Por supuesto, la primera norma a seguir es que exista un chaleco por cada persona a bordo, lo que significa que cada uno deberá saber dónde coger el suyo y estar completamente seguro de que lo encontrará allí, que se le ajusta a la perfección y que estará en correctas condiciones para su uso.
Existen multitud de chalecos salvavidas por lo que su elección en un primer momento puede no resultar sencilla. El primer aspecto que hay que tener en cuenta es que el modelo en cuestión sea homologado, desechando sin dudar cualquiera que no lo esté.
El segundo aspecto que debemos considerar es que el chaleco es un elemento de seguridad personal y como tal debe ajustarse lo máximo posible a las características físicas del individuo en particular para que su uso sea correcto.
Teniendo en cuenta esto, a la hora de hacer nuestra elección debemos fijarnos en las siguientes premisas:
-Utilidad: Debemos diferenciar aquí dos cosas: chaleco salvavidas y ayuda a la flotabilidad. El chaleco le permite flotar boca arriba, ofreciendo flotabilidad suficiente en mar o en aguas movidas; los productos de ayuda a la flotabilidad ofrecen el sostenimiento suficiente para aguas protegidas, costeras, pero no dispone de la capacidad de enderezamiento.
-Tipo de navegación: Sin duda, el tipo de navegación que solemos realizar determinará en gran medida el modelo de chaleco que debemos escoger. Así regatistas y personal de competición buscarán principalmente comodidad y libertad de movimientos, mientras que otro tipo de actividades requieren de más solidez y flotabilidad.
En este sentido conviene tener en cuenta que los chalecos inflables tienen preferencia cuando el tipo de navegación aconseje el uso permanente del chaleco, puesto que resultan mucho más cómodos al no limitar los movimientos y resultar mucho menos “aparatosos” (algo que agradeceremos cuando estemos obligados a circular por zonas de paso estrecho).
-Características físicas: Por último deberá comprobar que su peso se ajusta a las especificaciones técnicas del chaleco elegido. Mención a parte necesitan los chalecos para niños, en los que los aspectos de comodidad y seguridad son todavía más importantes y se unen a la necesidad de un manejo muy sencillo.
En general diremos que para niños de menos de 6 años siempre se recomienda el uso de un chaleco tradicional de espuma, que le envolverá el cuerpo por completo. A partir de esa edad podemos decantarnos por chalecos inflables, que siempre serán automáticos, accionándose en el momento en que el niño entre en contacto con el agua
Por último repasamos las características necesarias que debe tener un chaleco salvavidas para garantizar la seguridad de los tripulantes a bordo:
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Situado en un lugar de fácil acceso.
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Debe tener la suficiente flotabilidad en la zona del tórax como para hacer que una persona inconsciente quede boca arriba en el agua y mantener esa posición incluso con fuerte oleaje.
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Debe proporcionar soporte suficiente en la zona del cuello para que la cabeza no caiga hacia un lado y la nuca quede relativamente “seca y caliente”. (Recordemos que la cabeza es la responsable de la pérdida del 90% del calor corporal.)
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Debe tener un color llamativo, amarillo o naranja es lo más normal, y estar provisto de bandas reflectantes.
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Los materiales utilizados en su confección deben poder resistir temperaturas entre -30ª y 60ª grados. Conviene que ofrezcan cierta resistencia al fuego, a los rayos solares y a los agentes químicos presentes en la superficie del agua como pueden ser aceites o pétroleo.
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Idealmente deberían de ofrecer algo de protección térmica.
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Las cinchas y fundas deben encontrarse en perfecto estado de conservación. Si uno de estos elementos estuviera roto o podrido, puede suponer que el chaleco resulte inutilizable, al no poder colocarlo o atarlo bien.
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Sistema de inflado listo para ser activado (algo que cada tripulante deberá saber cómo hacer).
En algunos países la normativa de seguridad exige además que:
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El chaleco disponga de un silbato fijado al chaleco mediante un cordón.
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Cinta reflectante en la parte superior del chaleco (del tórax hacia los hombros) por en anverso y el reverso del chaleco.
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Foco o lámpara estrobo pequeña.
