Visto desde fuera, el golpe de putter puede parecer el más sencillo de todos, seguro que has escuchado más de una vez eso de que “sólo hay que empujar la bola”.
Efectivamente, no es necesaria la fuerza y calidad de swing completo que se necesita para golpear con un driver; pero en eso radica la emoción y a la vez la dificultad que el golpe de putt suele revestir.
Ni que decir tiene que cada jugador cuenta con un estilo propio que habrá ensayado largamente para estas situaciones y sin duda es conveniente mantenerse fiel a ese estilo propio y no intentar improvisar en el momento menos oportuno… pero partiendo de esa premisa, nosotros queremos proponerte una serie de HÁBITOS con los que estamos seguros de que mejorarás resultados a la hora de patear, ¡¡toma buena nota!!
- Juega la bola a la altura del talón izquierdo: de esta forma conseguirás que la bola ruede de manera uniforme. El motivo: sencillo; le habrás golpeado justo en el momento de la subida del putter.
- Controla tu parada delante de la bola: para asegurarte de que estás perfectamente colocado, comprueba que tus ojos están directamente encima de la bola (para comprobar que es así, piensa si serías capaz de dibujar una línea recta desde tus ojos hasta la bola).
Ten en cuenta lo siguiente:
– Si tus ojos están muy hacia fuera: apuntarás hacia la izquierda de la línea.
– Si tus ojos están muy hacia dentro: apuntarás hacia la derecha.
- Agarre del putter: debe hacerse de manera muy suave; ten en cuenta que un agarre duro siempre supone que no dejamos transferir las sensaciones a la cabeza del palo.
- Intenta mantener la misma presión sobre el grip a lo largo de todo el golpe.
- No muevas los hombros: ambos hombros y manos unidas en el grip deben formar un triángulo y es éste el que debe moverse, pero no sus hombros.
- Transferencia del peso: aproximadamente un 60% del peso de tu cuerpo deberá caer sobre el lado izquierdo.
Y por último, el consejo más útil de todos, pero en ocasiones el más difícil de conseguir en el campo: SIENTE EL GOLPE, trata de visualizarlo previamente, analiza la caída del green, la velocidad… e intenta sentir cómo le golpeas a la bola teniendo en cuenta todas estas características previamente analizadas.
De esta forma cada golpe se convertirá en una experiencia que sin duda resultará de gran utilidad en el futuro.
