Navegando con una mascota

Consejos

Desde los inicios de la navegación es muy común que muchas embarcaciones contaran con una mascota entre la tripulación.

Al igual que sucede con las personas, cada animal tiene su carácter y algunos toleran mejor que otros el navegar o realizar viajes largos. En general, la convivencia en la embarcación debería de ser la misma que tienen en tu hogar y sabiendo que confían en ti, la experiencia de navegar será favorable. Sin embargo, es importante determinar cuándo ciertas situaciones pueden resultar incómodas para las mascotas y evitar a toda costa que esto suponga un problema.

Si se trata de un perro de buen tamaño y con carácter energético, es probable que tenga algún episodio de estrés si la embarcación es pequeña y lleva varios días navegando. Para evitarlo, es bueno planificar una ruta que le permita llegar a un puerto y poder sentir que tiene más espacio. De esta forma, prolongar los días de navegación es viable sin alcanzar picos de estrés en el perro. Y por supuesto, esto no ocurre con todos, como hemos dicho al principio dependerá del carácter del animal y la raza influye también.

Es recomendable llevar todos sus materiales y artículos de uso cotidiano, como su plato, donde beben y donde se acuestan. Recordando que tu mascota es un miembro más de la tripulación y debe sentirse como tal. Mientras más a gusto se encuentre, menos estresado estará.

Si realiza más actividad física de lo acostumbrado en su rutina, como lanzarse al agua y nadar, es mejor agregar un poco más de alimento y respetar sus tiempos de comida. No abusar de las “chuches” o recompensas porque puede provocar indigestión o colaborar con la aparición de náuseas.

En el caso de los gatos, te recomendamos llevar su transportín, más que nada por si existe alguna situación que requiera maniobras de prevención o para evitar algún peligro. Teniendo dentro de las prioridades colocar al gato en su transportín si esto llegase a ocurrir. Los perros suelen reaccionar de otra forma por su instinto, son más centrados (la mayoría), sin embargo, no hay nada más peligroso que un gato suelto y asustado en una embarcación. Sobre todo en momentos de maniobras en casos de condiciones meteorológicas adversas.

Otro punto importante a tener en cuenta, es que tu mascota al ser un tripulante más, debe de tener su chaleco. No es obligatorio por ley, pero nunca está demás tener las medidas de seguridad adecuadas para tu mascota. También se debe de consultar al veterinario sobre medicinas que pueden llevar en caso de mareos, vómitos, arcadas y malestar en general. Así como notificarle que pueden llamarlo por cualquier emergencia. Si puedes informarte de algunos veterinarios que estarán cerca de tu ruta de navegación, te ahorrarás un momento de mucha tensión en caso de necesitarlo durante tu viaje.

Si notas que a tu mascota le cuesta adaptarse, sufre de muchas náuseas (lo notaremos por exceso de salivación), se asusta mucho con el sonido del motor o las vibraciones del barco, puedes ir adaptándolo progresivamente. La idea es que le guste, no provocarle un trauma con una experiencia abrupta. Podemos iniciar poco a poco llevándolo al puerto, estando dentro de la embarcación sin zarpar, colocándole un sitio para que entienda que puede hacer sus necesidades e involucrarlo poco a poco. Luego se pueden hacer rutas cortas de una hora e ir viendo cómo evoluciona hasta conseguir la adaptación.

Publicado en: Náutica, Consejos

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