USO DE LAS RAQUETAS DE NIEVE

Material

Seguro que las conoces: las raquetas de nieve son unas ingeniosas herramientas que nos permiten avanzar en la nieve sin hundirnos, ya que cuentan con una superficie más amplia que el pie, repartiendo así el peso del cuerpo y evitando que nos hundamos.

Permiten caminar de forma más fácil disminuyendo el gasto de energía en los desplazamientos por nieve blanda, lo que las convierte en un producto básico y necesario para cualquier amante de la nieve.

Ahora bien, no todos los tipos de nieve son aptos para las raquetas de nieve… y además existen muchos y muy diferentes tipos de raquetas, por lo que conviene tener claras nuestras necesidades y requisitos antes de elegir nuestras raquetas de nieve.

En este artículo hablamos sobre las raquetas y te damos los mejores consejos para que puedas elegir las que mejor se te adaptan.

 

CUÁNDO USAR RAQUETAS DE NIEVE

Las raquetas de nieve se utilizan preferentemente en nieve que se encuentre muy blanda, nieve recién caída y nieve polvo.

En las superficies más duras como hielo o nieve prensada no son operativas, ya que se necesitan herramientas que permitan no resbalarse o auto-detenerse en caso de caída accidental.

Tampoco es aconsejable utilizar las raquetas en pendientes que sean muy pronunciadas, ya que no agarran con toda la seguridad aconsejable. De hecho, es indispensable tener cuidado con la falsa sensación de seguridad que pueden brindar en terreno nevado e inclinado.

 

TIPOS DE RAQUETAS DE NIEVE

Existen distintos tipos de raquetas de nieve, la elección de unas y otras dependerá de varios factores como la frecuencia de uso de las mismas, el tamaño y peso corporal del usuario, las rutas y las actividades que se vayan a realizar.

Normalmente en terrenos de nieve profunda y planos se usan raquetas largas, mientras que en terrenos empinados se prefieren raquetas cortas y menos aparatosas.

En relación a los materiales pueden ser de plástico o de aluminio, en este último caso la superficie es de neopreno o poliuretano.

Podemos dividir las raquetas en tres grandes categorías:

  • Raquetas Canadienses. Provistas de cola, suelen ser las raquetas más grandes con casi un metro de longitud. Son perfectas para utilizar en nieve profunda y ofrecen varios sistemas de fijación. No son recomendadas para utilizar en rutas escarpadas con nieve dura.
  • Raquetas de lágrimas. Son las raquetas más tradicionales, actualmente en desuso. Están fabricadas en aluminio o madera, siendo la superficie de apoyo de cordón trenzado y fijando las botas con cordones y cinchas.
  • Raquetas Modernas. Ofrecen distintas formas y son la solución intermedia entre las otras dos grandes categorías. Fabricadas en plástico o aluminio, cuentan con fijaciones técnicas y distintos tipos de crampones en la parte inferior para distintas situaciones. Ideales para terrenos escarpados.

 

COMO PONERSE UNAS RAQUETAS DE NIEVE

Como para casi todo, la colocación de las raquetas tiene su “truco”… y ten en cuenta que una correcta colocación es absolutamente imprescindible para garantizar un uso correcto y seguro.

Dicho esto, el primer paso será introducir el pie en la fijación y ajustarla al tamaño del mismo. El pie no puede quedar holgado y tiene que estar perfectamente fijado.

En general las raquetas cuentan con una  pestaña que permite abrir más o menos la fijación hasta encontrar el tamaño deseado.

Una vez que el pie está fijado hay que ajustar la carraca alrededor del empeine. La carraca es un sistema de uso fácil que permite ajustarlo al máximo de forma sencilla y sin esfuerzo.

Por último, se ajusta la zona de la punta en la bota, donde suelen llevar un sistema de correas que hay que apretar para que quede perfectamente ajustado.

 

CÓMO CAMINAR CON RAQUETAS DE NIEVE

Caminar con o sin raquetas de nieves es algo diametralmente distinto. El uso de las raquetas de nieve presupone toda una serie de medidas a considerar.

Para empezar, conviene tener en cuenta que la nieve nunca es la misma, ya que está en constante cambio: puede ser en polvo, helada, mojada o una combinación de diferentes estados, por lo que tendrás que adaptar tu estilo de caminar a cada paso.

Dicho esto, el punto básico para caminar con raquetas es que tanto los brazos como las piernas deben  moverse de forma alternada. En el momento de adelantar el pie derecho se clava el bastón en la nieve con la mano izquierda, viceversa, y así sucesivamente.

Uno de los errores más comunes es intentar realizar zancadas largas y anchas, ya que esto provoca que hundirse en la nieve resulte más fácil.

Lo mejor es realizar pasos cortos, manteniendo las piernas algo más abiertas de lo normal (ya que las raquetas cuentan con unos 40/50cm de ancho). Además, si no somos los primeros y no tenemos que abrir camino, lo mejor es seguir el camino ya trazado.

Cuando estamos caminando en terrenos llanos, la raqueta deberá estar desbloqueada manteniendo el talón libre. Esto genera un movimiento libre y natural.

Las piernas deben mantenerse algo separadas para que las raquetas no se enreden ni golpeen. Las raquetas deben resbalar sobre la nieve, intentando no levantarlas de forma excesiva.

Cuesta abajo la raqueta tiene que estar desbloqueada como en terreno llano. Cuando la pendiente es suave es posible bajar de forma tranquila apuntando primero el talón y luego la punta. En caso de que la pendiente sea algo más pronunciada es posible recurrir a la técnica del telemark, intentando desplazar el centro de gravedad hacia abajo doblando las rodillas, realizando pequeños pasos y bloqueando la raqueta.

Cuando se camina cuesta arriba el alza se utiliza para que la progresión sea menos exigente y que las piernas no sean forzadas en exceso. El ascenso se debe hacer siempre en la línea de máxima pendiente para permitir que el crampón delantero trabaje. Si la pendiente es empinada, para no resbalar hay que clavar bien el crampón delantero antes de dar el paso siguiente. También se pueden construir escalones golpeándolo repetidamente sobre la nieve.

Por último, en pendiente muy pronunciadas cuesta arriba, y si la nieve es algo dura, las raquetas tienen que estar en dirección de la pendiente y realizar pasos laterales, primero con los bastones y luego con los pies, manteniendo siempre tres puntos de apoyo.

Publicado en: Esquí, Material

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