La caza de la becada

Tipos de caza

Si buscamos un buen desafío cinegético, sin duda la caza de la becada puede depararnos grandes satisfacciones. La dificultad que entraña la caza de la sorda es algo que conocen bien aquellos que se atreven a dedicar unas jornadas de caza tras su captura. Una jornada de becadas en la que se consiguen tres o cuatro capturas se convierte en un día de caza excepcional por lo que para no pocos cazadores la becada y no la perdiz es la reina de la caza menor.

El terreno generalmente complicado, las condiciones meteorológicas adversas y sobre todo las dificultades propias de localizar un ave tan escurridiza como ésta suponen un auténtico desafío para el cazador más experimentado.

Situaciones cinegéticas exigentes para perros y cazadores que se deben de enfrentar a presas esquivas y bien adaptadas a un terreno que es en ocasiones bastante hostil para el cazador. Precisamente por ello la caza de la “dama del bosque” como también se conoce a la becada es una modalidad que reporta grandes satisfacciones y lances para el recuerdo.

La caza de estas aves migratorias requiere de una buena preparación y determinación para encontrarlas, a continuación abordaremos los mejores consejos para que nuestra jornada sea un éxito.

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LA IMPORTANCIA DEL PERRO PARA LA BECADA

En la caza de la becada contar con un buen perro especialista es fundamental. A pesar de que en principio cualquier perro de muestra debería ser capaz de cazar becadas lo cierto es que un buen perro becadero sólo se consigue con experiencia pues necesitan encontrar, mostrar y aguantar muchas becadas en distintas situaciones y lugares para sacar lo mejor de ellos mismos.

Por ello puede ser interesante no abatirle otra pieza que no sea una becada para que aprenda a ignorar por completo liebres, conejos, perdices…

Lo ideal sería contar con perros muy entrenados, mayores de cuatro años, pues en esta caza los canes hacen el noventa por ciento de la faena. Para ir tras las becadas no hace falta ser un atleta, pero sí poseer buenos perros.

Sobre el papel razas como los setter y los pointer suelen ser las mejores opciones,buscamos un perro resistente y polivalente que se adapte bien a cualquier tipo de terreno y condición climática, la raza por excelencia para esta caza suele ser el setter inglés. Debe cubrir en profundidad todo el terreno, teniendo en cuenta que en terrenos abiertos agrandará la búsqueda y en terrenos boscosos la reducirá.

La becada aguanta poco la muestra del perro, por lo que ya no son tan útiles esos auxiliares devoradores de hectáreas de monte que nos esperaban puestos durante minutos a que llegásemos con la lengua fuera. Lo ideal es cazar con dos setteres serenos, resistentes, con pasión por la caza, inasequibles al desaliento, sin miedo a los pinchos y con olfato a prueba de escarcha y rocío helado.

En líneas generales deben contar con las siguientes características:

Pasión: Un factor importante para cualquier perro de caza pero imprescindible para el perro becadero pues deberá hacer frente a situaciones difíciles con terreno complicado, maleza, barro , frío, humedad.. si no es un perro con verdadera pasión por la caza remoloneará para evitar el sufrimiento que suponen estas duras condiciones de caza.

Vientos: Con un perro flojo de vientos se pueden cazar conejos, pero desde luego no a la ‘dama del bosque’, esa especialista en hacerse invisible en lo más intrincado de la foresta.

Patrón: Una cualidad imprescindible si cazamos con dos perros pues de no contar con la misma dificultarán el disparo si uno de os perros interfiere en la muestra del otro.

Distancia de caza: Es necesario que el perro cubra buenas cantidades de terreno pues aquellos que cazan corto dan pocas satisfacciones en esta modalidad de caza. Necesitamos que cacen largo, y que aguanten bien la muestra.

Muestra firme: En relación con lo anterior necesitamos que la muestra sea firme, un aspecto fundamental para que aguante el tiempo necesario para que el cazador tenga las mejores oportunidades de disparo.

Experiencia: Para cazar becadas se necesitan perros muy entrenados, idealmente mayores de cuatro años, pues en esta caza los canes hacen el noventa por ciento de la faena.

LOCALIZACIÓN Y COSTUMBRES

Como en cualquier otra modalidad cinegética, conocer los hábitos y costumbres de nuestra presa es fundamental para localizarlas correctamente. Por ello resulta de gran ayuda contar con los más amplios conocimientos sobre costumbres, migraciones, alimentación y zonas querenciosas de esta especie.

Suele habitar en bosques de castaños, pinos, abetos y encinas, siendo más amiga de las zonas húmedas que de la sequedad.

De vida nocturna, sale de su refugio cuando ya se ha escondido el sol para volver cuando amanece.

Suele permanecer durante toda su vida en una misma zona y es normal que tras varias veces de levantar el vuelo en su huida, termine volviendo al mismo sitio donde comenzó su escapada.

Época de celo: se inicia en los meses de febrero y marzo, siendo en este último mes cuando la hembra ya prepara un nido en el suelo, donde depositará los huevos.

Un factor clave para localizarlas es el de la alimentación, principalmente formada por lombrices de tierra y gusanos. Éstos se encuentran en suelos húmedos con un espesor de humus importante. Que haya una pradera en las proximidades con ganado vacuno es de su agrado. Allí o en sus alrededores tendremos altas posibilidades de encontrarla.

Las becadas se quedan a pasar el invierno si los lugares son apropiados, acogedores y, sobre todo, si disponen de abundante comida. Las grandes masas forestales mezcladas con subvegetación son ideales.

Las agrupaciones de frondosas proporcionan más alimento que las zonas de coníferas, con suelos más pobres. Más que las hayas y los robles, los fresnos, avellanos, castaños y tilos brindan una cama de hojarasca muy apreciada por las lombrices.

Si nos encontramos en un bosque, conviene mirar hacia los bordes de los caminos y hacia las zonas que se encuentren libres de árboles. Los cortes en la vegetación dentro del bosque son también lugares querenciosos.

En los días de invierno las localizaremos en sitios donde reciben los primeros rayos de sol, pero a buen resguardo del viento para que no les muevan las plumas. Igualmente, estarán bien resguardas para no levantar una nube olfativa que las ponga en evidencia ante sus muchos depredadores.

Los días fríos en los que el monte ha estado helado durante la noche, las becadas buscan comida durante el día. Observad los lugares donde el sol deshiela el monte y búsquenlas allí. Ahora bien, si hay vegetación les impida andar por debajo con total libertad, no estará allí bajo ninguna circunstancia. En ese caso, es preferible buscarlas a orillas de los arroyos, ríos y cauces de agua con vegetación abundante en las orillas.

TÉCNICAS DE CAZA

La modalidad de caza más utilizada para la becada, es la de caza en mano con perro de muestra. No es una caza sencilla, se requiere de una gran fortaleza física, así como de un excelente conocimiento del hábitat y de las costumbres del animal.

Existen dos formas de cazar la becada en nuestro país. La primera consiste en salir a cazar con dos o tres perros y darles libertad de movimientos. Los perros buscaran en profundidad y así cubrirán más terreno, mientras el cazador avanza en línea recta. Este tipo de caza se suele utilizar mucho en las zonas de montaña o pinares.

Dejaremos que nuestro perro bata el terreno por su cuenta, sin ir demasiado cerca de él; ya que nos dará suficientes muestras de la existencia de la becada antes de realizar la parada. Cuando esto suceda el modo de proceder es el de situarnos con extrema cautela por delante de perro y becada, tratando de localizar la zona con menos vegetación, que será casi con total seguridad el lugar por el que la presa intentará escapar.

La segunda consiste en el contacto directo entre el cazador y el perro, suele utilizarse en zonas muy sucias y boscosas. El cazador avanza zigzagueando y el perro también. Es una caza que necesita de una buena preparación física ya que trabaja lo mismo el perro como el cazador.

El perro becadero ha de saber mantener la muestra sin levantar la pieza hasta que llegue el cazador. Como se trabaja en zonas boscosas, en muchas ocasiones el perro esta realizando la muestra y el cazador no lo puede ver. Para evitar esto, muchos cazadores le ponen una campana en el cuello del perro, cuando este se para, deja de sonar y el cazador sabe que el perro le está parando. En el mercado hay otros productos que hacen el mismo servicio que la campana, pero en sentido inverso, suenan cuando el perro está de parada. El cobro en los perros becaderos a de ser excepcional, no dejándose una pieza por cobrar, por herida que se encuentre.

EL TIRO

Respecto al tiro, lo primero que debemos tener claro es que no todas las becadas salen cerca ni mucho menos, lo que ocurre es que muchas veces las referencias pueden hacernos pensar que la becada sale cerca muy metida entre las matas y lo cierto es que esto ocurre en los lugares más intrincados del bosque.

Para estos tiros en los que la becada toma el vuelo a tan corta distancia del cazador lo más complicado es centrar el punto de mira sobre todo en el caso que el cazador no lleve el arma apropiada ( cañones full choque o hasta de tres estrellas ). Según la opinión de varios expertos en la caza de la becada, lo ideal es utilizar cañones cilíndricos o de cuatro estrellas, ya que la mayoría de veces, el tiro se realiza en una zona boscosa y a muy corta distancia.

Pese a ello, no busquemos solo en la maraña, ni esperamos tirar siempre en lo más emboscado pues en determinados lugares la becada sale en un alto, de entre unas rocas de la cresta de un cerro, de un laderón de matas de mediana altura, cuando no junto a una pared de una vieja choza o corral de ganado en mitad del monte.

La becada puede apeonar, y mucho, de ahí que en más de una ocasión al sentir llegar al perro, la becada sale a peón y finalmente se arranca a bastantes metros por delante de la escopeta, por lo que si llevamos exclusivamente chokes muy abiertos y perdigón muy menudo, no siempre lograremos abatirla.

OTROS CONSEJOS

Por último, añadimos algunos consejos útiles:

  • Cuando se os vaya una becada, que se irán muchas, a la hora o así volved al lugar de donde se levantó, pues es un ave sumamente querenciosa que, si se la espantó sin mucha algarabía, volverá al mismo sitio.

  • En los días de invierno las sordas están acomodadas en sitios donde reciben los primeros rayos de sol, pero a buen resguardo del viento para que no las muevan las plumas. Igualmente, estarán bien resguardas para no levantar una nube olfativa que las ponga en evidencia ante sus muchos depredadores.

  • Huid de los lugares donde exista un sobrepastoreo de ovejas, pero no así de vacas, ya que sus excrementos con el tiempo se llenan de unos gusanos que les gustan mucho.

  • Los días fríos en los que el monte ha estado helado durante la noche, las becadas buscan comida durante el día.

Etiquetas : Becada, Caza menor
Publicado en: Caza, Tipos de caza

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