Disponer de una línea de vida permanentemente colocada a lo largo de ambos lados de cubierta y que se extienda desde la bañera hasta la proa, es un requisito indispensable para el uso del arnés.
Esta línea de vida está formada habitualmente por un par de cables flexibles de acero (también pueden ser unos cabos), sujetos mediante grilletes a cáncamos situados en la parte exterior de las brazolas de la bañera y que se extienden hasta otros puntos fuertes de la cubierta de proa.
Debemos tener en cuenta que el hecho de que la línea de vida deba ser colocada sobre el suelo de cubierta, la convierte en un peligro en sí misma, puesto que cualquiera puede enredarse con ella. Por ello, trataremos de que siempre esté colocada de la mejor manera, arrimándola paran que no permanezca por el medio de la cubierta.
Resulta imprescindible revisar minuciosamente los arneses de seguridad con el fin de comprobar que no hay señal es de puntadas defectuosas.
El arnés consiste en una cinta, en lugar de un cabo, que deberá ir correctamente afirmado a la espalda.
Siempre resulta recomendable acostumbrarnos a su uso, adaptándolo correctamente a nuestra talla.
Por supuesto y en caso de que el tiempo empeore, deberemos proceder de inmediato a sujetarlo a la línea, sin lugar a dudas es el método más eficaz para evitar un accidente de hombre al agua.
Por otro lado y en relación al tema del mantenimiento correcto del arnés, deberá ser bien lavado con agua corriente, de tal manera que eliminemos del todo los restos de sal.
