El tiro con arma corta deportiva

Tiro

El tiro, en cualquiera de sus modalidades, es un deporte indudablemente apasionante, donde el tirador pone a prueba sus sentidos de autodominio y concentración al máximo.

Esta cualidad hace que, con su práctica, se genere una mayor seguridad en sí mismo mejorando los niveles de atención y concentración, cuestión ampliamente comprobada en la población estudiantil, en la cual se ha visto una sustancial mejora de su rendimiento escolar tras la práctica continuada de este especial deporte. El tiro exige un continuo aprendizaje, observándose que aquí no vale el famoso dicho de “esto es como montar en bicicleta, una vez aprendido nunca se olvida”.

En contrapartida, la práctica bien planificada conduce a una mejora progresiva en los resultados hasta una edad muy avanzada, cuestión que ocurre en muy pocos deportes de competición. Es de gran interés que se pueda realizar desde la infancia hasta la vejez y la variedad de modalidades existentes permite efectuar una elección acorde con la edad. Por otra parte el tiro, sobre todo el que se practica en galerías al aire libre, presenta dificultades diferentes de un día para otro, que dependen de las condiciones climáticas: luz, viento, humedad, etc.

Todo este conjunto de características contribuyen a acrecentar su atractivo.

“El lograr una puntuación buena está al alcance de muchos. El obtener un buen promedio está al alcance de pocos”.

TIPOS DE ARMA CORTA DEPORTIVA

La palabra “pistola” se utiliza para la denominación genérica de cualquier tipo de arma corta, incluyendo revólveres, pistolas de un solo tiro, pistolas semiautomáticas, y pistolas de aire comprimido o de gas. Su diseño y calibre varía considerablemente, desde una pistola de percusión central del calibre .45 hasta las de aire comprimido de calibre .177(4.5 mm).

1. Revólveres

Se fabrican en casi todos los calibres deportivos desde el .22 hasta el .45. En un revólver los cartuchos van alojados en un cilindro que gira a medida que se monta el martillo, ya sea manualmente (tipo de simple acción) o al presionar el gatillo (tipo de doble acción), y alinea una de las cámaras con el cañón.

El mecanismo es relativamente lento de accionar tanto en el amartillado como por el tiempo del disparo. Frente a ese inconveniente, el revólver presenta varias ventajas: su diseño permite que el ángulo de la culata sea favorable para la inclinación de la muñeca, lo que mejora el control durante el disparo; al asentarse muy bajo en la mano, el retroceso se trasmite al brazo más directamente, provocando poca elevación de la boca; no presenta partes móviles que alteren la trayectoria de la bala, después de la percusión. Por todo ello se le considera un arma para la práctica de precisión.

 

2. Pistola semiautomática

También se fabrica en todos los calibres deportivos. Los cartuchos están alojados en un cargador que se introduce en la pistola, generalmente por la culata.

El bloque del cerrojo (que puede denominarse “corredera”) es impulsado hacia atrás por la explosión del primer cartucho y a medida que lo hace el extractor saca la vaina vacía de la recamara y un expulsor la impulsa fuera de la pistola. En este movimiento del bloque se monta de nuevo el mecanismo del disparador. En su movimiento hacia adelante coge una bala del cargador y la introduce en la recámara, quedando la pistola lista para el siguiente disparo.

La pistola semiautomática es apropiada para la mayor parte de las modalidades de competición, sobre todo para aquellas en las que el tiempo para cada disparo sea corto, y generalmente es la más utilizada en los polígonos de tiro. Los diseños varían considerablemente.

Algunas tienen el cargador en la culata, otras debajo del cañón por delante del guardamonte, lo que produce lógicamente que los centros de gravedad también sean diferentes. Los ángulos de empuñadura varían desde los casi 90º del tipo militar a las de ángulo variable que unido a la posibilidad de disponer de cachas más o menos anatómicas permiten una mejor adaptación a la mano el tirador.

 

 

3. Pistolas de un solo tiro (monotiro)

Como su nombre indica sólo se puede cargar un cartucho cada vez. Desde el punto de vista deportivo se pueden distinguir dos tipos: las diseñadas para la especialidad olímpica de Tiro Libre a 50 metros y en segundo lugar cualquier otra monotiro que sirva para modalidades de precisión y fuego lento.

Las pistolas para Tiro Libre son armas diseñadas para obtener la máxima precisión en las que únicamente se permite el uso de calibre .22 L.R. El diseño del cañón, el mecanismo de disparo, la culata, el uso de contrapesos para corregir el centro de gravedad, son a gusto del tirador, con escasas limitaciones legales. Esta modalidad de tiro es el equivalente a la “Formula 1” del tiro con arma corta.

Las pistolas de pequeño calibre de un solo tiro, no incluidas en las denominadas libres, tienen su campo de aplicación en escuelas de tiro. Existen también especialidades de tiro de grueso calibre a largas distancias, en las que se utilizan este tipo de armas.

 

 

4. Pistolas de aire comprimido y/o gas

Para el tiro deportivo sólo está permitido el calibre .177(4,5 mm) y con limitación de velocidad de salida del proyectil.

En este tipo de pistolas la energía de impulsión de la bala (denominada popularmente “balín”) se obtiene a partir del aire comprimido en una cámara por un cilindro que se acciona manualmente mediante una palanca de carga. Actualmente, en la mayoría de las pistolas de competición, la carga de aire o gas (CO2) se obtiene de un deposito incorporado a la pistola, lo cual permite un elevado numero de disparos sin esfuerzo manual para la recarga.

 

 

ELECCIÓN DE UNA PISTOLA

Para elegir una pistola hay que tener en cuenta al menos tres factores:

1. El tipo de tiro que se desea practicar

2. El presupuesto disponible

3. Las características físicas del tirador

En muchos clubes, por motivos de seguridad y limitaciones de la legislación, se comienza la enseñanza del tiro con pistola neumática.

Para iniciarse en el tiro con arma de fuego, lo mejor es practicar con alguna pistola de Club para, posteriormente, adquirir una propia, preferentemente del calibre .22 LR, que sirva para varias disciplinas deportivas hasta tener segura nuestra preferencia o aptitud y entonces elegir una pistola más específica.

Si desde el principio se prefiere el grueso calibre, se elegirá una pistola o revolver de fuego central. Debe tenerse en cuenta que, en este caso, el aprendizaje es más costoso, en todos los sentidos. En cualquier caso debe seguirse el axioma: “un arma mala no hace nunca un buen tirador”. Lo que significa que desde el principio se debe elegir un arma que nos garantice un mínimo de resultados.

El precio de las pistolas varía enormemente en función de su tipo y fabricante. Generalmente hay que tener en cuenta que, excluyendo ornamentaciones y accesorios innecesarios, lo que se obtiene suele estar en relación con lo que se ha pagado.

Hay que tener en cuenta que si se elige una buena pistola desde el principio, aunque sea cara, probablemente nos va a durar para toda la vida de tirador, la cual puede ser muy larga. Las pistolas se fabrican con diferentes pesos, tamaños y estilos, aunque sean del mismo calibre. La forma en que se adapte a la mano es un factor importante a la hora de elegir modelo y tipo de empuñadura las cuales pueden ser para la mano derecha o izquierda.

Elija siempre una pistola que se adapte a sus características físicas. En la elección de la primera pistola es recomendable seguir el consejo de un tirador experto que conozca nuestras habilidades iniciales y pueda recomendarnos el modelo más adecuado. El obsesionarse por tal o cual marca, sin haber probado el modelo en el campo de tiro, suele provocar equivocaciones que siempre son caras.

Lo más práctico es seleccionar primero el tipo de pistola con el que tenemos mejores resultados y a partir de aquí elegir la marca que más nos guste.

MODALIDADES UIT ISSF

El tiro de competición con pistola puede practicarse según diferentes normas que varían en función del tipo de arma, modalidad y de la reglamentación para el uso de armas de fuego de cada país.

Hay unas modalidades que podemos llamar universales, las cuales están aceptadas por todos los países y que dependen de la reglamentación que ha desarrollado la Unión Internacional de Tiro (UIT), actualmente ISSF. Dentro de ellas se incluyen todas las modalidades Olímpicas y las de los Campeonatos del Mundo y Europa y forman parte, habitualmente, de todos los campeonatos nacionales y regionales de los países asociados a la ISSF.

Hay seis disciplinas UIT:

1. Fuego central

2. Pistola deportiva de mujeres

3. Pistola standard

4. Pistola de aire (mujeres y hombres)

5. Pistola libre

6. Tiro rápido o de velocidad

Pistola de Fuego Central y pistola Deportiva de mujeres

La competición de estas modalidades consta de dos fases independientes de 30 disparos cada una.

La primera es la Fase de Precisión en la cual los treinta disparos se realizan en 6 series de 5 disparos cada una con un tiempo límite de 6 minutos. Hay una fase de prueba previa de 5 disparos en 6 minutos.

La segunda Fase de Duelo se realiza después de haber completado la anterior obligatoriamente. En ella se realizan los 30 disparos en 6 series de 5 cada una. Durante cada serie la diana aparece 5 veces durante 3 segundos cada vez, intercalando un intervalo de 7 segundos.

Únicamente se permite un disparo en cada aparición de la diana. Igualmente hay una fase de prueba previa de 5 disparos con el ciclo completo.

Los blancos utilizados para la fase de precisión son las Dianas Internacionales de Precisión para 25 metros. Para la fase de duelo se utilizan las Dianas Internacionales de Fuego Rápido para 25 metros.

En estas modalidades las dos fases se suelen celebrar en días distintos.

Para la modalidad de Fuego Central se utilizan armas de grueso calibre, revolver o pistola semiautomática según preferencia, siendo los calibres más comunes el .38 sp y el .32 long S&W con munición de tipo Wadcutter. El último es el preferido por su bajo retroceso. Dentro de las normas técnicas destaca que la presión mínima del disparador debe ser de 1,360 Kg.

En la modalidad de pistola Deportiva de Damas, la cual es Olímpica, se utilizan pistolas semiautomáticas de fuego anular con munición del calibre .22 L.R.. En este caso la presión del disparador debe ser al menos de 1 Kg.

Pistola libre

Esta modalidad Olímpica, denominada en el argot de tiro la Prueba Reina o la Formula 1 del tiro, es sin duda la que más exige del tirador.

La competición consiste en realizar 60 disparos sobre la Diana Internacional de Precisión de 25 metros situada a 50 metros, en un tiempo de 2 horas, dentro del cual se pueden realizar disparos de prueba ilimitados, previamente a la fase de competición. Las reglas solo permiten disparar 5 disparos sobre cada blanco para facilitar la lectura de los impactos.

Actualmente con los blancos electrónicos se ha eliminado este problema. El arma de elección es una monotiro muy especializada, citada anteriormente, del calibre .22 L.R. en la que prácticamente se pueden realizar todo tipo de ajustes sin limitaciones La presión del disparador suele ser de pocos gramos a elección del tirador Pistola de velocidad Esta modalidad, también Olímpica, consiste en realizar 60 disparos a cinco blancos específicos (Dianas Internacionales de Fuego Rápido) situados a 25 metros, según el siguiente protocolo.

Hay dos fases de 30 disparos y cada una de ellas se subdivide en 6 series de 5 disparos cada una a realizar: 2 en ocho segundos, 2 en seis segundos y 2 en 4 segundos. En cada serie solo se puede efectuar un disparo a cada uno de los cinco blancos.

Antes de iniciar la competición, se puede realizar una serie de prueba de 5 disparos según cualquiera de las secuencia de tiro que se desee.

El arma que se utiliza es una pistola semiautomática muy específica del calibre .22 corto con unas medidas y peso determinados. La presión del gatillo es libre.

Pistola estándar

La prueba de la pistola estándar es una clase, en cierto modo, compendio de las otras modalidades, pues está constituida por fases de: precisión, tiro rápido y de velocidad intermedia a lo largo de una misma tirada.

La competición consiste en realizar 60 disparos sobre la Diana Internacional de Precisión, situada a 25 metros.

Hay tres fases de 20 disparos cada una. Cada fase consta de cuatro series de 5 disparos. En la primera fase se dispone de 150 segundos para cada serie de 5 disparos; en la segunda de 20 segundos y en la tercera de 10 segundos. Al comienzo se puede realizar una serie de prueba de 5 disparos durante 150 segundos. El arma de elección, por razones obvias, es la pistola semiautomática de calibre .22 L.R. y sus características técnicas son similares a las descritas en la modalidad de pistola Deportiva de Damas.

Pistola de aire comprimido/CO2

Es una modalidad Olímpica de gran difusión debido a la facilidad de disponer de instalaciones que no necesitan de elementos de seguridad como para las armas de fuego.

Con facilidad se puede instalar una cancha de tiro neumático en un gimnasio o incluso en casa sin ningún peligro.

Se distinguen dos tipos de competición: de hombres y de mujeres con categorías Senior y Junior. La primera consta de 60 disparos realizados sobre el blanco oficial de pistola neumática situado a 10 metros, un solo disparo por blanco, con un tiempo de 2 horas 15 minutos.

La segunda consta de 40 disparos al blanco citado, con un tiempo de 1 hora y media. Al comienzo y dentro del tiempo citado para cada modalidad, se pueden efectuar tiros de prueba, sin límite.

El arma que se utiliza es una pistola neumática de un solo disparo, utilizando como gas propulsor aire comprimido o CO2. La munición es del calibre 4.5 mm(0.177). La pistola con todos sus accesorios no debe pesar más de 1500 gramos y el disparador debe tener un peso mínimo de 500 gramos.

TÉCNICA BÁSICA

Los principios básicos del tiro con pistola son un conjunto de instrucciones relativamente sencillas y fáciles de comprender pero de gran importancia.

En el tiro no hay arte de magia. Para obtener buenos resultados es necesario tener un buen conocimiento de la técnica y aplicarla correctamente en cada momento. Muy pocas personas tienen desde el primer momento una habilidad o “cualidad” especial para este deporte. Cualquier practicante puede llegar a niveles muy altos incluso a tirador de elite con un adecuado entrenamiento. El tiro exige constancia y cierta disciplina para mantener un buen nivel. Sobre los principios básicos, según las condiciones físicas y mentales de cada tirador, se pueden efectuar cambios en la técnica y obtener mejores resultados para un momento o persona particular.

En todo caso, y sobre todo para el principiante, se recomienda seguirlos y si con el tiempo y la práctica no hay una progresión adecuada, efectuar modificaciones en algún aspecto guiados por sentido el común y mejor aún por los consejos de un instructor con experiencia, que haya estudiado nuestro problema.

Con el tiempo y la experiencia se adquiere “nuestra técnica particular”. No intente copiar lo que ve a las grandes figuras ya que puede ser una modificación de la técnica que no se adapta a nuestra peculiaridad.

En contraposición no tenga miedo de efectuar cambios que han demostrado su eficacia aunque exijan una nueva etapa de aprendizaje. El tiro es un deporte en el que siempre se puede aprender algo con la ventaja de que se puede practicar a lo largo de muchos años, lo que le hace más atractivo.

Es útil seguir un esquema natural del acto de disparo con todas sus fases. La escuela francesa de tiro deportivo distingue tres fundamentales, que a su vez pueden subdividirse. La primera, denominada sujeción, incluye lo concerniente a la posición del cuerpo, empuñadura del arma en situación de tiro y como le afectan otras circunstancias, sobre todo la respiración. La segunda es la toma de miras y de puntería. La tercera o de disparo, es la más delicada ya que incluye todo el proceso de control del disparador y la continuidad de la sujeción del arma mientras sale la bala.

Ninguna de las fases puede obviarse y no debe iniciar la siguiente sin ejecutar correctamente la anterior A continuación se desarrollan una por una todas ellas.

POSICIÓN

Para disparar con éxito se precisa adoptar una posición de pié que permita sostener la pistola con el brazo extendido lo más estable posible. No es una posición relajada, en realidad es preciso mantener una actividad muscular constante de todo el cuerpo en cada disparo o serie de disparos durante la competición, con la menor fatiga y retomarla cada vez que sea necesario con las menores variaciones posibles.

Existen varias posiciones que pueden adaptarse según la técnica y características físicas del tirador.

De todas ellas la más estable es la denominada “posición oblicua”, en la cual los pies están separados entre sí por una distancia aproximada a la de los hombros, formado un ángulo agudo de unos 60-70º. El cuerpo se sitúa a unos 45º con respecto al blanco y la cabeza se coloca levantada, sin esfuerzo, mirando al frente.

La cabeza ladeada o inclinada provoca que la visión no este centrada y perdamos la nitidez de los elementos de puntería. Se busca la posición natural de tiro para lo cual el tirador, encarado hacia el blanco, cierra los ojos, levanta el brazo derecho (izquierdo si es zurdo) con el dedo índice extendido y al abrir los ojos vea cual es su dirección de tiro teórica, la que apunte el dedo. Esa es la posición natural de tiro de esa persona. 6 Si el dedo no apunta al blanco, se debe corregir la posición de todo el cuerpo moviendo el pie trasero, con el delantero fijo y manteniendo el ángulo entre ellos, hasta que el dedo apunte al centro del blanco.

No se debe intentar corregir la posición moviendo el brazo ya que se adoptaría una posición antinatural, no relajada, la cual siempre tiene consecuencias negativas en la trayectoria del disparo.

Otras posiciones como la “en línea” o abierta “en ángulo recto” tienen el inconveniente de dificultar el equilibrio pudiendo aparecer oscilaciones laterales o anteroposteriores que provocarían variaciones considerables del punto de impacto a ambos lados de la diana o a niveles superior o inferior respectivamente.

EMPUÑADURA

La sujeción del arma con la mano se denomina empuñadura. Es la acción que debemos efectuar previamente a cualquier maniobra de puntería. El sitio por donde se sujeta el arma también se denomina empuñadura o cacha Hay que tener en cuenta que no todas las manos son iguales ni tienen el mismo ángulo de muñeca por lo cual probablemente cualquier empuñadura debe retocarse para una buena adaptación anatómica particular. La cacha bien adaptada permite adoptar una posición natural de tiro sin necesidad de realizar esfuerzos ni correcciones innecesarias de la muñeca.

Hay pistolas que tienen las cachas con regulación del tamaño y ángulo, lo cual facilita mucho su adaptación. Para empuñar adecuadamente la pistola se debe tomar por el cañón con la mano contraria, para dirigirla hacia la mano que va a disparar, la cual debe estar abierta con el pulgar separado y dirigido adelante.

Se sujeta firmemente de modo que la palma quede “llena” con la cacha. A continuación se cierran los dedos medio y anular ejerciendo presión que tiene que notarse en la base del pulgar. El meñique se cierra con poca presión, el índice debe quedar libre y el pulgar apoyado arriba y adelante, sin presionar. Los dedos clave en la sujeción son, por tanto, el medio y el anular. En caso de que la cacha no llene la mano al cerrarla, se deben efectuar rellenos o rebajes en la misma hasta conseguirlo.

Esta maniobra es muy delicada y debe realizarse con la ayuda de un experto. La sujeción de la pistola debe ser lo más alta posible, de modo que el brazo esté alineado con el cañón, de esta manera el retroceso es más lineal y se reduce la elevación por el disparo.

El dedo índice es preferible que no toque el armazón, para no provocar desvíos del arma al apretar el gatillo. La distancia de este dedo al gatillo debe permitir que se apoye el centro de la 1ª falange en el mismo. Para conseguir uniformidad en la tirada es importante mantener la misma empuñadura disparo tras disparo.

El tema de cuanta fuerza es necesario aplicar para sujetar el arma está en controversia y varía según las escuelas de tiro. Unas son partidarias de sujeciones con gran presión y otras de ejercer la menor presión posible en función del calibre a utilizar. La posición intermedia más lógica es sujetar el arma con la fuerza suficiente para que no haya un movimiento excesivo durante el disparo, y no se pierda el control sobre el dedo índice. Obviamente no parece lógico sujetar con la misma fuerza una pistola de aire comprimido que una de grueso calibre.

Como final de este apartado decir que la cacha bien adaptada a la anatomía el tirador es absolutamente indispensable para conseguir buenos resultados. Para hacerse una idea de la importancia de esta aseveración, comentar que muchos tiradores de elite, cuando viajan, llevan sus cachas personalmente ya que un arma se puede sustituir por otra igual, pero no su cacha anatómicamente adaptada.

RESPIRACIÓN

Los movimientos respiratorios, obviamente, producen desplazamientos del brazo con que se sostiene el arma y por lo tanto pueden influir en el punto de impacto. Por todo ello y aunque parezca una incongruencia se debe efectuar el disparo en fase de apnea, es decir, deteniendo la respiración por unos segundos.

Es necesario tener una buena oxigenación para conseguir un estado de buena atención mental y visión correcta, por lo que se recomienda efectuar unas respiraciones profundas previas a la fase de apnea, la cual, no debe sobrepasar los 10 segundos. Idealmente el disparo conviene efectuarlo entre los 5 y los 8 segundos.

Salvo personas excepcionales, a partir de los 10 segundos se inicia una fase de visión borrosa e inestabilidad en el pulso que aconsejan renunciar al disparo e iniciar de nuevo el ciclo de tiro. No conviene que los pulmones que estén llenos del todo ni vacíos, la situación intermedia es la más cómoda y aconsejable.

PUNTERÍA

La toma de puntería tiene dos fases: la primera consiste en alinear correctamente las miras delantera y trasera y la segunda apuntar con el arma a la diana. Se parte de la posición natural de tiro.

Para el ojo humano no es posible enfocar simultáneamente objetos situados a diferentes distancias, sobre todo si alguno está cerca y el otro lejos. Los elementos de puntería de la pistola, el alza y el punto de mira, tienen que alinearse correctamente de modo que el punto no sobresalga por encima del alza y las luces laterales que se ven entre el punto y el alza sean idénticas a ambos lados.

El ojo debe enfocar siempre el punto de mira, que es el elemento fundamental que nos indica hacia donde se dirigirá el tiro. La consecuencia es que el alza se verá un poco borrosa, fenómeno que se incrementa en las personas adultas.

La técnica de enfocar a un punto intermedio entre el alza y el punto no es recomendable porque al no tener una referencia fija se produce imprecisión, sensación de incomodidad y mayor cansancio. Con las miras alineadas y enfocando al punto de mira, se dirige la pistola hacia el blanco.

Obviamente la diana se verá borrosa, más que el alza. Este fenómeno es normal y no debe preocuparnos. No cometa el error, habitual, de enfocar el blanco en vez del punto, porque perdería totalmente la referencia de la dirección de tiro y el error que se puede cometer seria grande.

Para la toma de puntería con el blanco hay dos métodos fundamentales: uno consiste en apuntar directamente al centro y el otro a la zona del 6 a las 6 denominada en el argot “pie de diana”.

Apuntar al centro es lo más natural, pero tiene el inconveniente de que la zona negra es muy amplia (más de 20 centímetros para el blanco UIT) y es difícil concentrarse en un punto central fijo. Por el motivo antedicho, para la mayor parte de las modalidades, los tiradores prefieren la zona de pie de diana (el 6 a las 6). Si se elige esta zona hay que efectuar correcciones en el alza para que el impacto se produzca por encima de la zona de puntería los centímetros necesarios para situarse en el centro de la diana.

Esta zona es la más cómoda para apuntar ya que se tiene como referencia la línea que separa las zonas negra y blanca de la diana (entre el 6 y el 7), además, en la mayor parte de las pistolas de competición el grosor del punto de mira es equivalente al diámetro del área negra de la diana, lo cual ayuda doblemente para centrar el disparo. En la toma de puntería lo más importante es tener perfectamente alineados el punto y el alza para evitar los errores angulares que provocarían impactos muy alejados del centro de la diana.

La fase de alinear el arma con la diana es igualmente importante, pero se permiten ciertos desplazamientos horizontales que producirían lo que se llama el error paralelo, el cual tiene consecuencias menores que el angular. Un fenómeno que hay que tener en cuenta es que nadie es capaz de apuntar constantemente el arma a un punto.

Cada tirador tiene un movimiento del arma que se traduce en un círculo imaginario sobre el blanco en el cual se producirá el impacto. Ese círculo de dispersión de los impactos, que constituye nuestra área personal de tiro, lo podemos disminuir con el entrenamiento.

Una cuestión directamente relacionada con la fase de apuntar es con que ojo la debemos realizar, para lo cual tenemos que saber cuál es nuestro ojo dominante.

Las gafas de tiro son un complemento casi imprescindible para una buena toma de puntería.

CONTROL DEL DISPARADOR. EL DISPARO. LA CONTINUIDAD

La fase en la que se produce el disparo es la clave del tiro. La perfección en la ejecución de las otras técnicas previas no sirve para nada si se falla en esta. El dedo índice, debe ejercer una presión rectilínea en sentido anteroposterior.

Para esto tiene que estar correctamente situado, de manera que solo el centro de la falange distal toque el gatillo. Esta parte del dedo, cuando se efectúa el disparo, se mueve en sentido rectilíneo, mientras las restantes lo hacen en forma de arco. El dedo índice debe estar libre de apoyos y no tocar el armazón, para que en el momento de efectuar el disparo no se trasmita a la pistola parte de la fuerza ejercida lo que provocaría desviaciones en la línea de puntería y por tanto del impacto.

Por otra parte si la posición y presión del dedo al disparar no es la correcta, se pueden producir “empujes” o “tirones” de la pistola en la dirección de las fuerzas ejercidas en ese momento, provocando la consiguiente desviación del impacto en el blanco.

La presión sobre el gatillo debe instaurarse suavemente de un modo progresivo, sin brusquedades, hasta que se produzca el disparo.

La coordinación de la fase estática y dinámica durante el proceso del disparo es una de las tareas que exige una práctica continuada, de modo que se llegue a efectuar todo el proceso de un modo casi automático. Se tiende a decir que lo mejor es que estando en una posición óptima de toma de puntería, el disparo se produzca sin dar una orden consciente del mismo.

El tiempo desde la toma correcta de puntería y la realización del disparo es muy importante. Tal como se explicaba en el apartado sobre el control de la respiración, éste es limitado. Al tener que realizarse en apnea y de acuerdo con los estudios realizados al respecto se aconseja realizar el disparo entre los 5 y 8 segundos de la fase de apnea. Durante esa corta fase la concentración y la presión que se ejerce del gatillo son máximas, mientras que la habilidad para poder sostener la pistola y la reserva de oxígeno, están ya en descenso.

La zona de tiempo es muy crítica y no debe sobrepasarse: a partir de los 10-12 segundos, el pulso tiembla y la visión se hace ligeramente borrosa. En ese momento hay que renunciar al disparo y comenzar de nuevo el ciclo del mismo. La capacidad de saber renunciar a disparar cuando las condiciones no son óptimas nos sitúa en el camino correcto para llegar a conseguir unas buenas marcas.

Una vez que la bala sale hacia el blanco, todavía no debemos relajarnos. Es conveniente mantener el arma en posición de puntería durante unos segundos. En esta fase que se conoce como de continuidad, es importante evitar relajar la mano antes de tiempo lo que podría originar una desviación del cañón justo antes de la salida de la bala. Esta fase es muy a tener en cuenta en la modalidad de tiro neumático, debido a la baja velocidad de salida del balín y la gran longitud del cañón.

La continuidad también es esencial para determinar hacia que parte de la diana va dirigida la bala y así poder predecir, con cierta exactitud, el punto de impacto: es lo que se denomina cantar o llamar el tiro. El tirador que por su experiencia es capaz de cantar con exactitud el impacto, será a su vez capaz de efectuar los cambios adecuados en su técnica realizada incorrectamente.

Un error que se puede cometer es el llamado de anticipación, el cual consiste en efectuar un movimiento de compensación de la mano en el momento inmediato a percibir el retroceso. La consecuencia es una importante desviación del impacto. El error de anticipación es bastante corriente en principiantes, sobre todo cuando utilizan calibres potentes, originado por el miedo al fuerte retroceso.

En el tiro con arma larga es particularmente apreciable en los cazadores cuando prueban por primera vez los grandes calibres “africanos”. La anticipación también se produce, independientemente del calibre que se utilice, por la falta de relajación y por la ansiedad producida ante la expectativa del disparo.

Para finalizar este apartado es conveniente tener en cuenta que dada la gran variedad de armas cortas deportivas que existen, las cuales tienen características técnicas muy diferentes, es necesario efectuar un entrenamiento específico para las diferentes modalidades de tiro. No es lo mismo efectuar el disparo con una pistola libre con presiones de gatillo del orden de gramos que el de una de grueso calibre con presiones mínimas de 1,360 Kgs.

Etiqueta: Tiro
Publicado en: Caza, Tiro

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