El cuidado de palos y jarcias

Consejos

En nuestros días es enormemente habitual encontrar embarcaciones con los palos arbolados durante todo el periodo de invernada; esto nos lleva a pensar que ni el palo ni la jarcia firme han pasado la minuciosa revisión que es siempre necesaria.
Lo ideal es siempre desarbolar los palos cada año, pero obligatoriamente deberíamos hacerlo como mínimo cada dos o tres años.
El cuidado de los palos es algo fundamental. A continuación recogemos una serie de consejos útiles para el desarrollo de este cuidado.

CONSEJOS PRÁCTICOS

  • En caso de que al desarbolar un palo tengamos pensado dejarlo sobre cubierta o sobre soportes que se encuentren al aire libre, es conveniente taponar el extremo inferior abierto (las golondrinas suelen utilizarlos como lugar para posar sus nidos).
  • Una vez desmontados, los palos de la jarcia deben ser revisados, por si fuera necesario sustituir alguno viejo. Como método de comprobación utilizaremos el siguiente: coger un trapo ligeramente humedecido con aceite y pasarlo por los cables, uno a uno. En caso de que alguno esté deteriorado lo notaremos de inmediato.
  • Tener en cuenta que el tiempo de vida calculado para una jarcia de acero inoxidable de 1×19 es de unos doce años; conviene cambiarla por tanto una vez rebasados estos años y en caso de no hacerlo desconfiaremos de ella.
    Evidentemente el desgaste dependerá directamente del barco del que se trate; en un barco de tipo familiar es muy difícil que la jarcia esté sobredimensionada y que se tense a tope o se sobrecargue.
  • Nunca es mala idea sustituir los cables cada año, al menos aquellos encargados de soportar una mayor presión.
  • Si disponemos de palos de aleación de aluminio deben ser lavados con agua jabonosa templada y detergente. Las manchas más rebeldes se frotarán con aguarrás.
  • Aprovecharemos el momento de la limpieza para examinar minuciosamente cualquier resquebradura, por pequeña que sea, así como posibles huellas de corrosión. Deberemos sospechar de su existencia siempre que observemos el más mínimo rastro de polvillo blanco alrededor de una pieza de acastillaje.
    En estos casos es imprescindible tratar de llegar al motivo de esta corrosión. Casi con total seguridad nacerá de la instalación de un herraje fabricado en un metal incompatible o de la utilización de tornillos de rosca de metal inadecuados.
    En caso de que nosotros no seamos capaces de solventarlo conviene acudir al profesional.
  • Si encontramos zonas en las que el anodizado se ha desgastado, deberemos proceder a pintarlas utilizando pintura para metales en spray.
    Nunca utilizaremos abrasivos sobre superficies anodizadas. Para limpiarlas utilizaremos un limpiador de baño que no sea muy fuerte, usando muy poco producto.
  • Para limpiar el carril del palo, pasaremos por dentro un paño fuertemente enrollado y empapado en aguarrás. Después se engrasará con un lubricante especial de Teflon (nunca aceite ordinario, ya que se convertiría en una pasta negra).
Publicado en: Náutica, Consejos

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