Consejos para cazar en verano

Consejos

 

Cazar durante los próximos meses requiere de ciertas precauciones que deberemos tomar para disfrutar al máximo pero sobre todo con seguridad. Hay que tener en cuenta por ejemplo que los terrenos por los que transitaremos presentarán su grado máximo de sequedad y los insectos estarán presentes durante todo el tiempo, otro gran inconveniente serán las altas temperaturas, tanto para nosotros como para nuestros perros.

Debido al calor la elección de la ropa y equipo adecuados se vuelven fundamentales para el desarrollo correcto de nuestra actividad. A continuación abordaremos las principales claves que debemos tener en cuenta a la hora de cazar este verano.

ROPA Y CALZADO ADECUADOS

Evidentemente debemos utilizar ropa y calzado deportivo adecuados al clima. La ropa debe ser holgada y transpirable para facilitar la circulación de aire en su interior. Por supuesto debemos evitar los tonos oscuros.

A pesar de que el calor será el gran protagonista en estas primeras jornadas de caza de la temporada, no podemos caer en el error de evitarlo con ropas cortas, a no ser que queramos sufrir innumerables picaduras de insectos así como quemaduras por el sol.

Por ello es fundamental llevar una camisa de manga larga; es conveniente, eso sí, que quede holgada para facilitar los movimientos y la transpiración. Con los pantalones sucede exactamente igual, deben ser largos y cómodos para que nos faciliten cualquier tipo de movimiento que deseemos realizar en nuestras caminatas por el campo. Actualmente existen materiales que permiten la perfecta transpiración, con los que se desarrollan prendas especiales para estos periodos.

Respecto al calzado debe transmitir seguridad, que abrace bien al tobillo. Además, debe ser flexible, transpirable, no debe apretar y no debe tener costuras interiores.

Por último, se recomienda utilizar gorra os sombrero ya que las insolaciones están a la orden del día y, aunque no se llegue a ese extremo, a nadie le gustará finalizar las últimas horas de la jornada con un agudo dolor de cabeza.

PREVENIR LOS GOLPES DE CALOR

El principal riesgo que deberíamos contemplar como un verdadero peligro es sin duda el golpe de calor, que todos los veranos acecha a cazadores poco prevenidos y que por desgracia acaba con la vida de algunos buenos perros cazadores cuyos dueños no han actuado de forma lógica en el cazadero abrasado por el sol y con temperaturas demasiado altas en muchas ocasiones. Para ello siga las siguientes recomendaciones:

  • Salir a cazar al amanecer o al atardecer. Evitar las horas de mayor temperatura, entre las 12:00 y las 18:00 h.

  • Bajar la intensidad de la actividad. Con el calor, el rendimiento físico disminuye, es más fácil deshidratarse y aparece el agotamiento. Por eso, es importante disminuir la marcha.

  • Hidratación previa, durante y posterior a la actividad cinegética. En verano hay que tomar más líquido, porque se pierde al transpirar. No se debe esperar a tener sed, eso significa que te estás deshidratando.

  • Por tanto, debe beberse a pequeños tragos y sin esperar a tener sed, ya que la deshidratación celular comienza antes de poder apreciar la sensación de sed.

  • Utilizar protección solar. Para evitar que se queme la piel se recomienda utilizar un factor de protección alto, si se tiene una piel clara o si todavía no se ha adquirido el moreno de piel.

  • Escuchar’ a nuestro cuerpo. Es decir, si percibimos que el calor es excesivo o cualquier otro tipo de molestia (dolor de cabeza, agotamiento, etcétera), debemos evitar la exposición al sol, beber agua rápidamente y alertar a los compañeros de la situación. Por tanto, se recomienda cazar siempre en compañía.

Y si nosotros guardamos estas y otras recomendaciones oportunas (cazar con sombrero, llevar ropa fresca, poco peso, utilizar protector solar, etc.), con nuestros perros hay que ser el doble de rigurosos.

RIESGOS PARA EL PERRO

Los perros de caza desarrollan un enorme trabajo de esfuerzo en muy duras condiciones, van cerca del suelo y perciben continuamente el calor que éste desprende, sus patas sufren mucho con el suelo duro y caliente, están mucho tiempo al sol, y reciben una gran cantidad de polvo en suspensión mientras van rastreando por bajo o alto, debiendo incrementar mucho sus respiración para refrescarse un poco.

Los perros bien entrenados y los más jóvenes tratarán de dar el máximo de sí mismos, llegando incluso a superar el límite de sus posibilidades, lo que puede conllevar serios problemas. En primer lugar se corre el riesgo de sufrir una deshidratación, para evitar que eso suceda estaremos pendientes de que beba agua cada cierto tiempo e incluso, si tenemos esa oportunidad, dejaremos que se bañe o lo mojaremos para refrescarlo.

Si vamos a trabajar con el perro durante varios días de calor intenso, convendrá prevenir la deshidratación, para lo cual existen dos remedios:

Bicarbonato sódico: sal que el animal pierde con el calor y que debe ser repuesta. Conviene suministrar al perro una cucharadita cada día (incluso algo más si el calor es extremo). Para dárselo lo más adecuado será incluirlo en la comida.

Electrolitos: también conviene añadir una cucharada en la dieta diaria durante ésta época. Los encontraremos en las tiendas especializadas para deportistas.

Otro problema típico de la caza en verano y asociado al calor es lo que comúnmente se conoce con el nombre de “Despeaduras”, es decir, las erosiones que se producen en las almohadillas plantares, debidas al desgaste excesivo y que pueden dejar inmovilizado al animal incluso durante semanas. Este problema suele venir motivado por la falta de entrenamiento, que hace que las almohadillas no estén lo suficientemente duras y gruesas para resistir varias jornadas de caza consecutivas; algo que se ve agravado con el hecho de que durante la media veda solemos cazar en terrenos secos en los que abunda el rastrojo.

Este problema es fácil de detectar desde su aparición, puesto que veremos como claramente el perro comienza a cojear o anda con mucha dificultad. En caso de que observe que esto sucede, deberá actuar con rapidez: lo primero es dar unos baños de agua fría con vinagre y sal, que sin duda aliviarán el dolor que estará padeciendo el animal. En caso de que el problema esté más avanzado y las almohadillas se encuentren levantadas, deberemos desinfectarlas con un antiséptico (Betadine) y mantener al animal en absoluto reposo durante unos días.

Deberemos conocer de antemano las características del terreno por el que vayamos a movernos; si éste es muy seco será necesario poner especial cuidado en la protección de las patas del animal, aplicando un buen protector para las almohadillas, zona que más sufre sobre todo en los primeros días de caza. Un buen remedio casero es el de untar estas almohadillas con alcohol yodado.

OJO A INSECTOS Y VÍBORAS

Al margen del calor, tenemos riesgos tales como las tabarreras, realmente peligrosas para cazadores y perros pues no las solemos ver, y al pasar junto a un cardo notamos cómo hay pegado un enjambre de avispas que sin pensarlo ni un segundo salen a defenderse. No debemos subestimar esto ya que treinta o cuarenta avispas detrás de nosotros es un peligro de cierta consideración, con nuestro perro pasa igual, si lo escuchamos chillar y revolcarse o correr, atentos porque puede haberle pasado esto.

En ocasiones nos podemos ver sorprendidos por la picadura de algún insecto o serpiente. Aunque no se trata de un problema serio, lo cierto es que si un animal es picado más de una vez, puede causar una reacción local de importante consideración y, en los casos más extremos, una enfermedad severa (shock) como resultado de una reacción anafiláctica o de las toxinas absorbidas.

Lo más recomendable es llevarnos al perro cuanto antes a un veterinario, quien podrá aplicar el tratamiento adecuado según sus sospechas y examinar con detenimiento la picadura.

Por desgracia, uno de los lugares más comunes donde se producen estas picaduras es la boca (por la costumbre de los perros a agarrar todos estos insectos). Cuando esto sucede, podemos tardar en percatarnos de la situación. Ponga especial cuidado siempre que su perro se muestre molesto, tratando de rascarse la boca con las patas o bien si babea copiosamente. Lo ideal es la aplicación inmediata de un antihistamínico, con el que conseguiremos aliviar notablemente la irritación e inflamación.

Así las cosas, no está de más cazar con polainas cuando vamos a estar repasando linderas y manchas de brozas o bordes de arroyos, mirar muy bien dónde nos sentamos si vamos a descansar en alguna sombra, y repasar los bordes de una charca o bebedero antes de dejar entrar al perro, pues con el calor muchos “bichos” buscan el frescor de las fuentes y charcas en verano.

EL CALOR Y LA MUNICIÓN

¿Cómo afectan las altas temperaturas a nuestra munición?, ¿qué precauciones hay que tener en cuenta?… son cuestiones que no todos los cazadores tenemos claras.

Las altas temperaturas no afectan de igual manera a todos los cartuchos; así lo que en condiciones normales de calor generen bajas presiones en la recámara o tengan tacos de calidad que amortigüen mejor el golpe de presión y la aceleración de la carga, se verán menos afectados.

En el caso de la cartuchería que está cargada con perdigones, el aumento de presión producido por las altas temperaturas siempre influye en el plomeo, puesto que afecta tanto a la velocidad como a la deformación de los proyectiles. Resulta por tanto sumamente peligroso y nada recomendable realizar pruebas de plomeo cuando la temperatura ambiental es superior a 40ºC Por supuesto, lo más importante será que intentemos por todos los medios evitar el aumento de temperatura de nuestros cartuchos…

La primera medida afecta al almacenamiento de los cartuchos, que deberá ser siempre en un lugar fresco y seco. Además y en cuanto a su transporte, muchos cazadores y tiradores de competición utilizan durante los meses de verano una de esas pequeñas neveras portátiles en las que guardan estos cartuchos. Estas neveras deberán mantener una temperatura aproximada de entre 20-25 grados.

Por supuesto, en las jornadas de caza en verano deberemos poner especial atención en no dejar los cartuchos expuestos al sol, ya sea directa o indirectamente. Muchos no se dan cuenta de esto y los dejan dentro del coche que con facilidad quedará aparcado al sol, sin darse cuenta de que allí la temperatura podrá alcanzar cotas muy altas, que sin duda afectarán al material.

También hay que tener precaución durante el trayecto, no cayendo en el error de dejar los cartuchos en el maletero, puesto que resulta mucho más adecuado guardarlos con nosotros y enchufar el aire acondicionado.

Tomando estas sencillas medidas preventivas, no debería ocurrir nada puesto que las temperaturas que alcanzamos en nuestro país no son tan excesivas como para correr riesgo de sobrepresión durante el ejercicio de la caza.

Publicado en: Caza, Consejos

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