A pesar de la enorme capacidad de la mayoría de razas de caza para adaptarse a las más diversas condiciones climáticas y para soportar las bajas temperaturas, lo cierto es que los efectos del frío en este animal pueden ser muy variados según la raza, los hábitos de vida, las costumbres…
Dolencias
Si el perro está fuera en un día muy frío, deberemos procurar que realice el suficiente ejercicio físico para que su salud no se vea mermada. Debemos ser conscientes de que el animal puede llegar a la hipotermia, lo cual resulta sumamente peligroso (riesgo de muerte). ¿Cómo saber que nuestro perro está entrando en un cuadro de hipotermia? La forma más fiable es medirle la temperatura (que nunca deberá bajar de 32ºC); pero en el campo esto resulta muy complicado, por lo que podremos observar otros síntomas como el enfriamiento generalizado, la disminución del ritmo respiratorio, un pulso débil, arritmias cardíacas… Si nota cualquiera de estas cosas, traslade de inmediato al animal a un lugar cálido y seco, cúbralo con mantas y trate de darle todo el calor posible en el tronco (no en las extremidades).
Un problema más leve aunque igualmente preocupante es el de la congelación, la cual afecta principalmente a las orejas y cola. Una congelación se tratará como una herida profunda tras descongelar la zona, resultando sumamente importante que no se retire el tejido afectado (conviene que ni siquiera se toque), puesto que sirve para proteger la parte interior. Utilizaremos antibióticos y vigilaremos al perro para que no se autolesione.
Otros problemas más típicos del frío son los catarros y la tos. El primero suele venir acompañado de estornudos, picor, secreciones nasales… En cuanto a la tos, precisaremos de un especialista para determinar su origen y así poder frenarla.
Por otro lado, conviene señalar la necesidad de tener especial cuidado con la nieve ya que, a pesar de que la gran mayoría de los perros disfrutan jugando con ella, lo cierto es que puede provocar serias lesiones en sus almohadillas.
La alimentación
Tanto para los perros que viven fuera, a la intemperie, como para los que lo hacen dentro, convendrá vigilar la alimentación facilitada durante los meses de invierno. No estará de más incrementar la cantidad de comida o incluso enriquecerla con alguna grasa, lo cual iremos haciendo de forma paulatina y nunca de una sola vez.
La vivienda
A pesar de la enorme capacidad de la mayoría de razas de caza para adaptarse a las más diversas condiciones climáticas y para soportar las bajas temperaturas, lo cierto es que los efectos del frío en este animal pueden ser muy variados según la raza, los hábitos de vida, las costumbres…
Por ello y si nuestro perro debe vivir en el exterior, es preciso que intentemos ofrecerle las mejores condiciones cuando las temperaturas bajan.
Los puntos básicos a tener en cuenta serán:
- Recinto cerrado.
- Recinto vallado.
- Con un área protegida del viento y de la lluvia (que también servirá para protegerle del sol durante el verano).
- Con una caseta en el interior.
En caso de que el animal esté suelto en el exterior, deberemos proporcionarle igualmente una vivienda.
Para ello tenemos en el mercado multitud de diferentes modelos de casetas: de madera, de bloque, de fibra, etc. Lo más importante que deberemos tener en cuenta para nuestra elección es que el tamaño debe ser lo suficientemente grande para que le resulte cómoda al animal pero sin pasar nos, porque de otra forma puede hacerse fría. En este sentido deberemos vigilar bien el tema del aislamiento, colocando planchas de poliuretano expandido o una placa de fibra de vidrio en caso de que la zona en la que vivamos sea muy fría. Asimismo convendrá colocar la caseta ligeramente elevada del suelo. Por último, a la hora de ubicarla buscaremos un lugar libre de corrientes de aire y que disfrute de sol el mayor tiempo posible.
Para los perros que viven en el interior de nuestro hogar, bastará con buscarles una zona adecuada en casa, donde colocaremos su manta o colchoneta. Este lugar no debe ser muy cercano a los radiadores o a las fuentes de calor, teniendo en cuenta que lo más importante para el animal es evitar los cambios bruscos de temperatura.
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