Radiobalizas

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Aunque la legislación actual no obliga a disponer de radiobaliza en la embarcación, está demostrada su enorme eficacia en momentos de emergencia, por lo que siempre será recomendable contar con una entre nuestro equipo de seguridad.
La radiobaliza puede suponer la única forma de localización en caso de siniestro, de ahí su enorme importancia. Pero no todos los equipos trabajan de la misma forma ni con igual importancia.

¿Qué es una radiobaliza?

Desde hace algunos años los sistemas de salvamento marítimo están experimentando una importante evolución; para ello se han aprovechado las modernas tecnologías pero sobre todo los satélites de comunicación.
La IMO, Organización Marítima Internacional, estableció un sistema único de seguridad, a nivel mundial, conocido en nuestros días con el nombre de GMDSS, que obliga a algunas embarcaciones (de más de 300 toneladas) a llevar con el equipo de seguridad una radiobaliza para la localización en caso de accidente.
Las embarcaciones de recreo, en su gran mayoría, no alcanzan estas dimensiones, por lo que no están obligadas a llevar radiobaliza, pero sí deben hacerlo como medida de seguridad. De hecho, la Marina Mercante, a través de la circular 7/95 de la Dirección General, obliga a llevar este aparato a todas las embarcaciones mayores de 24 metros y que naveguen a más de 25 millas de la costa.
La seguridad que ofrece este sistema es total en aproximadamente el 60% de la Tierra (quedan por cubrir una parte de los mares del Hemisferio Sur y algunas zonas del Continente africano); para ello se hace uso de una serie de sistemas de satélites en órbita terrestre, de estaciones en tierra, centros de coordinación y control de emisiones y vehículos aéreos y marítimos dotados con todo lo necesario para detectar y prestar auxilio a las personas que se encuentren en peligro.
El funcionamiento es “sencillo”: cuando un satélite capta la señal de socorro de una radiobaliza, la transmite de manera inmediata a la estación en tierra y automáticamente se activa el sistema de salvamento, enviando las coordenadas de la radiobaliza al centro de control, quien pondrá en marcha todo el sistema de salvamento a través del centro de coordinación más próximo al accidente.

Modelos de radiobaliza

El proceso de salvamento que hemos explicado antes puede durar desde unos pocos minutos hasta unas interminables horas; la diferencia se encuentra principalmente en el tipo de radiobaliza que utilicemos (aunque también influirán otros factores como las características de la zona, la meteorología…).
A nivel general podemos hablar de tres tipos diferentes de radiobalizas, en función de la frecuencia de emisión utilizada:

    • Emisión en 121,5 MHz: la gran mayoría de radiobalizas utilizan esta frecuencia para la emisión de señales adicionales, aptas para facilitar el proceso de localización a corta distancia.
      Los modelos que sólo tienen esta frecuencia son los de uso personal, utilizados en caso de caídas de hombre al agua.
      Esta frecuencia es captada por los satélites, pero no transmitirán la señal de socorro hasta tener una estación terrestre cerca, lo cual significa que la activación del sistema de salvamento puede llegar a demorarse hasta 3 horas.
      Además no ofrece datos precisos sobre la embarcación, la situación en la que se encuentra, ni el tipo de emergencia que sufre, por lo que la labor de salvamento se complica en exceso.
      Muchas de estas emisoras incluyen una emisión en 243 MHz, también de carácter personal, no recomendable para yates. Estas radiobalizas no emiten código de identificación de la embarcación, por lo que no existe registro alguno y, en consecuencia, no se puede tener la total seguridad de que las señales emitidas estén siendo detectadas.
      Si alguien detecta la señal, la puesta en marcha del sistema de salvamento suele ser muy lenta.
  • Emisión en 406 MHz: conocidas con las siglas EPIRB, las auténticas radiobalizas, por lo tanto la más recomendable para yates.
    Tras su activación, los satélites captarán al momento la posición de la embarcación y todos los datos son remitidos de inmediato a los centros en tierra, indicando las coordenadas con un margen de error máximo de cinco kilómetros.
    Dependiendo del modelo, existen radiobalizas de 406 MHz que permiten el envío de información sobre las causas que han motivado la activación del sistema de socorro; lo que sin duda acorta muy notablemente el tiempo que debe ser empleado para el salvamento pero, sobre todo, aumenta considerablemente la posibilidad de éxito.
  • Emisión en 1,6 GHz: (EPIRB E) las radiobalizas más profesionales y por tanto las más recomendables, si bien cuentan con dos inconvenientes claros para las embarcaciones de recreo: su gran volumen y su elevado precio (aunque en los últimos años hemos podido apreciar importantes cambios en este sentido dentro del mercado).

Los dos últimos modelos de radiobaliza cuentan con GPS o bien deben estar permanentemente conectadas al que disponga el barco, de tal manera que cuando remiten la señal de alarma también pueden enviar los datos de situación (con un error de unos 100 metros) y rumbo del barco en el momento en que sucedió el siniestro.

Elección de una radiobaliza

A la hora de elegir la radiobaliza adecuada para una embarcación de recreo, son varios los puntos a tener en cuenta:

  • El tipo de navegación realizada: una radiobaliza resulta adecuada siempre y cuando nuestra navegación habitual se realice a más de 25 millas de la costa. En caso de que no sea así, deberemos disponer de un VHF que nos servirá para mantenernos en constante contacto con tierra.
    Para embarcaciones que realicen salidas esporádicas a más de esa distancia, será conveniente decantarse por una radiobaliza de 406 MHz.
    En caso de que la navegación sea “de altura” lo más recomendable será decantarnos por una radiobaliza de 1,6 GHz, que es la única que garantiza el envío de una información completa en caso de peligro.
  • Que pueda safarse y flotar si se hunde el buque y ser activada automáticamente cuando esté a flote.
  • Con posibilidad de ser activada manualmente.
  • Tipo y estado de las pilas: elemento muy a tener en cuenta puesto que lo más importante de una radiobaliza es que permanezca siempre en perfecto estado para que pueda ser utilizada en cualquier momento.
  • Que pueda estar siempre preparada para ser soltada manualmente y pueda ser transportada por una persona a una embarcación de supervivencia.
  • Posibilidad de instalación en un lugar fácilmente accesible.

 

Publicado en: Náutica, Material

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