El mantenimiento de los depósitos

Consejos

Un aspecto que suele pasar desapercibido pero que es de suma importancia es el mantenimiento de los depósitos. Los depósitos son unos elementos fundamentales de nuestra embarcación, por lo que debemos asegurarnos de que sean suficientes, eficaces, estancos y por supuesto deben estar en perfectas condiciones. Cualquier barco a partir de esloras mayores a 6 metros vienen equipados con depósitos de agua potable para la ducha, la cocina, y la limpieza pero también contaremos a bordo con otro tipo de depósitos para aceite, aguas grises etc..

A continuación abordaremos todas las claves para realizar un mantenimiento mínimo que garantice que contamos con ellos en perfectas condiciones y que no nos fallarán en el momento menos oportuno.

TIPOS DE DEPÓSITOS

Podemos hacer una clasificación del tipo de depósito que encontraremos en nuestra embarcación en función de la capacidad y función que van a desempeñar, lo que va a determinar en gran medida el material de fabricación del mismo. A continuación hacemos un repaso de los más habituales con sus principales virtudes y defectos:

  • Polietileno de alta densidad

    Suele encontrarse en depósitos pequeños y portátiles de 5 a 30 litros, en diferentes medidas y volúmenes. Pueden servir tanto para combustible como para agua. Si son para agua y buscamos que sea potable deberán ser de material alimentario, algo que no es tan sencillo si se buscan de gran tamaño.

  • Fibra de vidrio

    Suele encontrarse en depósitos hechos a medida con terminaciones de pinturas específicas o resinas que los hagan adaptables al uso concreto que se quiera dar. No son muy recomendables para almacenar combustible pues acaban atacando las pinturas o la fibra.

  • PVC

    Los típicos depósitos flexibles para agua dulce fabricados con materiales de calidad alimenticia y capacidades de 50 a 120 litros. Suelen ser la solución para aumentar las reservas de agua sin hacer modificaciones a bordo.

  • Aluminio o Inox

    La mejor solución para depósitos de combustible, por su gran aislamiento y nula producción de electricidad estática. Hay que comprobar que lo protegemos correctamente frente a la electrolisis.

  • Acero naval o hierro.

    También son materiales adecuados para depósitos siempre y cuando se proteja su exterior con pinturas de zinc. El interior lo protegerá el combustible pero nunca serán depósitos tan limpios como los de aluminio o el inox. Son los más higiénicos al ser inertes y no reaccionar con el agua. Se pueden adquirir en distintos tamaños o incluso podrá encargar uno de la forma y medidas más apropiadas para su embarcación, aunque el precio es el más alto de todos.

LIMPIEZA DE LOS DEPÓSITOS

Lo primero que debemos hacer es realizar una limpieza general. A la hora de limpiar los depósitos de nuestra embarcación debemos tener presente que como mínimo hay que limpiar una vez al año los depósitos de agua y al menos cada cinco años los depósitos de combustible.

El procedimiento es bastante sencillo, en el caso de los depósitos de agua llenaremos y vaciaremos el depósito limpiando su superficie con el producto adecuado para esta tarea, y dejar secar completamente al aire libre si es posible.

También hay quien de una temporada para otra los deja completamente llenos de agua y le añaden una pequeña cantidad de sales de plata si bien esto no es lo más recomendable en todos los casos.

Respecto a los depósitos de combustible la tarea es algo más complicada ya que deberemos vaciar completamente el depósito mediante una bomba de extracción para posteriormente realizar un lavado a fondo del mismo.

MANTENIMIENTO INTERIOR

En principio el mantenimiento interior de los depósitos no debe suponer un gran problema, básicamente lo único que se necesita es que las paredes interiores no se degraden y que mantengan sus propiedades estancas.

Si el depósito es de aluminio o inox, no hace falta tomar precauciones especiales si se trata de agua, igual que ocurre con los plásticos siempre que estos sean alimentarios, o pintura si ésta es también alimentaria. Por tanto los principales cuidados se centran en la limpieza del depósito y revisar que no existan fugas o filtraciones.

Tema a parte es la corrosión. En depósitos de aluminio suelen producirse unas sales en su interior procedentes de ampollas que se convierten en polvo blanco (alumina), este polvo acaba tapando filtros y salidas. Estos ataques se deben al cloro que contiene el agua sobre todo en las tomas de los puertos, y también a algunos productos que se añaden al agua para potabilizarla. La mejor forma de luchar contra este fenómeno es pintar el interior del depósito con una pintura epoxy de tipo alimentario.

Además si se añaden productos para potabilizar el agua, no es conveniente dejarlos mucho tiempo en el depósito para evitar el ataque.

Los filtros de carbono pueden eliminar o limitar la cantidad de cloro que lleva el agua, y atenuar el posible problema; pero siempre antes de que empiece la corrosión, ya que una vez iniciada se extenderá igualmente haya o no filtro de carbono.

La mejor solución pasa por vaciar el depósito totalmente, limpiar todas las impurezas del fondo y paredes y dejarlo secar en periodo de reposo, si no se pueden pintar. El problema está en que pintarlos una vez construidos no es una tarea sencilla, y si se hace antes de terminarlos la soldadura final destruirá la pintura interior debido al calor.

Si el depósito es de gasoil debemos asegurarnos de que no se acumula agua en el fondo del depósito ya que se poblará de bacterias anaerobias degradando el combustible y lo que es peor acidificando el medio, algo que no lleva nada bien el aluminio.

Por último en el caso de los depósitos de inox, sólo la lejía o productos clorados concentrados y calientes le pueden atacar, algo que no es habitual encontrar a bordo. Por lo que simplemente debemos evitar el agua estancada en su interior por periodos prolongados.

MANTENER EL AGUA POTABLE

El mantenimiento del agua potable dentro de los depósitos requiere de ciertas actuaciones periódicas. Normalmente debido a la proliferación de algas o microorganismos el agua pierde su potabilidad algo que suele detectarse a simple vista o mediante el olor del agua.

Si esto ocurre debemos limpiar los tanques a fondo, para ello debemos acceder a ellos y limpiarlos con trapos y bayetas, con agua y jabón. Séquelos y vuelva a llenarlos repitiendo estas operaciones hasta que los tanques queden perfectamente limpios.

Si no podemos acceder al tanque existen soluciones químicas que eliminan los microorganismos presentes en el depósito. Los kits de limpieza químicos pensados precisamente para este tipo de actuaciones funcionan muy bien pero deberemos realizar después un buen número de llenados y vaciados del tanque para eliminar todos los residuos.

Si el olor o sabor del agua es suave puede bastar con utilizar una solución desinfectante y específicamente diseñada para purificar el agua, matando las bacterias que causan el mal olor y el mal sabor.

En el caso de los depósitos de agua dulce, dependiendo de la calidad del agua de la toma del puerto puede ser necesario filtrarla antes de que entre en el depósito, eliminando mediante algún tipo de tabletas purificadoras las impurezas y bacterias.

Si lleva tiempo sin ir al barco, deje correr un poco el agua del grifo para eliminar el agua que pudiera quedar en las tuberías ya que ésta tiene más probabilidades de encontrarse en peor estado. Una buena idea suele ser instalar un filtro de carbón activo en la salida del grifo que asegura en gran medida la potabilidad del agua a pesar de que la misma no estuviera en perfectas condiciones.

También puede ocurrir, normalmente en embarcaciones nuevas, que el agua sepa mal. Esto no significa que el agua no sea potable o tenga algún tipo de problema bacteriano. Simplemente el agua suele coger sabor por culpa del plástico de los depósitos que la contienen. Este problema se suele solucionar poco a poco a medida que se le da uso al tanque.

Por último reecuerde que cualquier depósito de agua debe ser opaco para evitar la proliferación de algas microscópicas que son las que dan el característico color verdoso de estos limos.

DEPÓSITOS DE AGUAS GRISES

Los depósitos de aguas grises son los encargados de almacenar los residuos procedentes de fregaderos, duchas e inodoros para posteriormente ser bombeados en puerto mediante un sistema de recogida por aspiración.

Para mantener estos depósitos en las mejores condiciones posibles hay que utilizar una serie de productos que permiten mantener lejos los malos olores y las infecciones debido a falta de limpieza de los mismos.

Por ejemplo productos como BAC y LIM, son productos altamente efectivos como desodorante y limpiador de tanques de almacenaje. Están diseñado para ofrecer una potente acción limpiadora y desinfectante, eliminando completamente los malos olores. El empleo de un producto de este tipo no debe ser pasado por alto en una instalación con deposito residual ya que las aguas grises son auténticos nidos de bacterias que deben ser neutralizadas para evitar riegos y generación de olores. Sus fórmulas respetan el medioambiente y se suministran en envases de 1 o 5 litros.

Publicado en: Náutica, Consejos

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