Los aludes, consejos de seguridad

Salud y seguridad

Un alud es el desprendimiento de una masa de nieve, de dimensiones y recorrido variable, en una pendiente. Dependiendo del grado de cohesión y el estado físico de la nieve, el tipo de alud será diferente. Principalmente se distinguen tres tipos de aludes principales:

  • Aludes de nieve reciente: Se producen durante o poco después de intensas nevadas. En este tipo de aludes pueden ser de nieve seca (cuando las temperaturas durante la nevada son netamente inferiores a los 0ºC) o de nieve húmeda (nevadas con temperaturas próximas a los 0ºC). El desencadenamiento de un alud de nieve reciente se produce debido a una pérdida de cohesión de la capa superficial ya sea por sobrecarga o por un aumento de la temperatura durante o poco después de la nevada. Los aludes de nieve seca se conocen también como aludes de nieve polvo que se producen durante las épocas más frías del invierno y que debido a su gran velocidad pueden llegar a ser muy destructivos.

  • Aludes de fusión: Su origen radica en la fusión del manto nival cuando la temperatura del aire supera claramente los 0ºC o en caso de lluvia. Son los típicos aludes de primavera, posiblemente los más conocidos, a pesar de que en ocasiones se pueden producir en pleno invierno en periodos de elevadas temperaturas. Se caracterizan por una nieve húmeda y pesada. Su velocidad de desplazamiento es lenta aunque no por esto dejan de ser peligrosos.

    En ocasiones, puede verse involucrado todo el manto hasta llegar al suelo, arrastrando rocas, árboles, arbustos, etc. En este caso hablamos de aludes de fondo.

  • Aludes de placa: Se producen debido al deslizamiento de las capas superiores, aparentemente estables, sobre capas de baja cohesión o sobre superficies de rehielo. Un caso particular de aludes de placa son las placas de viento, capas duras pero frágiles formadas por la acumulación de nieve transportada por el viento en zonas de barlovento. En general la existencia de cornisas de nieve son un indicio de la existencia de placas vertiente abajo, a pesar de que no se trata de una condición imprescindible. Las placas tienen un aspecto particular con un color blanco mate, de forma lenticular, en su paso por encima se emite un característico sonido (parecido al chirriar) y los bastones de esquí o el piolet se clavan muy bien. Estos aludes suelen producirse en vertientes abiertas, sobretodo en zonas convexas, y a menudo por el paso de una persona. La fragilidad de las placas y la desunión con las capas inferiores hacen que éstas actúen como trampa para excursionistas y esquiadores, el sobrepeso de los cuales al pasar por encima, actúa como factor desencadenante del alud. Este tipo de aludes se pueden producir a lo largo de toda la temporada, siendo más peligrosos durante las épocas más frías del invierno.

LA PLANIFICACIÓN DEL ITINERARIO

Para evitar los aludes es fundamental planificar el itinerario antes de salir de casa, y tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Consulta del Boletín de Peligro de Aludes: estado del manto nivoso, peligro de aludes y tendencia.

  • Consulta de la predicción meteorológica: estado y evolución del tiempo.

  • Si no conoces la zona, consulta a alguien que la conozca, como por ejemplo a los guardas de un refugio de la zona.

  • La excursión tiene que estar adaptada, a la forma física de los participantes, al número de participantes, al nivel técnico, y al material del que se dispone.

  • Avisa del itinerario a familiares, amigos o guardas de refugio, para que en caso de accidente sea más fácil la búsqueda.

  • Pensar el itinerario sobre un mapa, considerando las zonas de mayor peligro y adaptando el recorrido al grado de peligro previsto, considerar también la posibilidad de rutas alternativas.

  • Es indispensable que cada participante del grupo debe llevar el material básico de seguridad: ARVA (aparato de búsqueda de víctimas de aludes), pala y sonda.

  • Antes de iniciar el recorrido pondremos en modo de emisión el ARVA, aunque no haya sensación de peligro.

DURANTE EL RECORRIDO

Debemos de tratar de circular siempre por zonas seguras:

  • Por crestas y lomas donde dificilmente nos caerá un alud de más arriba.

  • Por zonas ventadas (situadas a barlovento), a pesar de que encontraremos menos nieve.

  • Zonas con relieve ondulado mejor que grandes pendientes.

  • El bosque proporciona anclajes al manto. Es preferible un bosque denso antes que un bosque clareado

Hay que evitar zonas potencialmente peligrosas:

  • Pendientes más abruptos y zonas convexas donde la tensión en el interior del manto nivoso es mayor.

  • Vertientes a sotavento, donde se pueden encontrar placas, un buen indicio es la presencia de cornisas

Tenemos que estar atentos al estado de la nieve, el terreno sobre el que nos desplazamos, el tiempo meteorológico, el grupo y el horario.

EN CASO DE ALUD

  • Debemos tratar de intentar mantener la calma e intentar huir por el lateral más próximo.

  • Si vemos que nos alcanza el alud intentaremos liberarnos de los esquís y bastones y una vez alcanzados hay que intentar nadar para así mantenernos en la parte más superficial del alud.

  • Si el alud nos atrapa adoptaremos la postura de una pelota y cuando notemos que se detiene con el brazo delante de la cara y las rodillas, intentaremos crear una cámara de aire.

  • Averigüar la posición respecto de la superficie mediante la caída de saliva, nieve, etc.

  • Intente emitir algún sonido agudo, pero cuidando de no agotarse.

La supervivencia de las víctimas de avalancha que están totalmente sepultadas por la nieve es de 15-18 minutos tras el accidente. A partir de este tiempo crítico, la supervivencia cae, hasta solo un 30 % de supervivencia a los 35 minutos. La supervivencia de las víctimas enterradas depende de la actuación de las personas que han quedado en la superficie (sus compañeros) y no de la llegada de un grupo de rescate organizado, que no podrá hacerlo antes de ese tiempo crítico. Mientras alguien llama al 112, iniciaremos la búsqueda rápidamente.

Todos los miembros del grupo se pondrán el ARVA en modo de recepción mientras uno de los miembros del grupo dirige la operación desde fuera y vigila que no caigan más aludes. La búsqueda se realizará desde el punto de desaparición de la víctima observando a la vez los posibles indicios superficiales. No podemos perder tiempo yendo a buscar ayuda hasta que no hayamos localizado a la víctima.

Es muy importante haber practicado con anterioridad el rescate con ARVA ya que en caso de accidente no hay tiempo para la improvisación.

Recuerda que el número de emergencias internacional es el 112. La información que debemos dar será la siguiente, aunque no te preocupes porque ellos mismos te la irán pidiendo:

  • Deberemos informar de forma clara y concisa del accidente, de su gravedad aparente, del mecanismo lesional que lo ha producido y del número de heridos.

  • Hora aproximada del accidente y lugar, con la mayor precisión posible. Si disponemos de GPS facilitaremos las coordenadas y detalles visuales del lugar que faciliten nuestra localización. Interesante tener topografía digital cargada en el GPS.

  • Número de personas que nos acompañan. ¿Necesitarán ser evacuadas? Color de ropa.

  • Condiciones meteorológicas de la zona del accidente: viento, visibilidad.

Publicado en: Esquí, Salud y seguridad

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