Cuidados para antes de invierno

Consejos

Cuando termina la temporada estival muchos de nosotros nos vemos obligados a guardar nuestra embarcación hasta que el buen tiempo vuelva a hacer acto de presencia.
Por delante quedarán unos largos meses en los que el barco puede estar totalmente parado. Por ello resulta fundamental que en los días previos a que esto suceda, nos encarguemos de realizar una serie de revisiones y cuidados sobre cada una de las partes de la embarcación; el objetivo será que todo quede perfectamente a punto para que cuando llegue el momento podamos zarpar sin problemas.

nuestra embarcación por el mayor tiempo posible. Algo que nuestro barco nos lo agradecerá con jornadas inolvidables en la mar.

El material eléctrico

El material eléctrico al que debemos prestar mayor atención es a las baterías. En primer lugar consideraremos el tipo de baterías de la que disponemos.
Si se trata de una batería moderna la dejaremos en el barco, para ello deberán estar perfectamente cargadas y verificadas. Limpiaremos las conexiones y los bornes, aplicándoles grasa con el fin de evitar la oxidación.
Si disponemos de desconector de baterías, las dejaremos desconectadas, para evitar la descarga. Si no se dispone de éste elemento lo que haremos será retirar las conexiones.
Se estima que las baterías pierden entre un 20 y un 30% de su capacidad en un plazo de entre 6 y 8 meses. En caso de que nuestras baterías no sean tan modernas, deberemos desmontarlas y retirarlas de la embarcación, tras ello tendremos dos opciones: llevarlas a un astillero o mecánico que nos las mantenga durante el invierno o que nos las cambie por unas nuevas cuando llegue la temporada; o bien guardarlas en nuestro domicilio, donde deberán permanecer al abrigo del frío, del calor y de la humedad.
Como norma cortaremos la alimentación eléctrica; tras lo cual revisaremos el panel eléctrico, los portalámparas y las tomas de corriente. Todo ello se limpiará con productos antióxido o grasa siliconada.

El material electrónico

Todos los equipos que sean portátiles o desmontables deberán ser sacados del barco y guardados en tierra durante el invierno, asegurándonos así de que se encuentran en un lugar perfectamente seco (y también seguro).
Los sistemas de comunicación y de posicionamiento llevan una antena que siempre va ubicada en el exterior. Como es natural, esta antena funciona como un perfecto pararrayos, lo que supone un peligro evidente y constante. Dicho esto, hablar de la gran importancia de desmontar esta antena y guardarla es algo más que obvio.
En la medida de lo posible, extraeremos cada elemento electrónico, limpiándolos con una esponja empapada en agua dulce y secándolos convenientemente para evitar cualquier posibilidad de oxidación.
En las partes metálicas móviles (soportes), aplicaremos un poco de grasa, también para evitar el riesgo de oxidación.
En el caso de la sonda y de la corredera, el trabajo a realizar se basa en la limpieza exterior de la caja del equipo, con el objetivo de retirar los excesos de sal.
El anemómetro se desmontará con sumo cuidado, dejando tapada la conexión del palo.
Especial precaución pondremos en el caso del piloto de bañera; éste permanece sin protección alguna ante los ataques del mar, lo que produce que se llene de sal que va deteriorando las juntas tóricas, que garantizan la estanqueidad del equipo. De esta forma, se pierde toda protección del interior, permitiendo el ataque del óxido que acabará por inutilizar el piloto. Por ello es fundamental que en nuestra preparación para el hibernado del barco rociemos todo el equipo con agua dulce y recubramos las juntas con silicona. Al panel de mandos por otra parte le pasaremos una esponja humedecida igualmente con agua dulce y los contactos serán protegidos con productos especiales.

El motor

Si disponemos de un motor Fueraborda, deberemos realizar los siguientes pasos para garantizar un adecuado hibernaje del mismo:

  • Retirar el exceso de sal; para lo cual enjugaremos el motor con abundante agua dulce.
  • Girar el motor en agua dulce para enjuagarlo; operación en la que invertiremos un mínimo de media hora y para la cual utilizaremos una toma especial conectada c una manguera o a un bidón.
  • Desconectaremos el tubo de alimentación del combustible o cerramos el grifo de la gasolina, dejando en marcha el motor hasta que se pare. De esta forma evitaremos el vaciado del carburador.
  • Desmontamos las bujías, introducimos un poco de aceite, movemos los pistones y volvemos a enroscar las bujías.
  • Repasaremos cada punto articulado con un aplicador de grasa.
  • Revisamos el estado de la pintura, recubriendo los rincones afectados con una pintura antióxido.
  • Engrasar cada cable.
  • Pulverizar las partes mecánicas con lubricante especial.
  • Comprobar el estado de los ánodos y reemplazar aquellos que estén gastados.
  • Guardar en un lugar seco, siempre en posición vertical.

En cuanto al motor interior, lo primero que debemos tener en cuenta es la extracción del aceite, que perderá sus propiedades en caso de que se deje durante mucho tiempo parado. Así lo primero que haremos será vaciar el motor y el inversor, reemplazando los filtros de aceite y carburador.
Utilizaremos el líquido anticongelante para evitar el riesgo de congelación del intercambiador. Por su parte, enjuagaremos el circuito del agua con abundante agua dulce.
Además es de suma importancia comprobar que no haya fugas de agua, aceite o carburante.
En caso de que dispongamos de un motor diesel, será preferible llenar el depósito para evitar la posible condensación y la aparición de agua en el depósito.

En definitiva, un montón de pequeños trabajos que deberán realizarse con sumo cuidado para garantizar el buen estado de nuestra embarcación por el mayor tiempo posible. Algo que nuestro barco nos lo agradecerá con jornadas inolvidables en la mar.

La parte interior

Después de meses utilizando nuestro barco siempre que hemos dispuesto de algún tiempo libre, por corto que fuera, es normal que el interior se encuentre ahora repleto de cosas. Limpiarlo se convertirá por tanto en una ardua tarea en la que siempre es recomendable vaciar para empezar desde cero, aunque parezca un trabajo de chinos , al final nos facilitará notablemente la labor.
Debemos ser conscientes de que la parte más baja del barco es la que mayor suciedad suele acumular y esta suciedad siempre puede ser motivo de problemas. Por ello es importante que la inspeccionemos perfectamente, después de haber retirado todo lo que sobre ella teníamos. Enjuagaremos toda esta parte más baja con agua y jabón y la secaremos a conciencia, vigilando que no quede en ningún lugar restos de óxido ni de aceite.
Revisaremos los grifos de fondo, las válvulas y las bombas de achique. Una vez estemos totalmente seguros de que la sentina está totalmente limpia y revisada, la taparemos.
Algo similar haremos con los cofres, los cuales deberán dejarse abiertos durante unas horas después de su limpieza, con el fin de evitar los malos olores.
Uno a uno iremos limpiando y secando perfectamente cada objeto que extraigamos del interior de la embarcación. Es muy importante que prestemos especial atención a cortinas, tapicerías… todos los tejidos, si los lavamos debemos estar totalmente seguros de que están perfectamente secos antes de cerrar el barco, ya que de otra forma la humedad se apoderará de todos ellos de inmediato.
Si queremos que la ropa nos valga de un año para otro, tendremos que limpiarla con agua dulce y asegurarnos de que está bien seca antes de guardarla.
En cuanto a la documentación y papeles importantes, siempre es recomendable sacarla del barco, evitando que pase largas temporadas en un lugar donde con seguridad acabará por estropearse con la humedad. Si no nos fuera posible, lo más adecuado será colocar estos papeles entre los libros, verticalmente y evitando en todo momento que les pueda dar el sol de forma directa.
Pero si hay una zona que requiere de un interés especial es lacocina. Y dentro de ella, la nevera, dejar cualquier resto de comida olvidado es uno de los mayores errores en los que podemos caer; por ello la vaciaremos y limpiaremos a conciencia, vigilando que el orificio de drenaje se encuentre en perfectas condiciones.
Otra de las zonas donde suele acumularse más suciedad es en los propios fogones, donde la grasa es algo siempre presente. Por ello pondremos un especial cuidado en su limpieza, teniendo en cuenta que si lo dejamos para más adelante siempre nos supondrá más trabajo. Lo más adecuado es proceder a desmontarlos, con lo que podremos limpiar incluso los rincones más escondidos, que es donde suele acumularse más grasa.
Una precaución que nunca está de más es la de revisar la fecha de caducidad del tubo del gas.
Además de la zona de la cocina, el aseo requerirá de una serie de precauciones para llegar a la próxima temporada en perfectas condiciones. Así, es recomendable que para eliminar la suciedad, preparemos una cazuela con agua caliente sobre la que echaremos un buen chorro de vinagre; este líquido se vierte en el inodoro y se deja actuar durante aproximadamente media hora, pasado este tiempo se deberá echar agua dulce en abundancia; sin lugar a dudas ésta es una forma segura de eliminar la suciedad.
Algo de suma importancia que debemos tener presente es que el agua potable se estropea si permanece durante mucho tiempo parada, puede llegar a formar hongos y gérmenes; por lo que no la dejaremos en el depósito durante el invierno. Conducciones, bombas, grifos y el propio depósito deben ser limpiados con abundante agua dulce y secados convenientemente.

Revisión de la cubierta

La cubierta es la superficie que estará más a la intemperie durante los meses en los que la embarcación se encuentre parada. Sin dudas es la parte que más puede sufrir y por ello será la que más atención requiera en nuestra revisión previa.
Lo primero que debemos vigilar es que sea una superficie perfectamente estanca, que no deje pasar ni una gota de agua. Por ello es fundamental que en la limpieza de cada zona incluyamos una pormenorizada revisión para comprobar que no deja pasar agua.
Cada parte de cubierta será lavada con agua dulce: escotillas, portillos, molinete, jarcias… Es importante desmontar todos los elementos para conseguir una limpieza profunda. Revisaremos cada polea, engrasando aquellas que así lo necesiten, aplicando además un anticorrosivo.
Especial atención requerirán, como es natural, las velas. Es de suma importancia que se revise cada costura, que se laven bien con agua dulce y que se doblen correctamente antes de meterlas en el correspondiente saco.

Publicado en: Náutica, Consejos

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