EL OÍDO DEL CAZADOR, CUIDADOS NECESARIOS

Consejos

El oído es, sin lugar a dudas, una de las partes de nuestra anatomía que más sufren en la práctica de la caza.

El hecho de que la mayoría de las veces la pérdida de audición u otros problemas vayan surgiendo poco a poco (no como consecuencia de un accidente puntual) provoca que no todos seamos conscientes de lo peligroso que puede resultar salir a cazar sin la adecuada protección para nuestros oídos.

Queremos dedicar este artículo al cuidado de los oídos, haciendo especial hincapié en la necesidad de “prevenir antes que curar”.

 

EL CUIDADO DEL OÍDO

El cuidado del oído es fundamental para conservar una buena salud auditiva. No debemos olvidarnos del cuidado de los oídos ni tampoco de hacer las oportunas revisiones periódicas, que permitirán detectar posibles problemas y tratarlos cuanto antes, ya que la pérdida auditiva no es recuperable.

Cuando pensamos en ruidos fuertes, nos viene a la mente por ejemplo el volumen alto de la música en un concierto. Sin embargo, hay muchas actividades diarias que suponen la exposición de los oídos a altos niveles de volumen, como el ruido de las máquinas en la calle por obras. Para ello, existen diferentes maneras de protegerse ante sonidos fuertes, ya sea con soluciones sencillas como bajar el volumen, o cuando no sea posible utilizando medios como orejeras de protección auditiva o tapones.

En caso de situaciones aisladas, el oído se recupera en las semanas posteriores de haber sufrido el alto volumen en alguna situación. Sin embargo, en caso de una exposición frecuente a este tipo de situaciones, el oído interno puede terminar dañado de forma permanente, ya que el oído interno cuenta con 16000 células ciliadas que permiten al cerebro procesar los sonidos, y en caso de que sufran daños, no es posible repararlas.

Así que, si dañamos este oído interno, aparecerá la dificultad para oír sonidos como el timbre de la puerta, el teléfono o simplemente entender conversaciones en un lugar con mucho ruido de fondo.

La Organización Mundial de la Salud ha proporcionado datos como que un nivel de sonido equivalente a 70 dB o menos durante 24 horas, evitaría deficiencias auditivas en el 95% de las personas, incluso por la exposición a lo largo de toda la vida.

Por su parte, la exposición al ruido impulsivo, el sonido de alta intensidad y corta duración como silbatos, bocinas, disparos, o fuegos artificiales, no deberían nunca superar una presión sonora de 140 dB en los adultos y de 120 dB en los niños.

 

EL DISPARO

En el caso de los disparos, estaremos exponiendo a nuestros oídos a niveles sonoros superiores a 85 dB, lo que puede provocar pérdida de audición.

Casi todas las armas de fuego generan un ruido superior a los 85 dB, de modo que un pequeño rifle de calibre 22 puede producir alrededor de 140 dB, y los rifles de gran calibre y las pistolas pueden crear un ruido superior a 175 dB.

En consecuencia, las personas que utilizan armas de fuego tienen más probabilidades de sufrir problemas de pérdida auditiva, y más aún en el caso de emplear un compensador de retroceso u otros complementos que hacen que el arma sea más ruidosa, especialmente en el oído más cercano a la boca del cañón, ya que el oído opuesto queda parcialmente protegido por la cabeza.

Otra clara consecuencia de la exposición a los altos niveles de sonido producidos por los disparos es el Tinnitus, esto es una dolencia incurable que se manifiesta como un pitido o un zumbido, suave o fuerte, de tono alto o bajo, en uno o en ambos oídos, y que causa grandes molestias e incluso incapacita al que lo sufre para el desarrollo de muchas de las tareas diarias.

 

LA NECESARIA PROTECCIÓN

Teniendo en cuenta todo lo anteriormente comentado, es absolutamente recomendable el empleo de protección auditiva durante toda la jornada de caza.

Conviene tener presente la posibilidad de que se produzca una pérdida de audición grave con un único disparo producido de forma repentina (aunque la pérdida de audición se asocia más bien a una exposición repetitiva a situaciones que provocan daños en los oídos de forma acumulativa).

El mayor problema que presenta la pérdida auditiva es que no se advierte de manera notoria hasta que se hace evidente. De ahí la importancia de emplear siempre protección auditiva como las orejeras (cascos) o los tapones. Las orejeras se ajustan a la cabeza y reducen el ruido exterior mediante espuma acústica, si bien muchos tapones tienen la capacidad de reducir el ruido perjudicial aún más.

 

CASCOS O TAPONES

Lo primero que conviene tener en cuenta es que no todos los cascos ni todos los tapones son adecuados para protegernos durante la práctica de la caza o el tiro deportivo.

Si queremos garantizar una correcta protección, es muy importante que seamos capaces de elegir un modelo diseñado y fabricado para este propósito: la caza.

Estos productos cuentan con una serie de características especiales que son esenciales para garantizar nuestra protección:

  • Son capaces de amortiguar ruidos de gran impacto, como son los disparos.
  • Están fabricados con materiales resistentes, algo necesario para garantizar su buen funcionamiento en condiciones adversas como las que podemos encontrarnos en cualquier jornada de caza.
  • Deben ser ajustables; la idea es que  resulten lo más cómodos posible para utilizar durante toda la jornada y, sobre todo, que cubra por completo nuestras orejas.
  • En el mismo sentido, deben ser cómodos. Para ello podemos optar por modelos con orejeras forradas con materiales suaves al tacto en su zona exterior, para garantizar el máximo confort en las tiradas o cacerías.
  • Peso reducido, algo directamente relacionado con la comodidad, ya que en algunas ocasiones los llevaremos en largas jornadas y no queremos cargar con peso extra.
  • Fácilmente transportables, mucho de los modelos se puede plegar para que ocupen menos espacio durante el transporte.
  • Algunos modelos son electrónicos, esto hace que, además de amortiguar el ruido, sean capaces de ampliar los sonidos ambientales más débiles. Esto es algo muy importante, ya que muchos cazadores rehúsan utilizar cascos alegando que los “aisla” de lo que sucede, porque no escuchan nada de lo que pasa a su alrededor. Los cascos electrónicos se adaptan al sonido ambiente, eliminando el ruido del disparo pero dejando escuchar conversaciones o cualquier otro ruido aislado.

En el mercado encontraremos diferentes tipos de tapones, para ajustarse a las necesidades de cada situación y de cada usuario.

Existen tapones personalizados, que son hechos con un molde por un profesional auditivo para ajustarse a la perfección al canal auditivo. Estos tapones son ideales para tiradores o cazadores que necesitan una protección de alta calidad, y además son muy cómodos.

También existen tapones electrónicos, que comprimen el ruido por encima de un nivel de decibelios perjudicial, y son más pequeños que los cascos, por lo que los usuarios de armas de fuego suelen preferirlos en lugar de las orejeras. Además, algunos cuentan con una reducción avanzada del ruido de fondo para reducir el ruido blanco ambiental y mejorar la claridad.

Asimismo, existen tapones reutilizables para tiradores, que son tapones hechos de un material de espuma, un material moldeable similar a la masilla, o de silicona estructurada.

Teniendo en cuenta lo anterior, debemos ser plenamente conscientes de que tanto los cazadores como los tiradores se exponen de forma continuada a situaciones de ruidos provocadas por los disparos, que pueden suponer daños de forma acumulativa e incluso de forma repentina.

Conviene tener muy presente que no resulta posible reparar los daños que causan la pérdida auditiva, y cuando se hace notable, no es recuperable.

Por ello, se debe emplear la protección adecuada en cada uno de los días de caza o tiro, ya que la pérdida de oído no afectará solo a los días de caza, sino a nuestro día a día.

Prevenir estos problemas es sencillo: basta con que utilicemos una adecuada protección para prolongar nuestra correcta salud auditiva.

 

Publicado en: Caza, Consejos

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