Como hemos visto, dentro de los chalecos hinchables existen modelos automáticos y manuales. A la hora de elegir un chaleco inflable, deberemos saber que existen diferentes métodos de hinchado, que suponen el desarrollo de diferentes chalecos, cada uno de los cuales tiene un serie de ventajas muy concretas.
El hinchado de un chaleco puede hacerse de tres formas diferentes:
- Inflado bucal: se trata más bien de un sistema de seguridad, puesto que los chalecos llevan otro tipo de hinchado, que se completa con el bocal utilizado en momentos de emergencia, en caso de que el otro falle.
- Inflado manual: la percusión de la botella de Co2 se hace mediante una empuñadura. Recomendado para aquellos que precisan realizar maniobras arriesgadas con el chaleco puesto.
- Inflado automático: se dispara de forma automática al contacto con el agua. Es el más recomendado para cruceros, teniendo en cuenta que se hincha de manera automática, aunque la persona se encuentre inconsciente.
Existen dos tipos de hinchado automático:
- Con pastilla: que se disuelve al contacto con el agua, disparando el hinchado del chaleco.
- Con sistema hidrostático: funciona bajo el efecto de la presión del agua que actúa sobre una membrana sensible. Cuando aumenta la presión (es decir, ante el hundimiento del usuario), la membrana deja pasar el agua, haciendo que el chaleco se hinche de forma automática. Se trata de un sistema de gran seguridad que no se pondrá en funcionamiento si el chaleco es sometido a una proyección de agua o si se encuentra en un entorno húmedo.
Según la legislación española debemos de tener en cuenta que los chalecos salvavidas de tipo inflable deben de ser revisados anualmente por una Estación de Servicio Autorizada y es por ello que muchos armadores disponen de chalecos rígidos para pasar la ITB y de chalecos inflables más cómodos y manejables para su uso diario.
