de las religiones). En lo que tiene que ver con la pesca, también las estadísticas hablan: la gran mayoría de los grandes récords conseguidos a lo largo del tiempo se han logrado en los días de luna llena y nueva, más concretamente durante los cuatro días siguientes al punto de inflexión llena-menguante o nueva-creciente.

El ciclo de alimentación e incluso el de reproducción en muchos casos, se ve influenciado por la actividad lunar. La luna actúa como un elemento de referencia para sincronizar los relojes biológicos de los diferentes organismos, los cuales regulan algunos procesos orgánicos y del comportamiento. Estos ritmos internos permiten a los animales anticiparse a las condiciones favorables, y no reaccionar a ellas después de que se producen. Es decir, una especie puede aumentar su actividad y la búsqueda de alimento siguiendo las fases lunares, siempre y cuando sus presas también muestren cambios de comportamiento relacionados con la luna.

Ni que decir tiene que también aparecen las típicas “teorías de pescadores”, en ocasiones ciertas pero que nunca deben ser tenidas como reglas. Una de ellas, muy generalizada, es la de pensar que en la jornadas en las que la luna es visible durante el día, la pesca resulta mucho más provechosa, tanto en la cantidad obtenida como en la calidad de las presas… ¿verdad o invención?, lo mejor es que cada uno lo compruebe por sí mismo.

Entre los mecanismos utilizados por la luna para influir en el comportamiento animal, muchos señalan también el de la iluminación ambiental que produce.

La luz de la Luna, si bien resulta de baja intensidad en comparación a la del sol, es suficiente para que muchos peces tengan visibilidad suficiente para buscar presas durante la noche. Es el caso de la trucha, el black bass y especialmente de la lucioperca, dotada de una excepcional agudeza visual nocturna. En cambio, la visión del lucio requiere algo más de luz, de manera que muy raramente se alimentará a esas horas, ni en las noches más claras.

En cierta manera, la intensidad luminosa que produce la luna podría compararse con la de la puesta y la salida del sol, momentos en los que los peces depredadores son más eficaces en la caza de presas.

 

LA ACCIÓN DEL SOL

Del mismo modo en que la Luna ejerce influencia sobre la actividad de los seres vivos, también el Sol tiene sus “influencias”.

De hecho, el llamado “astro rey” puede influir de manera muy notable sobre el comportamiento de los peces y lo hace a través de la temperatura. Y es que debemos saber que los peces tienen una piel con una gran sensibilidad a los microcambios térmicos que se producen en el agua a pesar de su alta capacidad para almacenar calor sin incremento de la temperatura.

No cabe duda de que la mayor influencia del Sol viene dada por su capacidad para iluminar a través de la luz, de modo que algunas especies ícticas acomodan sus ritmos alimenticios a los momentos con más luz del día (peces diurnos), mientras otros lo hacen en los momentos más oscuros (peces nocturnos).

Además el Sol afecta en sus ciclos de actividad al campo electromagnético terreste, a cuyos cambios los peces (en especial algunas especies como los tiburones y las rayas) están especialmente sensibilizados.

 

QUÉ SON LAS TABLAS SOLUNARES

Esa ancestral idea de “luna en la cabeza, luna en los pies” se ha materializado y hasta cierto punto “racionalizado” en nuestros días por medio de las conocidas “Tablas Solunares”, en las cuales se intenta indicar de forma clara y concisa, los periodos en los que los peces muestran una mayor actividad a lo largo de cada día del año (por supuesto, esos momentos de mayor actividad serán los más propicios para obtener resultados con nuestra pesca).

La idea inicial de las Tablas Solunares partió del norteamericano John Alden Knight, quien estableció una teoría solunar que aún hoy en día continúa utilizándose. Tras prolongadas observaciones y profundos estudios, llegó a la conclusión de que la atracción conjugada o antagónica de la Luna y el Sol motivaba que los seres vivientes acusasen en determinados momentos del día mayor actividad; en los animales salvajes estimulaba la necesidad de buscar alimento. A tales momentos les llamó “periodos solunares”.

En estas tablas intenta recoger de una forma sistemática las influencias que hemos comentado del Sol y la Luna,

Ni que decir tiene que para su elaboración se han considerado muchos factores de diferente índole: el efecto del sol, los ángulos de incidencia de la luna, estadísticas elaboradas con datos de capturas a lo largo de los años… El objetivo final era el de crear tablas mucho más elaboradas, más “científicas”, que suponen el establecimiento de cuatro periodos de actividad diaria; dos de carácter máximo y otros dos de actividad moderada (aunque debido a la diferencia entre nuestro mes, de 28-30-31 días y el lunar, de 29,5 días, puede haber jornadas en las que únicamente existan 3 periodos de actividad):

  • Periodos mayores: momento en que se reúnen todas las condiciones ideales para la máxima actividad. Son de duración prolongada, llegando a durar incluso tres horas (con una media de 2 horas). Los periodos mayores son aquellos que coinciden con el tránsito de los astros por los meridianos y, como resultante, está la fuerza gravitacional (marea)
  • Periodos menores: aunque no tan activos como los anteriores, sí que se diferirán del resto del día. Su duración es menor, no llegando a superar la hora y media. Estos periodos ocurren cuando los astros están en el orto u ocaso en el horizonte.

Además de esto, conviene saber que:

  • Esta actividad presenta sus picos máximos durante los días de Luna llena y de Luna nueva.
  • El mes de Junio es el mes en el que más se aprecia la influencia del Sol y de la Luna.
  • Debido a la interacción de muchos ciclos lunares y solares, no hay dos días, meses o años iguales.

Por supuesto y a pesar de que estas tablas se pueden considerar como una “guía”, nunca deberemos caer en el error de pensar que se trata de un método de cálculo infalible. Y es que, aunque la luna tenga una importante influencia sobre el comportamiento animal, existen otros muchos condicionantes a tener en cuenta en el desarrollo de la pesca: corrientes, temperatura ambiental, oleaje, vientos…

Debemos entender y utilizar las tablas como un elemento más de ayuda, con el que podemos racionalizar un poco más esta afición.

 

FACTORES FUERA DE LA TABLA

Si todo se rigiera por unas “simples” tablas… ¡qué fácil sería pescar!

No cabe duda de que existen otras muchas influencias que pueden marcar el comportamiento de los peces y que son del todo impredecibles: aparición de presas o depredadores, cambios repentinos en la climatología, vientos… Todos estos factores pueden modificar y/o anular la influencia que el Sol y la Luna tienen sobre los habitantes del mar.

Publicado en: Pesca, Consejos

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