El dopaje, la mentira del súperhombre

Salud y seguridad

El dopaje, la bestia negra del deporte, está por desgracia, de moda en el mundo del esquí. Los recientes casos de descalificación en los pasados juegos Olímpicos de Salt Lake City del español Muehlegg y de las rusas Lazutina y Danilova; han traído de nuevo a la palestra un tema tan controvertido como peligroso: el dopaje en deportistas de élite.
Nada más lejano al fundamento mismo del deporte; puesto que si éste se entiende como un culto al cuerpo, con el dopaje se consigue justamente lo contrario. Para muchos el verdadero problema se encuentra en el altísimo nivel de profesionalización que el deporte está adquiriendo. Un nivel que exige al deportista un rendimiento máximo que en ocasiones se encuentra muy por encima de la capacidad real de la persona; de ahí que algunos acudan a sustancias que ofrecen la posibilidad de mejorar ese rendimiento.
Un método relativamente rápido y fácil, pero también peligroso y, en cualquier caso, un juego sucio.

Las bases

Por dopaje entendemos el uso de sustancias prohibidas con el fin de aumentar la capacidad de rendimiento de un deportista.
Con el término genérico de sustancias prohibidas estamos englobando una serie de drogas utilizadas como estimulantes que consiguen retrasar la aparición de la fatiga, así como hormonas o derivados hormonales que aumentan la masa muscular; lo que sin duda conlleva un incremento de la fuerza y la velocidad conseguidas.
Tal vez si queremos buscar las bases del dopaje deberíamos trasladarnos a las antiguas URSS y República Democrática de Alemania. Durante los años de guerra fría en estos países comunistas el deporte iba más allá de la mera competición, adquiriendo tintes políticos que sin duda resultaban más importantes que la propia salud de los deportistas.
La máxima expresión de esta idea se desarrollaba durante la celebración de los Juegos Olímpicos, donde capitalismo y comunismo luchaban por demostrar qué política era más fructífera y ésto, aunque pueda parecernos mentira, se medía en función de las medallas conseguidas. Así entendido, el deportista no era más que un medio para conseguir un fin, por lo que todas las pruebas que sobre él se hicieran estaban justificadas.
Los experimentos de aquella época resultan realmente salvajes, sirvan dos ejemplos para demostrarlo: uno con nombre propio, la deportista alemana llamada Señor Krieger (realmente Heidi Krieger), campeona de Europa de levantamiento de peso en el año 1986, un título que consiguió gracias a las ayudas de fuertes dosis de andrógenos (hormonas masculinas), que le supusieron la necesidad de una operación de cambio de sexo, además de gran cantidad de problemas de salud añadidos.
Otro ejemplo es aún más triste y general; se trata del uso de una técnica basada en dejar embarazadas a las deportistas con el único fin de generar las hormonas propias del embarazo; una vez generadas estas hormonas, debían abortar para seguir entrenando al máximo nivel.
Si se desea tener más datos sobre estos desafortunados tiempos, el Clinical Chemistry, vol 43 (1997). Doping hormonal y androgenización de los atletas; de los autores Franke y Berendonk; describen el desarrollo por parte del gobierno alemán de un programa de uso de esteroides y andrógenos.
En nuestros días estas crueles técnicas no se llevan a cabo, pero siguen desarrollándose otros experimentos. Muchos opinan que el nivel de exigencia actual a un deportista está muy por encima de la capacidad física de cualquier persona; pero ¿por qué esa exigencia? casi todos encuentran al culpable en los intereses comerciales o publicitarios que siempre rodean a cualquier evento deportivo, el gran público quiere proezas y esas se pagan caro. En el momento en el que el deporte deja de hacerse por salud o afición y entra la competición profesional, hablaremos de fabricantes, sponsors, patrocinadores…. en definitiva, empresas que invierten mucho dinero y que lo que quieren es que su logo o imagen sea visto por el mayor número de personas, con lo que al final se consigue que todas las grandes citas deportivas se conviertan en un mero espectáculo. Un espectáculo, eso sí, que mueve mucho dinero.
Si el deportista quiere estar ahí, ganarse la vida con esta actividad, deberá estar a un nivel muy superior al normal; y ahí se encuentra el origen actual del desarrollo de sustancias dopantes. Fármacos, drogas, etc que deben ser administradas con el máximo control puesto que pueden conllevar serios problemas de salud e incluso la muerte.
El mundo del dopaje avanza rápidamente y el motivo es claro: poder escapar del antidopaje. El objetivo es encontrar sustancias que pasen desapercibidas en cualquier control y para su prueba se utiliza al propio deportista como conejillo de pruebas.
Efectivamente, el deportista que se dopa está jugando a diario en una ruleta rusa de la que nunca sabe si va a salir ganador. Como decíamos antes, un método cruel.

Definiciones oficiales

  • Definición del Comité Olímpico Internacional
    “El uso de un artificio (sustancia o método), potencialmente peligroso para la salud de los deportistas y/o susceptible de mejorar su rendimiento, o la presencia en el organismo de un deportista de una sustancia, o la constatación de un método, que figuren en la lista anexa al Código Antidopaje del Movimiento Olímpico” (Conferencia Mundial sobre el Dopaje en el Deporte. Declaración de Lausana 1999).
  • Definición Española
    “Promoción, incitación, consumo o utilización de las sustancias y grupos farmacológicos prohibidos y de los métodos no reglamentarios destinados a aumentar las capacidades físicas de los deportistas o a modificar los resultados de las competiciones en las que participan”. (1990).

Definiciones oficiales

  • Definición del Comité Olímpico Internacional
    “El uso de un artificio (sustancia o método), potencialmente peligroso para la salud de los deportistas y/o susceptible de mejorar su rendimiento, o la presencia en el organismo de un deportista de una sustancia, o la constatación de un método, que figuren en la lista anexa al Código Antidopaje del Movimiento Olímpico” (Conferencia Mundial sobre el Dopaje en el Deporte. Declaración de Lausana 1999).
  • Definición Española
    “Promoción, incitación, consumo o utilización de las sustancias y grupos farmacológicos prohibidos y de los métodos no reglamentarios destinados a aumentar las capacidades físicas de los deportistas o a modificar los resultados de las competiciones en las que participan”. (1990).
Publicado en: Esquí, Salud y seguridad

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