Esperas al jabalí: algunos consejos

Consejos

Las próximas fechas en las que las noches ya ofrecen unas temperaturas muy agradables nos ofrecen excelentes posibilidades para practicar una modalidad cinegética sin duda muy apasionante: el aguardo.

Practicar la modalidad del aguardo supone, en la caza mayor, una de las formas más apasionantes de cazar, en la que nos fundimos con el medio natural para tratar de engañar a nuestra presa. Pero sin duda, contar con los conocimientos y los materiales adecuados facilitará que tengamos más posibilidades de acierto.

A continuación repasaremos algunos consejos para mejorar nuestras posibilidades éxito en nuestras esperas nocturnas al jabalí, ese animal tan listo, paciente e intuitivo que será el protagonista de nuestros desvelos.

CÓMO ELEGIR EL PUESTO

Siempre es preferible estar en lugares altos en los que el aire no les dé y desde los que podamos tener una visión lo mejor posible de los alrededores del cebadero. Pero también debemos tener muy en cuenta que el lugar elegido sea cómodo ya que es probable que pasemos bastantes horas en el puesto sobre todo si estamos buscando un buen trofeo que siempre va a ser mucho más desconfiado.

Lo habitual será esperar en aquellos lugares donde, por la abundancia de huellas de ida y vuelta, se compruebe que el jabalí frecuenta el escenario de paso.

Si además aguardamos en lugares distantes del monte o masa forestal, como campos arados será más difícil abatir una hembra gestante, pues en estas fechas pueden confundirse con machos solitarios.

Tengamos en cuenta que establecer aguardos en cebaderos, dada la mucha humedad del terreno actualmente será más complicado ya que nuestros rastros permanecen más tiempo sobre el suelo.

El puesto necesita tranquilidad y debe estar lo más alejado posible de los lugares normalmente transitados. Debe estar totalmente integrado en la naturaleza y hecho con los mismos elementos que nos encontremos en el lugar de espera, evitemos en la medida de lo posible elementos extraños cómo escaleras metálicas, redes etc…

Resulta evidente que la colocación del puesto de caza es uno de los puntos más fundamentales para conseguir resultados en la caza al aguardo del jabalí. Para la correcta elección del lugar debemos tener en cuenta multitud de diferentes factores y uno de los que no podemos pasar por alto es el de la necesidad de disimular nuestro olor.

Por eso se recomienda colocar el puesto de caza lo más arriba que la orografía reinante pueda permitirnos. Se trata de intentar que nuestros olores se venteen siempre “por encima” del jabalí, para que así pasen lo más desapercibidos que sea posible.Una vez hecho, el puesto hay que dejarlo reposar para que el animal, en caso de descubrirlo, se habitúe y lo termine por ver como una parte del entorno.

COMPORTAMIENTO EN EL PUESTO

Lo primero que debemos hacer nada más llegar al puesto, es (además de comprobar la dirección en que sopla el aire) sentarnos en él y comprobar si vamos a estar lo suficientemente cómodos como para aguantar unas cuantas horas, pues si no lo estamos, al final estaremos toda la noche moviéndonos y haciendo ruidos. Después de haber comprobado lo anterior, lo que se debe hacer es tomar referencias antes de que se haga de noche de algunas matas o piedras para marcarnos distancias, pues cuando se hace de noche parece que todo está más largo de lo que realmente está. Por otro lado es conveniente fijar las zonas donde debemos tirar el marrano cuando nos entre, pues si ya tenemos pensadas algunas cosas de las que pueden ocurrir posteriormente, las improvisaciones y, por tanto los fallos, serán menores.

Es fundamental tener el puesto bien organizado de forma que tengamos lo necesario a mano y sepamos dónde está cada cosa en todo momento. De esta forma evitaremos andar buscando en la oscuridad la linterna, las gafas, el monocular o cualquier otra cosa que vayamos a necesitar.

Debemos evitar hacer ruidos innecesarios por tropezar con la mochila, o se nos cae el monocular nocturno que no sabemos que teníamos al lado, si perdemos un lance por este motivo nos acordaremos de lo importante que es tener todo a mano y organizado.

En cualquier momento, en una espera, la tranquilidad y la monotonía de la noche pueden cambiar en un segundo con el ruido de los jabalís que deambulan cerca del puesto, haciendo que afloren los nervios y con ellos las posibilidades de cometer algún fallo.

CÓMO CONTROLAR EL PUESTO

Sin duda la mejor forma de controlar el puesto, es la observación a cierta distancia de lo que ocurre en nuestro cebadero. Para ello podemos utilizar unos buenos prismáticos de visión nocturna que nos permitirán hacernos una idea bastante clara de los movimientos de nuestro objetivo.

Si no disponemos de tiempo o el lugar no nos queda accesible existen algunas alternativas interesantes para efectuar un seguimiento exhaustivo de nuestro puesto. Por ejemplo relojes que se dejan en el lugar y se paran al tocarlos el animal, indicando la hora de entrada al comedero.

Otra opción son las cámaras de vigilancia por infrarrojos que sacarán fotos o vídeos de todo lo que pase por el puesto indicándonos la hora y el día. Incluso existen modelos que nos envían las imágenes a nuestro teléfono móvil.

EQUIPO

El arma debe ser muy manejable, de rápido encare y sobre todo que estemos acostumbrados a ella para no dudar al apuntar y hacer fuego.

Generalmente los lances se producirán a corta distancia y abatiremos al animal de un solo tiro por lo que cualquier tipo de rifle desde monotiro hasta semiautomático o escopeta, ya sea ésta paralela o semiautomática, serán válidos siempre y cuando el calibre sea lo bastante contundente como para no dejar el animal herido.

Si se va a emplear visor con el rifle la característica principal que debe tener es que sea muy luminoso para definir bien el blanco, aunque si se combina su uso con el de una linterna esto tiene menos importancia.

En cuanto a la linterna a emplear, cualquier modelo actual nos ofrece potencia suficiente (pensemos que el lance se desarrollará a unos 50/70 metros) por lo que debemos buscar un modelo que ofrezca un haz bien concentrado para que el blanco quede perfectamente nítido. Si se puede acoplar un filtro rojo sobre el reflector mejor que mejor ya que ganaremos unos segundos más para actuar.

Respecto a la colocación de la linterna, conviene probarla a oscuras montada antes de la espera para comprobar si su luz no produce reflejos dentro de la óptica. Es frecuente que si está montada sobre el visor haga que se refleje y moleste el punto de mira en el visor.

El montaje directo sobre el cañón del arma es otra opción, aunque hay que tener cuidado pues la fuerte vibración del cañón al disparar puede acabar con muchas linternas. Los visores con retícula iluminada son una buena opción siempre y cuando estén regulados de manera que no nos deslumbren por la noche.

ROPA ADECUADA

Un factor que frecuentemente se pasa por alto en las esperas al jabalí es la elección de la ropa adecuada y hay que destacar que puede ser un elemento diferenciador entre el éxito o el fracaso de nuestro aguardo.

En primer lugar la ropa que vayamos a utilizar debe ser silenciosa, debemos evitar a toda costa materiales ruidosos siendo recomendables tejidos de lana, pana o ropa técnica como forros polares.

En segundo lugar no debe oler, para ello es conveniente utilizar jabones neutros a la hora de lavarla. En este sentido existe ropa técnica que evita que traspase nuestro olor corporal. También sprays cubreolores a base de humus u olor a plantas que son muy económicos y resultan bastante efectivos a la hora de camuflar nuestro olor corporal.

Por último, debemos acudir al puesto bien abrigados, las noches en esta época son muy frías y si no estamos bien abrigados que nos movamos más de lo estrictamente necesario para entrar en calor.

USO DE CUBREOLORES

El uso de cubreolores que nos sirvan para hacer desaparecer nuestro olor corporal es sin duda un tema muy comprometido.

En el mercado podemos encontrar diferentes modelos de cubreolores, algunos de estos productos neutralizan los olores corporales humanos, como los realizados con resinas vegetales o frutales; mientras otros aprovechan los olores de otros animales para crear confianza en el jabalí (un buen ejemplo es la orina de zorro, cuyo olor da gran seguridad a los jabalíes, quienes confían en la astucia de este animal para deambular por los campos cerca de él).

El cubreolor se rocía sobre todas las prendas que lleve el cazador: ropa, calzado, gorro, guantes, mochila… e incluso muchos recomiendan echarlo también en el propio puesto y en sus cercanías.

Por supuesto los fabricantes piensan en todo y existen en el mercado soluciones para todas y cada una de las partes de nuestro cuerpo y equipo.

Foto: César Lombardi

DESPUÉS DEL DISPARO

Cuando tiramos es muy importante aunque el marrano se haya desplomado seguir con el arma en posición de tiro y muy pendientes de él, pues al mínimo intento de levantarse para emprender la huida no debemos tener duda alguna en soltarle un segundo tiro, pues siendo de noche como es cuando se hacen las esperas, como un guarro se nos marche de la “clara” donde podemos tirarle, después se puede complicar todo y no cobrarlo.

Si el guarro sigue moviéndose después del tiro, aunque no pueda levantarse es conveniente salir del puesto con mucha cautela y en total silencio y acercarnos a él poquito a poco con el arma preparada para no tener sorpresas, pues aunque se encuentre así, puede intentar la huida y lo que aún puede ser peor, arremeter contra nosotros. Y si vemos cuando nos acercamos a él que no puede levantarse pero que aún sigue vivo, lo mejor es rematarlo, ya que así además de evitarle una larga agonía y sufrimiento, evitaremos cualquier sorpresa.

Etiquetas : Caza mayor, Jabalí
Publicado en: Caza, Consejos

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