Esquí de fondo

Técnica de esquí

El esquí de fondo también es conocido como esquí a campo travesía, siendo una modalidad empleada por los competidores en la que se recorren largas distancias hasta completar un recorrido en el menor tiempo posible. Esta modalidad se lleva a cabo en terrenos llanos u ondulados, evitando las pendientes pronunciadas tan características de las montañas. También es una de las más exigentes físicamente hablando, ya que es necesaria una fortaleza física y un dominio de la técnica con profundidad. El esquí de fondo desciende del esquí nórdico, teniendo su origen en Noruega y Rusia hace unos cinco mil años atrás. El esquí de fondo empieza a ser deporte en el año 1850 con la Revolución Industrial. Los primeros Juegos Olímpicos en esta modalidad fueron en Atenas en el año 1896. Con el pasar de los años, el esquí de fondo fue perfeccionándose hasta subdividirse en dos estilos, siendo el libre y el clásico.

El esquí de fondo clásico es el más tradicional, donde lo principal es mantener la estabilidad y el equilibrio, aplicando técnicas específicas para avanzar con los esquís en paralelo. También es el más recomendable para aquellas personas que quieren iniciarse en el deporte. El esquiador debe de disponer de excelente condición física, control corporal y conocimientos sólidos sobre las técnicas si se quiere participar en una competición. Para disfrutar de esta disciplina se tienen dos tipos de esquís, los que tienen microescamas en la suela ubicadas en el patín ofreciendo un mejor agarre en los llanos y cuestas. Y el otro tipo de esquís es totalmente liso, con ceras que hacen la función de agarre pero más sutil que el anterior.

En el caso del esquí de fondo libre, consiste en una subdivisión menos exigente que la anterior, ya que permite utilizar cualquier forma de progresión con distintas técnicas de empuje. El estilo libre en el esquí de fondo puede definirse como “el arte de patinar sobre la nieve”. Esta técnica hace que el esquiador pueda adquirir una gran velocidad en los terrenos planos y en los ascensos; si bien también requiere de quienes la practican una gran forma física, ya que el esfuerzo a realizar es mayor e implica a prácticamente todas las partes del cuerpo, esto se debe a que en el estilo libre no existe ningún momento de retención, el esquiador está en constante movimiento.

Al patinar los esquís deben colocarse en ángulo abierto, es decir, separando uno del otro, hay dos formas diferentes de hacerlo:

  • El Dos-Uno: tomar dos impulsos con un esquí y uno con el otro.
  • El Uno-Uno: tomar un impulso con cada esquí.

En esta modalidad de esquí de fondo libre el sentido del equilibrio es fundamental, ya que se requiere una coordinación mucho mayor que la necesaria en el estilo clásico.

El esquí de fondo se puede practicar en bosques, caminos y explanadas alejadas, siendo espacios naturales con hermosas vistas. Con respecto al esquí alpino, el esquí de fondo tiene menor riesgo de lesiones, esto se debe a la mayor libertad que tienen los talones en la fijación al no estar fijos, únicamente en la puntera de la bota. No existe tanto impacto en las articulaciones, como es el caso de las rodillas. También se trabajan todos los grupos musculares, siendo un deporte muy completo.

Etiqueta: Esquí de fondo
Publicado en: Esquí, Técnica de esquí

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