Que todos le conocieran como “Paquito” dice mucho de este hombre ejemplar que es, hasta la fecha, el único español que ha logrado una medalla de oro en unos Juegos Olímpicos de Invierno.
Aunque nació en Madrid, el 25 de febrero de 1950, la mayor parte de su vida la pasó en Cercedilla (en la Sierra del Guadarrama), donde su padre trabajaba como conserje de la escuela de esquí. Y sin duda es así como nace la pasión de Paquito por la nieve; pasión que compartiría con otros tres de sus ocho hermanos (Juan, Ricardo y Blanca).
Francisco Fernández Ochoa se dedicó por completo al esquí durante toda su vida.< Inicialmente como esquiador, participando en competiciones al más alto nivel y consiguiendo logros hasta ahora no superados en nuestro país, y después como profesor y desde las instituciones públicas en pro del desarrollo del esquí en nuestro país, tareas a las que dedicó el tramo final de su vida.
Su especial carácter y su cercanía le convirtió en un personaje muy querido por la opinión pública de todo el país.
Falleció el día 06 de noviembre de 2006, a causa del cáncer.
Carrera profesional
Ni que decir tiene que Paquito tuvo unos esquís en los pies desde muy temprana edad, esto hizo que con tan sólo 13 años, en 1963, participara por primera vez en una competición de carácter internacional. Fue en el Gran Premio de Andorra, donde se impuso en la categoría juvenil y consiguió un más que meritorio cuarto puesto en eslalon.
Tanto le gustaba este deporte y tantas eran las expectativas puestas en él que dejó los estudios cuando se encontraba en quinto de Bachillerato, para poderse dedicar por completo al esquí.
Así en 1964 entraría en el equipo español de promesas, ganando en ese mismo año el Trofeo Primavera Nieve tras imponerse al hasta entonces campeón de España, Luis Viu. Tras esta entrada apoteósica, Paquito continúa cosechando éxitos hasta que en 1966 sufre una aparatosa caída en Cervinia que no sólo le dejó sin esquiar durante dos meses, sino que además le supondría una desviación en la columna vertebral de por vida. Sin embargo Paquito era un hombre de retos y al año siguiente conseguiría imponerse en los campeonatos españoles de slalom, gigante y combinada.
De esta forma acudiría, en 1968, a sus primeros Juegos Olímpicos, donde tuvo una actuación discreta, siendo vigésimo tercero en slalom y trigésimo octavo en descenso. En ese mismo año firmó un cuarto puesto en el gigante de Megeve (de la Copa del Mundo).
Y fue justamente en Megeve donde sufriría su siguiente y grave caída, en la que se llegó a temer incluso por su vida al perder el conocimiento durante algunos minutos. Sin embargo y dando muestras de una capacidad de recuperación increíble, ese mismo año, en 1970, estaría presente en el Campeonato del Mundo de Val Gardena, siendo noveno en slalom, trigésimo tercero en gigante, cuadragésimo segundo en descenso y noveno en la combinada.
Pero el cenit de su carrera llegaría con los Juegos Olímpicos de 1972, celebrados en Sapporo. En esta ocasión competía en el Slalom Gigante y en el Especial. Ganó la primera manga del Especial, con un tiempo de 55:36, y en la segunda manga fue segundo con un tiempo de 53:10… estos tiempos le dieron el oro olímpico y la gloria. Para España era la tercera medalla de oro conseguida en unas Olimpiadas y la primera en unas Olimpiadas de Invierno (hasta la fecha nadie lo ha conseguido tampoco), así que Paquito fue recibido como un auténtico héroe a su llegada a nuestro país.
Ese mismo año fue décimo en la clásica de Lauberhorn (Suiza) y séptimo en la de Hahnenkamm.
En 1973 fue decimoquinto en la Copa del Mundo, mientras en la Copa de Europa acabó quinto en la general y tercero en el especial. Además, fue séptimo en eslalon en Lauberhorn.
En febrero de 1974 disputó los Campeonatos del Mundo de Saint Moritz, en los que fue bronce en el eslalon, vigésimo cuarto en el gigante y ocupó el puesto 54 en el descenso. Al mes siguiente, consiguió en Zakopan (Polonia) su única victoria en una prueba de la Copa del Mundo al vencer el eslalon y fue tercero en esta prueba en Vysoke Tatry (Checoslovaquia, actual Eslovaquia), resultados que le permitieron acabar en novena posición de la Copa del Mundo, su mejor lugar final histórico.
Sus mejores actuaciones durante la temporada 1974-75 fueron los segundos puestos en la combinada en Kitzbuehel y Megeve, el cuarto en el eslalon de Sun Valley y los quintos en el eslalon de Wengen y de Chamonix.
Junto a sus hermanos Juan Manuel y Ricardo, en 1976 participó en los Juegos Olímpicos-Campeonatos del Mundo de Innsbruck, donde acabó sexto en la combinada mundialista y noveno en el eslalon olímpico. En 1978, participó en los Campeonatos del Mundo de Garmisch-Partenkirchena, en los que ocupó el vigésimo segundo lugar en el eslalon y el puesto 43 en el gigante.
En la Copa del Mundo 79-80 se colocó entre los diez primeros en la combinada de tres pruebas y en los Juegos Olímpicos-Campeonatos del Mundo de Lake Placid de 1980 fue quinto en la combinada mundialista.
Los tres años posteriores los pasaría en Estados Unidos, compitiendo como profesional. Posteriormente se dedicaría al mundo de la educación, impartiendo cursillos tanto en Francia como en Suiza. Después regresó a España, tanto para educar como para dedicarse a una labor mucho más comercial, con la apertura de varias tiendas de esquí.
En 1972 le impusieron la Medalla de Oro al Mérito Deportivo y la de Oro de Madrid, y en 2001 le fue concedida la Gran Cruz de la Orden de Mérito Deportivo.
El 20 de diciembre de 1989 se incorporó al Comité Olímpico Español y en febrero siguiente entró a formar parte de su Comisión de Atletas.
Paco Fernández Ochoa se dedicó en cuerpo y alma a fomentar este deporte en un país como España, donde no existía tradición alguna. Y sin duda lo consiguió.
