Claves para elegir una neumática

Material

Las embarcaciones neumáticas son una excelente opción tanto para aquellos que dan sus primeros pasos en el mundo de la náutica como para aquellos que buscan una embarcación auxiliar para transportes cercanos, desembarcos en calas, seguridad y salvamento etc.

Normalmente se trata de modelos con un precio no demasiado elevado pero que ofrecen mucha versatilidad y seguridad adicional en caso de contar con ellas como embarcación de emergencia.

Tanto si se plantea la compra de una lancha neumática como primera embarcación como si lo hace pensando en contar con una embarcación auxiliar, es recomendable valorar todas las claves de su elección para escoger correctamente el modelo que mejor se adapte a sus necesidades. A continuación abordamos todas los factores a tener en cuenta.

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VENTAJAS DE LA NEUMÁTICA

De forma muy general, podemos decir que las ventajas de una neumática son las siguientes:

– Rapidez: nos permiten llegar en muy poco tiempo hasta el lugar elegido.

– Navegabilidad: su uso es sencillo y permiten ser manejadas en prácticamente cualquier situación.

– Seguridad: se consideran casi insumergibles.

– Comodidad: la neumática ofrece un asiento cómodo. Esto en determinadas actividades como el buceo resulta algo fundamental ya que además facilita al máximo el salto al agua.

Las neumáticas más habitualmente utilizadas son las semirrígidas, compuestas de balones hinchables que se acoplan a un suelo rígido de fibra de una sola pieza. Esto permite neumáticas mucho más grandes y cómodas que las hinchables, si bien el transporte de estas semirrígidas se hace un poco más complicado.

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DESVENTAJAS DE LA NEUMÁTICA

Por supuesto, no todo son “ventajas”, también las neumáticas cuentan con algunos inconvenientes que todos conocemos:

– Poco espacio: que provoca en ocasiones alguna que otra dificultad para acomodar a los tripulantes y el posible equipo que puedan llevar (sobre todo los buceadores).

– Mucho movimiento: debido a su rápida navegación y a su escaso peso, estos barcos pueden pegar grandes “botes” aunque el mar no esté agitado. Se hace por tanto totalmente necesaria una correcta estiba de todo el material y de la tripulación antes de salir de puerto si no queremos que algo (o alguien) salga volando en el momento más inoportuno.

¿SUELO HINCHABLE O RÍGIDO?

Podemos hacer una primera clasificación de las embarcaciones neumáticas en función del suelo con el que cuentan: suelo hinchable o rígido. Este último suele estar fabricado con traviesas de aluminio o tablillas de contrachapado que aportan una rígidez extra con un peso relativamente contenido.

Las de suelo hinchable y fondo plano, son embarcaciones menos estables y menos rápidas, pero caben en cualquier lugar, se deshinchan y ya está. Tienen la principal ventaja de que son muy ligeras y sencillas de montar por lo que pueden ser una excelente opción como neumática auxiliar de seguridad por su fácil estiva.

Sin embargo las de suelo rígido suelen ser la mejor alternativa pues ofrecen una mayor velocidad y estabilidad. Además, una estructura rígida nos permite un mejor uso de la energía y aprovechamiento del combustible. Dentro de este tipo de embarcaciones podemos distinguir:

Las ‘roll up’ (RU) cuentan con un fondo plano rígido, su suelo es desmontable y sus bordas se desinflan y se guardan en bolsas adaptadas. No tienen quilla y es la opción más sencilla de todas, pero también la más limitada.

Las RIB’s de fondo en ‘uve’, cuentan con una ligera quilla, son embarcaciones bastante veloces dependiendo de la motorización, pero también necesitan de un lugar espacioso en el que guardarse y remolques para llevarlas al agua. Se trata de embarcaciones semirígidas de fibra de vidrio que tienen mucho de las condiciones marineras de un barco. Cuentan con estructuras armadas sobre cascos en ‘uve’ con bordas hinchables que pueden desinflarse independientemente, mantenerse a la intemperie en cubiertas y pescantes y desarmarse por partes para almacenarse entre temporadas. Necesitan remolque, son estables y rápidas en la mar con un buen caballaje. Sus bordas inflables le dan un importante índice de flotabilidad bajo condiciones adversas.

Las ‘sportboats’ (SB) tienen un fondo en ‘uve’, configurado con un armazón de madera y aluminio dispuesto con un sistema de traviesas y largueros. De proa a popa, cuentan con un tubo inflable que le aporta una mayor flotabilidad. Son modelos algo más pesados pero ofrecen una excelente navegación.

En definitiva, si buscamos un modelo de bajo peso, navegación cómoda para los pasajeros, suavidad y sencillez en el montaje, el suelo hinchable con aire a presión es ideal. Para mayor velocidad, más estabilidad, mayor rigidez estructural y un uso más eficiente de la energía, el suelo rígido es la mejor elección.

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MATERIAL DE FABRICACIÓN

Otro factor importante en el que debemos fijarnos es el material con el que está fabricada la embarcación neumática. En este sentido la mayoría están fabricadas en tejido de PVC o Hypalon (neopreno) y como es de esperar, cada tipo de tejido tiene sus ventajas e inconvenientes.

El PVC es un material ligero y más ecónomico, la mejor calidad del material la podemos encontrar entre los 1000 decitex. Las embarcaciones neumáticas de PVC soportan muy bien los rayos del sol y las condiciones duras del mar. Se pliega bien lo que permite un bulto manejable que se puede guardar más fácilmente y los nuevos polímeros hacen con que el PVC moderno sea muy resistente. Algunos tipos de PVC tienen hilos entretejidos en la trama. Las especificaciones más altas indican hilos más gruesos pero también debemos prestar atención a la trama, ya que cuanto más apretada sea (por ejemplo, 6 × 6 por cm en vez de 3 × 3) más resistente es el PVC.

Respecto a las desventajas debemos de saber que el PCV es más sensible a la exposición continuada a la luz del sol, al calor y a la humedad. El PVC sigue siendo menos resistente que el Hypalon (neopreno), un material pesado, caro y robusto que se utiliza en la construcción de neumáticas resistentes y de alto rendimiento. Se trata de un material flexible y dúctil que garantiza una duración mayor frente a la acción del sol, soporta muy bien la contaminación por aceites del puerto y las condiciones duras del mar. El problema reside en que tiene un precio más elevado.

Lógicamente la decisión de compra deberá basarse en el presupuesto de que disponemos pero también en el programa de navegación que tenemos previsto. Si queremos tener la neumática montada y disponible por periodos largos en el puerto o al lado de nuestro barco, el Hypalon es la respuesta. Sin embargo, si lo que buscamos es una lancha inflable muy compacta y portátil para un uso menos regular y para guardarla entre salidas, la ligereza de una lancha neumática en PVC es probablemente el mejor compromiso.

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EL MOTOR

Por último tenemos que valorar como vamos a motorizar la embarcación. La propulsión a motor se diferencia básicamente en jet o fueraborda. La primera ofrece grandes ventajas, como un menor espacio, la despreocupación de la cola del motor para transportar la neumática, la eliminación de las hélices y el riesgo que conllevan, o su mayor aceleración. El principal problema de la propulsión en jet es el mantenimiento muy costoso, sobre todo en agua salada, y la mayor dificultad para maniobrar la embarcación en puerto.

Si nos decantamos por el motor fueraborda podemos dotar a nuestra lancha neumática con un motor de tipo fueraborda de dos o cuatro tiempos. Debemos considerar también la opción eléctrica (ya que el transporte y almacenamiento son más sencillos y limpios).

La potencia deberá ser acorde al tipo de navegación que vayamos a realizar. Cada embarcación tiene una potencia máxima homologada, una potencia recomendada para un uso normal, y una mínima aceptable por el fabricante. Si vamos a realizar salidas deportivas, de esquí náutico, o vamos a ir siempre bastante cargados con la familia y amigos, la potencia media será justa. Si vamos a pescar solo, y la velocidad no es determinante pero vamos a realizar bastantes millas, la potencia recomendada nos evitará costes en el consumo de combustible. Por lo general la potencia mínima aceptada siempre es desaconsejable.

Respecto al mantenimiento simplemente debemos tener la precaución de invernar el motor durante el invierno y efectuar una sencilla revisión antes de la temporada de navegación, así nos aseguramos que todo se encuentra en perfectas condiciones.

Las embarcaciones de tamaño reducido con motores fueraborda se manejan exclusivamente con el motor, esto hace más sencillo el transporte de nuestra embarcación, puesto que tenemos la posibilidad de desmontarlo. En las lanchas de 27 caballos es obligatorio usar una dirección hidráulica con volante, esta es más confortable aunque no supone mayor sencillez en su manejo.

CONSEJOS PARA LA COMPRA

Aunque en la mayoría de los casos la decisión final depende fundamentalmente del factor económico, debemos ser conscientes de que una inversión de este tipo requiere valorar muchos factores y que, además del dinero, deberán tenerse en cuenta también otras consideraciones importantes:

El uso dado a la embarcación: resulta absurdo invertir una gran cantidad de dinero si el uso que es le piensa dar a la embarcación es escaso, al igual que será una tontería intentar ahorrar si sabemos a ciencia cierta que vamos a utilizar la neumática en numerosas ocasiones y de manera continuada. Así para un uso constante (escuelas de buceo, chárters, clubes…) convendrá realizar una buena inversión en una neumática de neopreno de alta calidad correctamente termosoldado.

El tamaño de la embarcación: Un factor esencial a tener en cuenta es el tamaño de la embarcación, en este sentido fuera del agua, los modelos pequeños se manejan mejor que los grandes, en el agua, al revés. En cualquier caso, piense en términos de seguridad y eficiencia, saldrá ganando.

– El programa de navegación: definirá envergadura, potencia y equipamiento.

– En caso de tener dudas sobre la calidad de los materiales utilizados, lo más adecuado será fijarse en los años de garantía dados por el fabricante. Hay que tener en cuenta que en la gran mayoría de los casos se dan dos cifras: una para el tejido y otra para la construcción (lo más habitual son 5 y 2 respectivamente).

– No resulta mala idea fijarnos en el grosor del espejo de popa, que puede darnos una idea aproximada de la calidad de toda la embarcación.

– Vigile el encolado: tanto si el barco es de PVC como si es de neopreno, el encolado nunca deberá sobresalir de las uniones y éstas deberán estar en perfectas condiciones, sin ningún tipo de desgaste. Tenga en cuenta que una muestra de desgaste puede ser señal de un posible exceso de calor en esos puntos, lo cual habrá supuesto una reducción del espesor del tejido que podría ser irrecuperable.

– Accesorios: debemos incluir en el coste inicial algunos accesorios básicos: remos, asiento, bomba, kit de reparación, funda y bolsa de transporte. Podemos pensar también en invertir en un carrito de varada lo que facilitará el acceso al pantalán y a las playas.

EMBARCACIÓN AUXILIAR

Resulta necesario establecer una serie de criterios objetivos que nos ayuden a determinar si realmente necesitamos o no una embarcación auxiliar. En principio, si nuestra embarcación supera el tamaño medio (entre 6 y 9 metros de eslora), podremos hacer travesías más largas y llegar a lugares más alejados, al mismo tiempo, una eslora mayor supondrá una mayor dificultad para acercarnos a la costa, así que en esos casos disponer de una auxiliar será sin duda una opción mucho más que aceptable. Pero además deberán valorarse otras cosas como son:

El espacio disponible a bordo: la auxiliar no debe hacer nuestra navegación más incómoda.

La posibilidad de instalar un sistema de fijación: así como el peso añadido que todo eso (auxiliar + sistema de fijación) supondrá para la embarcación y, por supuesto, para nuestra navegación.

Motorización de la auxiliar así como los posibles “accesorios” que necesite: remos, cabos de fondeo, amarras…

La ubicación: Sin lugar a dudas uno de los aspectos más importantes a la hora de comprar una auxiliar es dónde la vamos a colocar dentro de la embarcación: no puede resultar un objeto molesto, que complique la vida a bordo y al mismo tiempo es necesario que sea de fácil acceso y que podamos echarla a la mar sin complicaciones ni esfuerzos.

Siempre que dispongamos de espacio y posibilidad de fijarlo bien, lo más adecuado será colocar la auxiliar en cubierta.

Publicado en: Náutica, Material

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