Pintar una embarcación de madera

Consejos

Pintar una embarcación de madera

La principal función de la pintura que cubre nuestra embarcación es que se convierte en un escudo protector de la misma. Ahora bien, para que esa función se cumpla correctamente deberemos poner especial cuidado al momento de pintar.
Existen dos procedimientos, uno consistente en dar un par de manos sobre la pintura en buen estado del año anterior y otro que realizaremos cada tres o cuatro años, consistente en la eliminación completa de la pintura vieja para comenzar desde el principio.

Barnizado

Con el barnizado conseguiremos dar a nuestra embarcación el brillo profesional que presentan muchos barcos que lucen en los salines náuticos. Para conseguir este acabado deberemos seguir los siguientes pasos:

  • Utilizar un decapante químico para la eliminación de barnices anteriores, ayudándonos después de una rasqueta que utilizaremos con sumo cuidado para no arañar la superficie.
  • Tras decapar, deberemos dejar la superficie perfectamente lisa. El decapante utilizado nos traerá las instrucciones necesarias para conseguirlo.
  • Si aparecen huecos utilizaremos una buena masilla transparente para cubrirlos. Esta masilla puede utilizarse también para tapar tornillos y arañazos.
    La primera mano de barniz deberá darse muy diluida, con el fin de que pueda empapar perfectamente la madera.
  • Después frotaremos con lija fina y limpiaremos el polvillo con sumo cuidado.
  • Sucesivamente daremos más capas de barniz, lijando entre ellas. Hay que tener en cuenta que antes de lijar deberemos esperar a que el barniz se haya secado totalmente.

Junto con todo esto, para la consecución de un resultado excelente influye, como es natural, el tipo de barniz que utilicemos. Los nuevos barnices de poliuretano tardan mucho menos en secar (facilitando el trabajo), si bien parecen demostrar menos resistencia que los que no tienen este componente (más lentos a la hora de secar).

Eliminar la pintura vieja

La forma más cómoda para deshacernos de la pintura vieja es la de utilizar decapantes químicos. Éstos se aplicarán sin escatimar disolvente, esperando después a que la pintura termine por ablandarse para después rascar en ella sin realizar excesiva fuerza. En caso de que no desapareciera toda la pintura, volveríamos a repetir la operación.

Cuando utilicemos un decapante debemos ser conscientes de que se trata de un producto químico y por tanto el lugar donde se utilice deberá ser posteriormente lavado y limpiado (consultaremos previamente la forma adecuada de hacerlo, con agua, aguarrás…). Asimismo deberemos tener cuidado de que el decapante no caiga sobre el plástico utilizado en las ventanas, ya que corremos el riesgo de quemarlo.

Pintar parches

Cuando la pintura de años anteriores se encuentra en buen estado, no es necesario quitar toda la pintura para proceder al trabajo del lijado y pintado descrito antes.

Para determinar si el estado de la pintura es bueno, pasaremos la mano por encima de las partes altas de los costados y comprobaremos si la pintura se cae.
Casi con total seguridad encontraremos determinadas zonas que necesitan de un retoque, parches que deben ser cubiertos. La forma de hacerlo es como sigue:

  • Esmerilar la superficie de la pintura vieja hasta que pierda su brillo, utilizando papel seco y corcho.
  • Lavar la zona. Tras esto aparecerá una superficie moteada que deberemos volver a lijar para llegar a las zonas que se hubieran dejado de lado en la primera ocasión, de nuevo lavaremos y esperaremos a que el casco esté completamente seco.
  • Damos una mano de imprimación.
  • Una vez seco procederemos al taponamiento (ver ficha 5).
  • Frotaremos un poco más y limpiaremos el polvo. Ya tenemos el casco limpio para proceder a dar manos de pintura.
  • Daremos una primera mano y tras ella lijaremos la superficie con lija fina.
  • Tras las dos capas de pintura aplicaremos la capa de esmalte.

Primera capa de pintura

Tras eliminar la pintura anterior, deberemos dar una capa de imprimación metálica para madera.
Con esta primera capa echada podremos comprobar dónde se encuentran las zonas desiguales (mirando de lado cada pequeño rincón del casco). Utilizaremos un producto denominado empaste para rellenar la fibra de la madera y los pequeños arañazos y el taponador para los agujeros más grandes.
El taponador se aplicará con una llana de pintor y una vez haya fraguado lo lijaremos dejando el producto al ras de la superficie.
Esta es una tarea lenta y trabajosa, ya que una vez tras otra deberemos ir analizando los posibles huecos y realizando de nuevo todo el proceso.
Tras esto daremos una o dos manos de pintura.
Las pinturas de poliuretano de un solo componente se aplican de forma diferente, lijando entre capa y capa de pintura. Con ellas lo más habitual es dar alrededor de seis capas de pintura.

Técnica

Lo primero y más importante es disponer de todo el material: suficiente pintura, un gran número de pinceles de diferentes tamaños, rodillos y aguarrás.

A la hora de pintar tenga en cuenta los siguientes consejos:

  • Salpicar el suelo con agua antes de comenzar a trabajar.
  • Podemos optar por dos métodos: dar varias primeras manos espesas, que cubran los colores; o bien utilizar una última mano de esmalte.
  • Nunca es recomendable introducir las cerdas en la pintura más de la mitad de su longitud.
  • No hay que pintar dando brochazos, sino con largas pinceladas que trataremos que sean lo más uniformes posible.
  • Cuando la pintura está seca no debemos pasar más el pincel, ya que sino dejaríamos marcas.
  • Mucho cuidado al polvo, intentaremos tener siempre un trapo mojado en aguarrás con el que limpiaremos la superficie si en ella se presenta el polvo.
  • No pintar un día de viento ni si hace frío.
  • La primera mano puede darse con rodillo, pero contando con los pinceles para pintar los bordes.
Publicado en: Náutica, Consejos

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