El carving

Técnica de esquí

Fundamentos

Los esquís Carving han irrumpido de tal manera en el mercado, que en la actualidad resulta prácticamente imposible encontrar un modelo tradicional.
El Carving ha sido muy bien aceptado desde el principio por la mayoría de los esquiadores, por múltiples razones: los principiantes porque se trata de tablas que resultan mucho más fáciles de conducir, con lo que se simplifica el proceso de aprendizaje; y los esquiadores más experimentados están igualmente encantados porque con estos esquís pueden alcanzar velocidades increíbles minimizando el esfuerzo realizado, lo que implica la posibilidad de alargar al máximo las jornadas de esquí al haber un menor desgaste físico.

A pesar de esto, si usted ya esquía y se va a lanzar por primera vez con unos esquís carving, casi con seguridad experimentará una extraña sensación, como si no respondieran tal y como usted esperaba. No debe extrañarse, porque es una sensación del todo normal: el carving, como cualquier nueva técnica, necesitará de una serie de adaptaciones en su forma de esquiar, que pasan principalmente por la realización de algunos cambios en la ejecución de sus movimientos y posiciones.

Destacamos a continuación las más importes:

  • El cuerpo debe acompañar al viraje: debemos mantenernos siempre en la misma dirección que marque la trayectoria del desplazamiento. Se trata de buscar una forma de deslizarnos que resulte lo más natural que nos sea posible.
  • No derrapar: a pesar de que el derrape era algo común e incluso necesario con el esquí tradicional, resulta un grave error con el carving. El no derrapar nos llevará, sin duda, a conseguir alcanzar mayores velocidades.
  • Simplificación del giro: con los esquís tradicionales debíamos cambiar el peso para girar, clavando el canto y realizando una acción directriz con los esquís (atrasando uno y adelantando el otro); pues bien, con el carving sólo tendremos que cambiar el peso del cuerpo de lado y la especial forma de estos esquís conseguirá que giremos sin necesidad ni de atrasarlos ni de adelantarlos.
  • Sólo con clavar los cantos produciremos el giro.
  • La clave técnica del carving se basa en ser capaz de mantenerse perfectamente centrado sobre la tabla, apoyándose en el esquí exterior.

Conseguir una posición centrada

Como ya hemos dicho, uno de los puntos fundamentales para esquiar convenientemente con las nuevas tablas de Carving es la capacidad para mantenernos perfectamente centrados sobre los esquís.

Además de resultar mucho más cómoda y menos cansada, esta posición de centrados es fundamental para poder controlar los virajes, puesto que si nos colocamos adelantados o atrasados no podremos guiar los esquís ni conseguir la presión necesaria para trazar las curvas con el radio adecuado. Pero no sólo eso, una mala posición puede ser consecuencia de importantes problemas físicos:

  • Posición adelantada: puede depararnos importantes dolores en los lumbares al final de la jornada (cada vez que pasemos un bache estaremos forzando esta zona).
  • Posición atrasada: estaremos ejerciendo presión sobre los cuádriceps de las piernas, que terminarán por resentirse.

Existe un truco conocido por cualquier profesor de esquí, que consiste en practicar diferentes virajes cogiendo los dos bastones con ambas manos, como si lleváramos una bandeja. De esta forma el esquiador se centrará en llevar los bastones, los cuales utilizará como referencia para mantener la posición adecuada, pero además, es una situación en la que estaremos concentrados en mantener el equilibrio, por lo que no realizaremos rotaciones exageradas que puedan mover nuestra posición.

Este truco está bien para practicar, pero está claro que no siempre vamos a esquiar con los bastones agarrados de esta forma, por lo que conviene saber cómo es su clavado correcto. Efectivamente, dónde, cuándo y cómo se claven los bastones resulta fundamental para conseguir un ritmo correcto y una posición centrada. Para ello buscaremos la zona comprendida entre la espátula del esquí y la punta de la bota: si clavamos más adelante estaremos en una posición adelantada que nos dificultará la finalización correcta de los virajes; y si lo hacemos más atrás el inicio del viraje será malo y retrasaremos la posición inevitablemente.

Publicado en: Esquí, Técnica de esquí

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