La inundación se producirá cuando en el barco entre más agua de la que nosotros seamos capaces de achicar. Puede ser de dos formas:
- Voluntaria: producida por nosotros mismos, abriendo los grifos.
- Involuntaria: puede producirse por una vía de agua o por la rotura de una válvula (normalmente se producirá en el grifo de fondo de refrigeración del motor, por las descargas del retrete o por la bocina, estos tres puntos son considerados claves dentro de la embarcación).
La primera medida que deberemos tomar es la precaución: revisar que todos estos lugares se encuentran en perfectas condiciones antes de salir al mar es algo totalmente imprescindible.
Además toda embarcación deberá contar con una bomba de achique, manual o mecánica, que nos podrá ser de gran ayuda en estos casos.
Después de todo esto, deberemos tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Taponar la vía de agua, lo podemos hacer a través de cuñas, tapones de madera blanda, colchones, almohadas, trapos… todo lo que tengamos a mano, siempre teniendo en cuenta las características de la vía (tamaño y volumen).
- Encajonar la vía de agua: una vez hemos taponado la vía de acceso de agua, procederemos a hacer una encajonada alrededor, a modo de encofrado de albañilería.
Debemos tener en cuenta que estas soluciones son únicamente temporales y que, una vez en puerto, lo primero que deberemos hacer será arreglar las averías definitivamente.
