Cómo elegir el calzado de senderismo

Material

Nadie duda de que el calzado es una de las partes más importantes de nuestro equipo. De él depende el goce y disfrute de una suave caminata o una dura marcha en alta montaña. Y una incorrecta elección del mismo puede directamente dar al traste con nuestra salida además de comprometer seriamente nuestra seguridad y salud.

Es importante destacar que el calzado “todoterreno” que sirva para todas las estaciones y tipos de terreno no existe por lo que es fundamental adecuar nuestro calzado al tipo de salida, terreno y condiciones climáticas que nos vamos a encontrar.

A continuación abordaremos las claves principales que hay que tener en cuenta para elegir nuestro calzado.

UNA BOTA PARA CADA ACTIVIDAD

Nos encontramos con una enorme variedad de calzado adecuado para la práctica del senderismo y trekking; casi tanta variedad como terrenos y tipos de trekking podemos encontrarnos. Atendiendo al tipo de terreno podremos hablar de forma general de:

  • Senderismo ligero, rutas cortas
  • Senderismo por terreno de montaña más fácil, rutas largas, desniveles, peso
  • Senderismo por zonas naturales fáciles y por caminos y pistas en buen estado, poco desnivel, con o sin peso
  • Travesías por zonas de montaña cercanas al montañismo
  • Travesías de varios días con peso

 

Para afrontar estas actividades, podremos elegir entre los siguientes tipos:

  • Botas
  • Botas caña media
  • Zapatillas y zapatos, de senderismo, de trekking, de aproximación
  • Calzado con o sin membrana impermeable y transpirable
  • Calzado más ligero y flexible o con mayor protección y rigidez.

 

 

La elección dependerá de una combinación de factores externos:

  • Tipo de actividad
  • Lugar en donde se desarrolla
  • Orografía y tipo de terreno
  • Meteorología, invierno-verano
  • Peso que debemos cargar
  • Combinados con factores personales:
  • Forma física
  • Experiencia
  • Morfología de nuestro organismo

De esta forma, si vamos a hacer una ruta de senderismo de un día sobre terreno fácil sin muchas complicaciones lo mejor es utilizar un calzado blando, es decir, una zapatilla cuya suela no presente mucha oposición a la torsión. El calzado de montaña con suela blanda se asemeja mucho a una suela de zapatilla de correr, con la diferencia de que la suela tiene mayor agarre y es más técnica. Tendremos que buscar unas botas o zapatillas transpirables, con suela antideslizante, de caña baja o media, ligeras de peso y poco rígidas. Podemos sacrificar la impermeabilidad por una rejilla transpirable que facilite la ventilación y evacuación del sudor. Las zapatillas de senderismo cumplen estos requisitos.

Cuando la ruta de trekking se complica y ya hablamos de zona pedregosa, media-alta montaña y mayor protección para pies y tobillos lo mejor es un calzado semirígido. Este tipo de calzado ayuda al apoyo en zonas difíciles como rocas y evita que toda la fuerza la realice el pie, sino que parte de la estructura de la bota haga de apoyo. Tendremos que exigir una buena suela (preferiblemente Vibram), buena transpirabilidad e impermeabilidad, de caña media e incluso alta, y que sean semi-rígidas (esto nos permitirá adaptarle unos crampones de correas por si queremos hacer algo más técnico).

 

 

Las botas de trekking o para alta montaña serán suficientes. Este calzado permite un cierto grado de torsión pero no se arquea completamente ni con facilidad, lo que va a dar mucha seguridad a la zona del tobillo y evita continuas torceduras. Es un calzado más pesado que el anterior y por eso hay que tener cierta forma física para llevarlo, ya que estar unas cuantas horas caminando con estas zapatillas requiere de un esfuerzo extra.

Por último si pensamos en realizar salidas de alta montaña invernal o rutas extremas, tendremos que añadir más rigidez a las botas (rígidas o de plástico) y que soporten crampones. Hay que tener en cuenta que la suela de este calzado no cede apenas a la torsión ni la flexión, con lo que no es tarea fácil andar con este tipo de botas.

Además, la capacidad de retención térmica será un factor imprescindible a tener en cuenta. Normalmente estas botas cuentan en su interior con un botín independiente de la carcasa plástica como aislante para temperaturas extremas. En este caso hablamos de las botas de alta montaña extrema, botas invernales, o para alpinismo.

LA SUELA

Sin duda cualquier calzado deportivo tiene que tener una suela que nos permita practicar el deporte para el que está diseñado. Sin embargo, en la montaña o en el campo, al hablar de la suela, no solo hablamos de algo que nos ayuda en la práctica: también hablamos de nuestra seguridad e integridad física. Da igual que hablemos de senderismo, trekking o alpinismo, una correcta elección en este sentido es de vital importancia.

La suela debe ser siempre antideslizante y con tacos.Actualmente, la mejor opción suele ser suela Vibram: suela de gran agarre y muy resistente a la abrasión. No obstante, algunas marcas fabrican su propia suela con buenos resultados en cuanto a agarre y resistencia a la abrasión.

Si bien no notaremos la diferencia en terrenos fáciles, si realizamos rutas por senderos más técnicos apreciaremos claramente la diferencia entre una buena suela y otra mediocre.

Normalmente el caucho es el elemento más utilizado. Según el material y el diseño del grabado, tendremos mayor o menor adherencia en terrenos mojados o helados. Al igual que ocurre con los neumáticos de los automóviles, la goma de la que están compuestas las suelas del calzado, envejece con el paso del tiempo, la acción del frío, el calor, la oxidación y los rayos UV. El resultado será un endurecimiento del material, que provocará la pérdida de adherencia.

Otro aspecto a tener en cuenta es el reparto de las distintas densidades de la suela, principalmente del talón, pues nos ayudará a amortiguar los impactos de choque de nuestro pie contra el terreno.

También, el grabado de suelas técnicas está concebido para que en bajadas el talón retenga la bota y no patine, mientras que en ascensiones consigue mejor adherencia gracias a la puntera, evitando torceduras y lesiones debidas a las irregularidades del terreno.

PROTECCIÓN

Cuando andamos por la naturaleza o la montaña, es fácil recibir o dar golpes a piedras, raíces, etc. Por eso, el calzado de trekking debe llevar una puntera de goma reforzada que proteja nuestros dedos, una talonera que proteja la parte trasera del pie, y protecciones laterales y de empeine.

Algo importante: la protección que necesitamos del calzado de trekking no sólo incluye al pie; también lo hace con el tobillo. Por eso, en muchos casos la elección de botas medias o altas será adecuada.

CAÑA

Con esto se hace referencia a la altura que alcanzan las botas para abrazar el tobillo. Aunque solamos caminar por terreno poco accidentado, la mejor y mínima elección será escoger botas de senderismo con una caña mediana, lo que nos dará mayor estabilidad al andar sujetando el tobillo y protegiéndolo ante posibles resbalones y torceduras. Por supuesto, ante terrenos más accidentados y agrestes la mejor elección pasará por botas de caña alta.

El refuerzo acolchado adicional en el cuello de la caña, nos dará mayor comodidad sobre todo en las bajadas. Los modelos exclusivos femeninos e infantiles están diseñados de manera que el ancho y el empeine sean un poco más reducidos y la zona del tendón de Aquiles ajustado a su morfología para conseguir una mayor adaptación.

TRANSPIRABILIDAD E IMPERMEABILIDAD

En la montaña el tiempo cambia bruscamente con facilidad, incluso si pensamos en un calzado para salir al monte solo en verano y en días soleados, es conveniente echarun ojo a este factor. Cualquier chaparrón, por leve que sea, hará que los pies queden calados sin una buena membrana. Al igual, el caminar entre charcos y por nieve (aún en días soleados) será más fácil si nuestras botas son totalmente impermeables. Por supuesto, este factor va unido a la transpirabilidad, debemos tener presente que a además de ser impermeables cuenten con una buena capacidad de transpirabilidad.

 

La transpirabilidad se define como la capacidad que tiene un tejido de que el vapor de agua lo atraviese. Si nuestro calzado no transpira lo suficiente, nuestros pies quedarán húmedos por nuestro sudor e incluso el agua que haya podido entrar en ellos. Las consecuencias serán enfriamiento y mala termorregulación corporal, así como un caldo de cultivo para rozaduras, ampollas y hongos en los casos más extremos.

El calzado con membrana soluciona este problema en parte, ya que permite al pie transpirar a la vez que es impermeable.
Pero hay que tener en cuenta que, a pesar de ser transpirable, no lo es tanto como un calzado sin membrana.

MATERIAL Y PESO

Para la confección de los diferentes tipos de botas se utilizan, desde las carcasas independientes de plástico en las botas de alta montaña y expedición, al nylon cordura, serrajes o pieles para el exterior, con lo que se consigue comodidad, adaptabilidad y resistencia a la abrasión.

Las botas tienden a ser más pesadas conforme aumentamos el nivel de la ruta que vayamos a hacer. Así, una bota para alta montaña invernal es más pesada y rígida por las exigencias que supone el terreno.

 

 

Sin duda material y peso son dos factores están relacionados, podemos distinguir entre dos líneas diferentes según su material de fabricación. Las botas de piel son muy cómodas y adaptables, pecando de ser bastante pesadas y poco transpirables.

Por su parte, las de fibra sintética (kevlar, fibra de vidrio, fibra de carbono…) son muy ligeras y transpirables, aunque se adaptan peor al pie (por tanto, deberemos estar bien convencidos de sentirnos cómodos con ellas, o nos torturarán la caminata).

FLEXIBILIDAD Y DUREZA

Bien relacionado con lo anterior, la flexibilidad y dureza se refiere a la rigidez no solo de la bota, sino principalmente de su suela. Las botas poco rígidas o semi-rígidas son mucho más cómodas al caminar, por adaptarse mejor a la forma de nuestro pie en cada paso.

La misión del calzado de senderismo y trekking también es estabilizarnos. En la montaña, en la naturaleza, es fácil que pisemos mal, por terreno roto, crucemos una media ladera. El calzado debe evitar los peligrosos desequilibrios, que no solo pueden provocarnos lesiones, sino que pueden provocar una caída grave.

Para ello, la suela y media suela tiene un diseño diferente al habitual, (cuanto más técnico sea el calzado, más rígida será), y las protecciones dan rigidez a la parte superior.

Etiqueta: Botas de esquí
Publicado en: Esquí, Material

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