El ancla y la línea de fondeo

Material

El ancla lógicamente es un elemento imprescindible en la maniobra de fondeo, debe ser una pieza de metal protegido contra el óxido, o directamente fabricada en acero inoxidable, con una o varias uñas con articulación o sin ella para agarrarse al fondo. Es una pieza aparentemente sencilla pero de gran eficacia, que debe adaptarse al fondo en el que va a utilizarse, además de adaptarse a la proa del barco o al pozo de anclas y bajar subir sin dificultad.

Existen diversos tipos de anclas. Debemos escoger el ancla en función del tipo y tamaño del barco, de la navegación que solemos realizar y de los tipos de fondo más frecuentes en nuestras travesías. En función del tipo de fondo podemos hablar de:

Fondos de arena: La mayoría de las anclas trabajan bien en arena dura pero los mejores modelos para arena son: las Fortress y las West Marine.

Fondos de lodo: Generalmente bajo el barro se esconde otra capa de material normalmente más duro, por lo que el ancla deberá poder penetrar para ejercer la máxima resistencia. En estos fondos el ancla Fortress es el modelo más utilizado. En este tipo de fondos debemos buscar anclas con un ángulo de uña ancho y una superficie importante permiten que el ancla penetre profundamente ofreciendo la máxima resistencia.

Fondos de roca: El agarre en este tipo de fondos depende mucho de como quede colocada el ancla. En este tipo de fondos las anclas de uña fija tipo grapnel, tiene mayor fuerza estructural para sostener la carga desde un punto de tracción más vertical. Entre éstas se incluyen las Bruce, CQR, Yachtsman y Delta.

Fondos con alta densidad de algas: Este tipo de fondos son los peores ya que cualquier tipo de ancla trabajará mal, independientemente del tipo o forma de la misma, el factor más determinante es el peso de la misma. A pesar de ello, las anclas de tipo Delta, y las de Yachtsman, son más adecuadas gracias a sus largas uñas capaces de penetrar entre la vegetación.

LA LÍNEA DE FONDEO

La línea de fondeo debe escogerse en función de la eslora del barco. Si éste pasa de los ocho metros debemos optar por una línea de fondeo de cadena en su totalidad, sobre todo si el tipo de navegación que se realiza habitualmente es larga o complicada, es decir más allá de anclar para tomar un baño.

El diámetro debe estar en relación con el tonelaje y eslora de la embarcación optando siempre por el calibre superior en caso de duda entre dos medidas. En cuanto a la longitud, debe estar acorde con la zona y tipo de navegación pero en ningún caso debería ser inferior a 50 metros.

La longitud de la cadena deberá ser como mínimo igual a la eslora de la embarcación (excepto en embarcaciones menores de 6 metros de eslora, en las que la línea de fondeo puede estar constituida enteramente por cabo).

Esta cadena debe estar calibrada, de forma que todos los eslabones hayan pasado un control de medida que nos asegure que encajan perfectamente en el barbotén que la arrastra, suelta y mantiene firme en el molinete de anclas.

En el caso de barcos de pequeña eslora, o fondeos provisionales para darse un chapuzón puede optarse por una línea de fondeo de cabo. Además de ser menos pesada proporciona mayor elasticidad y sus tirones son más suaves y amortiguados. En todo caso, en este tipo de línea, en el extremo adyacente al ancla siempre debemos instalar un buen trozo de cadena (un par de metros por lo menos).

Etiqueta: Anclas
Publicado en: Náutica, Material

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