El descaste del conejo

Consejos

 

En pocas semanas comienza en muchas zonas de nuestro país el descaste del conejo, una modalidad fascinante con la que podremos disfrutar de unas jornadas de caza menor en en amplios territorios de nuestra geografía en los que es necesario regular la población de conejos.

Actualmente el conejo es una plaga en algunas zonas mientras que en otras está al borde de la extinción. Lo cierto es que mientras en algunos cotos sufren un problema de sobrepoblación, a pocos kilómetros o incluso en terrenos vecinos pese a realizarse verdaderos esfuerzos por su recuperación se encuentran al borde de la extinción.

Este tipo de jornadas son cortas por lo que necesitaremos madrugar bastante y estar en el campo bien temprano, sin duda en las próximas fechas el calor empieza a ser sofocante por lo que deberemos ir equipados con lo justo para no fatigarnos antes de tiempo así como con ropas amplias y de colores claros.

A continuación repasaremos todas las claves de este tipo de jornadas cinegéticas que normalmente suelen deparar muchos y variados lances.

EL EQUIPO ADECUADO

Lo primero que debemos tener en cuenta es seleccionar ropa y calzado adecuados para que nuestra jornada no se convierta en un sufrimiento. La consigna parece clara, ropa amplia y de colores claros primando los tonos beige o marrón muy claro, que absorben menos el calor. El verde absorbe más calor que un color beige o marrón claro, por suerte existen muchas y muy buenas alternativas en el mercado incluso con tejidos técnicos de secado rápido, membranas transpirables y zonas específicas de ventilación algo que se agradece al reducir la sensación de estar sudando constantemente.

Respecto al calzado optaremos por unas botas de verano que se caracterizan por ser más ligeras y normalmente de media caña. Cobra especial importancia en estas fechas que el calzado este perfectamente adaptado al pie, ni se nos ocurra estrenar calzado en estas condiciones, la mejor bota para ahora es la de temporadas pasadas. En definitiva un modelo de caña media y tejidos ligeros cumplirá sobradamente su objetivo.

Cazando en brozas y monte bajo resultan interesante unas polainas ligeras para evitar que nos entren pinchos en las botas, pues tarde o temprano entran y son un incordio.

Debemos proteger la cabeza del sol sobre todo si nuestra jornada se alarga hasta las horas centrales del día en las que tiraremos más conejos al salto que a primera hora. Para esta función la mejor opción es decantarse por un sombrero que nos resguarda mucho mejor que la gorra de visera que no cubre la nuca. Además del sombrero, no debe faltar nunca en nuestra mochila la crema de protección solar, respecto a la misma más vale pasarse que quedarse corto.

Por último para completar el equipo, una mochila ligera, agua fresca, la canana y la percha ¡nada más!

ARMA Y MUNICIÓN

En términos generales la escopeta semiautomática suele ser el modelo más empleado pero sin duda una escopeta de dos cañones barre mejor el campo cuando el cazador debe agudizar el ingenio para tirar conejos en terrenos difíciles, eso sí busquemos una buena combinación de cartuchos para ambos disparos, hay que sacar la ventaja máxima al equipo.

Respecto al cartucho necesitamos un buen cartucho, fiable, cómodo, práctico, suave, adaptado a las condiciones generales de tiro que tengamos por término medio en nuestro coto y zona donde cazamos habitualmente. Pero hay que afinar más y hay que hacerlo porque podemos cazar mejor.

Para esta caza no hacen falta grandes cargas, ni cartuchos de perdigón muy grueso (salvo situaciones muy concretas, como largos recechos), en realidad todo lo que necesitamos es un buen cartucho de caza que pare bien a los conejos, evitando que se nos vayan algunos heridos o tocados, pues sin perro será complicado cobrarlos.

Cartuchos que abran muy bien a distancia media, de 30 gramos y perdigón de séptima, para asegurar el lance, estos son los que mejor nos van a servir para cazar al salto y en mano en terrenos de buen tiradero; si se complica porque el tiradero es algo más largo, pasamos a 32 gramos también de séptima. Pensemos que los cartuchos de 32 cierran algo más el disparo.

Conviene tener esto muy en cuenta, porque si tiramos cerca con esta carga, y salvo que empleemos cartuchos con taco de fieltro o de plástico sin copa contenedora, vamos a fallar más de lo debido. En estos casos siempre 30 gramos, y si es siempre muy cerca, perdigón de octava, blando a ser posible, para parar mejor a los conejos. Tirar con 34 —abren más que los de 32…— o 36 gramos es tirar cartuchos fuera de lógica para las necesidades, y salvo terrenos muy complejos, nunca debemos recurrir a tirar cargas pesadas, menos cuanto más disparos peguemos en la jornada, pues con 30-32 gramos y jugando con los chokes, obtendremos mejores resultados.

Respecto a los cartuchos de 30 gramos, busquemos referencias entre los variados modelos de ojeo que conocemos, tienen altas prestaciones y una suavidad más que indicada para las cacerías en esta época del año.

CAZANDO A PRIMERA HORA DEL DÍA

Debido a las altas temperaturas de estos meses las jornadas de caza son más cortas por lo que es necesario madrugar mucho y estar listo en el campo muy temprano. Para no sufrir ningún golpe de calor o fatigarse durante la jornada es muy importante ir equipados con lo justo y necesario.

Al amanecer debemos avanzar mucho más precavidos y atentos a las distancias medias en lugar de a los metros anteriores a nuestro avance, debemos tener en cuenta que en esas primeras horas el conejo suele estar moviéndose todavía y no se encontrará encamado.

Si no somos cuidadosos con nuestro avance la mayoría se moverá por delante de nosotros sin que lleguemos a verlos por lo que tiraremos muchos menos.

En esta modalidad de caza al salto suele ser muy productivo recorrer los bordes del monte llano, centrando nuestra atención en los rodales de brozas cercanos que deberemos coronar y rodear posteriormente por su perímetro así como recorrer los majanos que tengamos cerca.

Lo habitual es que tiremos a 15 o 20 metros, quizás en algunas ocasiones un poco más lejos por lo que para hacer una buena percha en esta primera parte de la mañana, atenderemos a los conejos que se mueven del llano al monte según avanzamos, adelantando bien y no bajando demasiado la punta de la escopeta, pues muchos lances serán a conejos atravesados.

CONEJOS ENCAMADOS

A medida que el campo empieza a calentarse, los conejos se encaman por lo que si hemos empezado la jornada más tarde o continuamos cazando a estas alturas normalmente disfrutaremos de más lances de caza al salto.

A la hora de tirar conejos encamados sobre todo si cazamos en laderas y zonas de asomadas con monte bajo, resulta más provechoso que, en lugar de comenzar a cazar temprano, dejemos que el conejo entre a las matas a encamarse para sestear. Así, recorriendo posteriormente las zonas más querenciosas, iremos levantando un buen número de conejos que además saldrán casi siempre a excelente distancia de tiro.

Una excelente ventaja de esta modalidad es que cazando al salto se aprecia perfectamente el tamaño de los conejos por lo que podremos seleccionar mucho más los buenos ejemplares (salvo que tiremos en zonas muy cerradas de monte bajo y viendo al conejo cruzar entre las matas, sin ver su volumen real; pero quitando estos casos, en una parcela en el llano, o cazando en una ladera o en bancales, se ve claramente el conejo y su tamaño.)

Por último debemos tener la precaución de no cazar zonas que hayan sido pisteadas por cazadores tempraneros pues tendremos pocos conejos encamados y muchos encerrados.

TIRANDO A LA DISTANCIA ADECUADA

A estas alturas de la temporada, cuando salimos a cazar conejos en verano solemos estar “fríos” en cuanto al tiro.

Casi todos solemos tirar precipitados y dominando poco las distancias en las primeras jornadas. Es normal que a pesar de que cada vez es más habitual el entrenamiento en un campo de recorridos para no perder la “forma”, no estemos en nuestro mejor momento.

Por ello es muy recomendable que el cazador se prepare aunque sea de forma básica para empezar con buen pie en esta temporada estival, llevando previamente mecanizada la dinámica de encare y seguimiento para cuando nuestra deseada pieza salte por delante o se escurra entre la maleza.

Durante estas jornadas de caza debemos tener mecanizado el movimiento de encare desde una posición de guardia baja, justo la que mantenemos mientras vamos caminando por el campo en espera de que salte un conejo a buena distancia. Si no lo hemos interiorizado bien lo normal será encarar mal y disparar “bajo”. Encarar mal y aculatar inadecuadamente hace que fallemos «inexplicablemente» y esto redunda en los siguientes lances, fallando mucho más de lo normal.

Por tanto hay que ejercitarse en casa, con la escopeta descargada, y realizando encares hacia el suelo, no hacia el frente que es lo habitual en este tipo de entrenamiento “en frío”.

CONSEJOS PARA EL TIRO EN RECECHO

El ritmo será mas bien lento, para ir buscando a los conejos que se nos “aplastarán” hasta que hayamos rebasado su posición para poder correr hasta sus madrigueras sin peligro de ser alcanzado por la munición, en muchas ocasiones y por falta de nuestro querido auxiliar el perro, el conejo aguanta estático hasta casi sentir la bota del cazador en su lomo, momento en el que se arranca. Con munición “floja”, perdigón del 8, 32 gramos de carga y choques medios, cumpliremos con el 90% de los lances. Hay que tirar siempre a distancia lógica, nada de ensayos a larga distancia, pues herimos a más de uno que no podremos cobrar. Recechando hay que abusar de los chokes más bien cerrados para asegurar conejos algo largos (No está de más montar ** y * en escopetas de dos cañones, ** en semiautomáticas).

Cuando cazamos en rececho debemos estar muy atentos y valorar bien las distancias ya que normalmente estaremos en movimiento. En esta modalidad encontramos varias formas de tirar conejos, pero las más habituales son a conejo gazapeando, o a conejo a la carrera, según nos detecte o no.

Normalmente en el primer caso solemos tirar algo más retirados por que suelen ser situaciones en las que los conejos no nos han detectado todavía, bien por el viento favorable o por las condiciones del terreno que dificultan que nos escuchen con cierta antelación. Aun así debemos valorar el tiro muy bien y no arriesgar demasiado. Con estos conejos hay que encarar partiendo de una guardia media y enfilando el punto de mira directamente a la posición de la pieza mientras terminamos de subir la culata a la cara, en muchos casos disponemos de un instante para disparar, por lo que debemos llevar realizada una parte del trabajo cuando tomemos la referencia en pleno encare.

Con los conejos que corren al vernos o sentirnos llegar solemos tirar en un buen número de casos a pieza atravesada, debiendo encarar de abajo hacia arriba y girando ya el tronco siguiendo la trayectoria del conejo, así cuando terminemos de encarar sólo debemos concluir el swing, adelantando, y disparando sin asomarnos por encima de la escopeta. No desencaremos tras el primer disparo, sigamos el movimiento bien encarados por si hay que repetir, si bajamos la escopeta y debemos encarar de nuevo, ese segundo encare casi siempre es defectuoso por la precipitación.

Etiqueta: Caza menor
Publicado en: Caza, Consejos

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