Para muchos, el problema general de la técnica de esquí alpino son los virajes. Y es que en su realización intervienen, dentro de la mecánica, los movimientos, posiciones, mecanismos, habilidades y ejercicios, y variadas combinaciones de todos estos factores que constituyen la propia técnica.
Aquí intentaremos ir conociendo la mejor técnica para la realización de cada uno de los posibles virajes que nos veamos obligados a desarrollar.
Virajes cortos: El Wedeln
En ocasiones necesitamos realizar virajes cortos. Por la falta de espacio e incluso de tiempo para su realización, este tipo de virajes en un principio pueden resultar técnicamente más difíciles que el resto, pero conociendo un poco la teoría estamos seguros de que podrá ponerlos en práctica con facilidad.
Los virajes más cortos reciben el nombre de WEDELN.
Este es un tipo de viraje clásico que ha quedado prácticamente desfasado con la aparición del carving, pero aún así en ocasiones puede ser muy útil (sobre todo cuando nos encontramos ante la necesidad de descender por una pendiente plagada de baches).
El Wedeln consiste en la realización de virajes sumamente cortos, en los que prácticamente no hay tiempo para poder realizar una buena conducción en su finalización. Son tan cortos que en ocasiones no se llega a apreciar un auténtico cambio de dirección.
Los pasos a realizar son:
- Colocación del cuerpo apunta hacia el valle.
- Las piernas deberán desplazar lateralmente los esquís (lo que nos permitirá controlar la velocidad).
- Se realiza un movimiento clásico de contrarrotación. La parte superior de nuestro cuerpo rota claramente en el sentido contrario al que se están moviendo las piernas.
