Limpieza del interior del barco

Consejos

En el interior el trabajo no será tan duro, pues aparte de algo de polvo, todo debería estar prácticamente tal cual lo dejamos.

Con el fin de que se aireen y pierdan la humedad, podemos sacar fuera (siempre y cuando el tiempo acompañe), tanto cojines como colchones. Cada uno valorará la necesidad o no de lavarlos, en función de su estado. Igualmente haremos con cualquier manta o ropa de cama que hayamos dejado.

El depósito del agua: debe ser vaciado por completo y limpiado a fondo. En este sentido siempre conviene haber tomado la precaución de echar cualquier tipo de producto que evite la aparición de bacterias, lo cual deberá realizarse tras el verano; de haber sido así la limpieza resulta sencilla con abundante agua dulce. En caso de que no hubiéramos tenido esta precaución, será necesario echar algún producto de tratamiento de limpieza, que utilizaremos siempre siguiendo las instrucciones dadas por el fabricante.

Hay que tener en cuenta que la limpieza no se refiere únicamente al tanque del agua sino también a todo sus conductos.

Mención a parte precisa la cocina, por ser uno de los lugares donde más suciedad suele acumularse. De nuevo será conveniente haber realizado una limpieza adecuada antes de cerrar el barco puesto que de otra forma la limpieza tras meses de suciedad se vuelve realmente complicada.

Hay que limpiar la nevera, comprobando que no quedara nada de la última vez que se utilizó. Para su limpieza podemos utilizar simplemente agua jabonosa, siempre teniendo precaución con el uso de disolventes que pueden llegar a dañar el gelcoat.

Tras la cocina pasaremos al cuarto de baño, otra de las zonas de importancia en cuanto a limpieza. Si hemos tenido las precauciones necesarias antes del invierno, no tenemos por qué tener problemas.

En los grifos y mandos del agua suelen aparecer puntos de oxidación o de hongos que desaparecen perfectamente al frotar con un estropajo verde con agua y jabón.

El suelo del baño es uno de los sitios más complicados de dejar como nuevos debido al antideslizante moldeado en el mismo gel-coat. El truco consiste en utilizar un limpiador del tipo K7 y meter la pistola de agua a presión en el mismo baño. Utilícela sólo para el suelo y verá como el chorro a presión arrastra la suciedad y devuelve el color blanco al suelo más viejo.

Cada dos o tres años las válvulas de goma de los retretes dejan de funcionar y necesitan un recambio. Los equipos están diseñados para que puedan ser sustituidas con bastante rapidez sin más que retirar algunos tornillos. Si no tenemos el recambio podemos limpiar la goma que hace las veces de válvula y con mucha probabilidad está volverá a funcionar. Pero a la larga lo mejor es cambiar estas gomas comprando el correspondiente kit de mantenimiento.

Por último en el interior del barco convendrá realizar una comprobación del estado de la madera, la humedad es un fuerte corrosivo y, aunque estas maderas suelen estar muy bien preparadas para aguantar con ella, tras un largo periodo de parón en el agua, pueden llegar a producirse picaduras en el barniz, que convendrá arreglar para que no vayan a más.

Publicado en: Náutica, Consejos

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