Cuando nos vemos sorprendidos por una fuerte tormenta en alta mar, es importante mantener la calma y sobre todo, conocer las características de nuestra embarcación para saber cómo puede reaccionar.
A pesar de que se trata de un fenómeno de la naturaleza y como tal es totalmente impredecible, existen una serie de pautas de comportamiento que conviene seguir:
- El patrón deberá quedarse al mando del barco, mientras el resto de la tripulación deberá ir abajo.
- Es conveniente evitar el contacto con las partes metálicas.
- En caso de tener la mala suerte de ser alcanzados por un rayo, lo más común es que éste caiga sobre la parte superior del palo, desde donde tomará el camino más corto hacia el agua, siempre a través de una vía metálica, por lo que todos los elementos de este material son susceptibles de sufrir descargas eléctricas. En caso de que exista una discontinuidad en el camino del rayo hasta el agua, el rayo quemará esta superficie para poder seguir avanzando; en este momento es cuando se pueden producir los peores accidentes, de ahí que sea conviente conocer las características de nuestro barco, que nos ayudarán a determinar por dónde puede surgir el problema:
- En caso de embarcaciones con cascos de madera: el lugar más probable para que exista una discontinuidad es entre los cadenotes y el agua.
- En caso de embarcaciones con cascos de acero: jarcia y casco actúan como conductores, para lo cual los obenques deberán estar bien conectados al casco.
No debemos exagerar nuestra preocupación, es muy difícil que un rayo caiga sobre un barco y produzca serias consecuencias. De cualquier forma, si quiere navegar más seguro, le recomendamos que coloque un pararrayos en el palo y que conecte a él todos los elementos metálicos y eléctricos, para evitar descargas secundarias
