Al estrenarlo, prácticamente cualquier wedge nos permitirá parar la bola rápidamente; pero después de haber jugado con él algunos partidos la cosa cambia. Efectivamente, aunque no existan datos sobre modelos concretos y número de usos, y a pesar de que algunas marcas se niegan a admitirlo, lo cierto es que tras su uso continuado, la cara del palo va perdiendo las aptitudes que la hacen válida para provocar spin, simplemente por desgaste.
Las caras de los wedges tradicionales son tratadas con una especie de arena con el fin de que adquieran una textura áspera. Esto se hace para conseguir más backspin, que no se podría realizar si jugáramos con una cara totalmente lisa. Y esta especial textura es la que se va desgastando con el uso.
Por supuesto el efecto de estas caras se reduce cuando la suciedad o los restos de hierba se colocan entre el palo y la bola; pero aún bajo estos elementos, esta textura consigue mejores resultados que una cara que no cuente con este tratamiento especial. Por otro lado, si nos encontramos jugando sobre una hierba húmeda, incrementaremos este efecto al hacer que la pelota en cierto grado resbale.
Especial cuidado debemos tener con estas caras cuando realicemos tiros desde el bunker, puesto que la arena se queda entre la cara y la bola y eso evitará que ambas superficies lleguen a tocarse, con lo que producir cualquier tipo de efecto resulta prácticamente imposible. Lo mismo sucederá cuando nos encontremos en una zona en la que la hierba esté muy alta.
En definitiva, una cara del palo áspera será nuestro mejor aliado para crear spin, pero debemos tener cuidado: si esta cara es demasiado “rústica” puede tener el inconveniente de romper la cubierta de la bola, sin llegar a generar ningún tipo de efecto.
Llegados a este punto la pregunta es clara ¿cuándo debemos considerar que la aspereza de una cara es mucha? los principales fabricantes ya tienen resuelta esta cuestión y ofrecen caras perfectamente estudiadas de las que podemos fiarnos. De cualquier manera la USGA (United States Golf Association) limita el áspero de las caras en el área del impacto, de forma que no pueden sobrepasar las 180 millonésimas partes de una pulgada.
En relación con esto, le aconsejamos que haga revisar sus wedges una vez al año, para la restauración de la superficie áspera que se va puliendo con el uso continuado.
