Lumbalgia

Entrenamiento

Estudios recientes han demostrado un notable incremento en los casos de lumbalgia, que se corresponden de forma muy directa con el aumento en el número de aficionados al golf en nuestro país. Esto nos hace plantearnos una pregunta muy seria ¿hasta qué punto puede el golf ser perjudicial para nuestra espalda?, ¿estamos sometiendo a nuestro cuerpo a movimientos forzados que pueden llegar a dañarnos de por vida?… estas consultas pueden parecer un poco duras, pero lo cierto es que conviene no tomárselas a la ligera y planteárnoslas muy en serio, tratando de analizar hasta dónde el deporte puede perjudicar nuestra salud.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el golf bien practicado, dentro de los límites que cada uno debe establecerse, nunca es perjudicial.

Lumbalgia y Golf

Según las estadísticas, un 55% de los jugadores de golf se aquejan de dolor lumbar en el momento de golpear a la bola, sobre todo al realizar el primer golpe de cada hoyo.

Como hemos dicho, una de las principales causas de la lumbalgia está en los hábitos posturales incorrectos.

Partiendo de esto, debemos ser conscientes de que el jugador de golf está expuesto a un mayor riesgo de sufrir lumbalgia, debido a la reiterada flexoextensión de la columna, especialmente en rotación. Este brusco movimiento que involucra por completo a la columna vertebral está protagonizado por los músculos abdominales, espinales y dorsales; cuanto más fuerte es el tiro, más exponemos a nuestra cintura.

La adopción de posturas no convencionales, acompañadas de movimientos bruscos (con el objetivo de conseguir una “pegada potente”), son de por sí los factores de mayor riesgo que pueden darse para la aparición de la lumbalgia.

Esta dolencia puede además venir motivada por las altas velocidades de rotación que sufre la espalda con el swing durante las largas horas de entrenamiento.

Otra causa podría estar en la brusquedad de los golpes y el impacto que estos producen, con un efecto de correa transmisora, sobre los discos intervertebrales.

Pero no sólo eso, el otro motivo principal por el que puede aparecer esta dolencia es el de la no disposición de una adecuada musculatura abdominal y dorsal. Este es un problema muy común en el golf, deporte del que muchos consideran que no es preciso un buen estado físico, en consecuencia se “lanzan” a jugar sin ningún tipo de preparación física previa y el organismo, naturalmente, acaba por resentirse.

Para ser más concretos, podemos hablar de los movimientos puntuales que más pueden dañar nuestra espalda mientras jugamos al golf:

  • Inclinación ante la bola.
  • Rotación durante el swing.
  • Vibraciones producidas por el palo tras golpear la bola.

Prevención

Sin lugar a dudas la mejor medicina contra la lumbalgia es prevenir su aparición.

En este sentido, la Escuela Española de Espalda señaló algunas medidas de prevención dirigidas a las personas que practican el golf. Las más destacables son:

  • Realizar un calentamiento previo antes de comenzar a jugar: no nos cansaremos de hablar sobre la importancia de preparar a nuestros músculos para el esfuerzo que posteriormente vamos a desarrollar. Un breve calentamiento (con 15 minutos es más que suficiente) nos servirá para entrar en calor, evitando que nuestro organismo afronte en frío el esfuerzo.

    Si todos tomáramos esta costumbre como propia, se evitarían la gran mayoría de las lesiones.

  • Flexionar las rodillas al inclinar la columna; es decir, cuando se posicione a la bola hágalo siempre con las rodillas ligeramente inclinadas.

    Igualmente deberemos flexionar las rodillas siempre que tengamos que agacharnos.

  • Evitar la rigidez, trate de que sus golpes sean lo más naturales que le resulte posible. Todos buscamos potencia, pero muchos tienden a buscarla en golpes rígidos durante los cuales todo el cuerpo se mantiene en tensión. Esto es un error doble: la potencia puede ser mayor con un golpe mucho más natural y además esa rigidez lo único que hace es aumentar el riesgo de lesión.

    Esta recomendación es especialmente importante en el caso de los principiantes, quienes desde el tee de salida tratan de darle a la bola con “todas sus ganas”, olvidándose de que en este empeño pueden estar jugándose su espalda.

  • Tratar de mantenerse quieto tras el golpe: los expertos en la materia aseguran que la lumbalgia desaparecería si los golfistas procurasen mantenerse erguidos por unos instantes nada más asestar el golpe; conviene probar…
  • Evitar cargas pesadas durante periodos prolongados de tiempo. Cargar con los palos a la espalda no resulta muy buena idea si debe hacerlo por mucho tiempo y de cualquier manera siempre deberá hacerse con una bolsa adecuada.
  • Utilizar material deportivo de calidad y que además sea el adaptado a la persona en concreto. Puede parecer una tontería pero un material bueno que permita aislarnos de la humedad, por ejemplo, y que sea el adecuado al jugador, puede librarle de más de un susto en el tema de las lesiones. Es muy importante contar con palos adecuados a las características de nuestro juego (no muy rígidos ni tampoco muy flexibles) y, por supuesto, a nuestro tamaño.

Pero además de estas medidas directamente aplicables a la práctica del golf, existen lo que podemos llamar “Normas posturales”, que todos deberíamos tener en cuenta para mejorar la salud de nuestra espalda:

  • En cama: ya sea para dormir o simplemente descansar; conviene hacerlo boca arriba o lateral, con una almohada bajo las piernas o entre ellas notaremos alivio en la espalda.
  • A la hora de levantarse de la cama: hágalo siempre de lado, tratando de mantener la espalda recta.
  • Sentado: buscar una postura cómoda en la que la espalda esté completamente apoyada.
  • Conviene contar con reposapies, reposacabezas y reposabrazos.
  • Trate de no forzar la columna al coger objetos: doble las rodillas para agacharse y procure no saltar con objetos pesados encima.
  • En caso de que sea necesario cargar con peso, trataremos de acercarlo lo máximo posible al cuerpo.
  • Evitar posiciones estáticas durante largos ratos.
  • Caminar con la cabeza alta, pelvis hacia delante y pies rectos.
  • Si es necesario realizar un largo trayecto en coche, pararemos cada dos horas a estirar las piernas.

Por último pero más importante, conviene contar con un buen estado físico, lo cual pasa siempre por la realización de algún deporte de las características y el nivel que sea adecuado para la persona en particular.
La combinación del golf con actividades como la bicicleta, correr, nadar… es siempre una magnífica idea.
Además en nuestra práctica deportiva siempre deberemos incluir ejercicios que sirvan para fortalecer la espalda.

Etiqueta: Lesiones golf
Publicado en: Golf, Entrenamiento

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