PUESTA A PUNTO DEL ARMA PARA LA NUEVA TEMPORADA

Armas y municiones

Estamos ante el comienzo de una nueva y esperada temporada; es el momento para revisar, limpiar y poner a punto nuestras armas, asegurándonos de que se encuentran en perfecto estado para volver a utilizarlas.

El proceso de desmontaje, limpieza y montaje de un arma supone una serie de procedimientos que deberemos realizar con mucho cuidado y precaución, ya que sin duda corremos una serie de riesgos de los que debemos ser muy conscientes.

En este artículo comentamos paso a paso todo el proceso de desmontaje, limpieza y montaje del arma. Esperamos que todo lo comentado te sea de utilidad.

 

DESMONTAR LA ESCOPETA

Para los aficionados a la caza, las escopetas semiautomáticas suelen ser las que resultan más complicadas de desmontar si no se ha hecho nunca. Sin embargo, los expertos indican que basta con tener en cuenta una serie de recomendaciones sobre las partes a limpiar y los productos a utilizar.

Antes de nada conviene tener presente que siempre que se vaya a desmontar un arma, lo primero será disponer de un sitio adecuado para el desmontaje, que nos garantice máxima seguridad. En este sentido, resulta importante colocar una alfombra o tapete de limpieza de armas, para así poder apoyarla sobre una superficie acolchada y evitar que se raye.

Una vez cómodos y con una zona adecuada de desmontaje, procederemos con el meticuloso proceso de desmontar el arma.

Lo primero, más importante y absolutamente necesario es que nos aseguremos de que el arma está descargada. No vale con “creerlo”, hay que asegurarse de eso y no comenzar ningún trabajo hasta estar plenamente seguro.

Dicho esto, comenzaremos el desmontaje del arma por el guardamanos. Para desmontarlo hay que desenroscar el tapón y correr la pieza a lo largo del cañón, lo que permite también separar el cañón del resto del arma.

Otras partes del arma que hay que desmontar son el cerrojo y el grupo de disparo, que son partes con las que hay que tener mayor cuidado, ya que son más delicadas, pero igualmente se desmontan de forma sencilla. Basta con sacar el pasador, presionar botón de la leva y tirar del grupo de disparo.

 

LIMPIAR LA ESCOPETA

Una vez que se han desmontado las piezas y se han colocado sobre el tapete, procederemos a limpiarlas. Es muy importante que para la limpieza del arma utilicemos productos específicos que nos ofrezcan garantías. Se puede utilizar un pincel pequeño para eliminar la suciedad con el que llegar a todos los rincones, y desengrasar con un quita grasas específico para armas.

Para las superficies roscadas de la escopeta, cañón y chokes, cuyo acceso es más complicado, se puede emplear grasa blanca.

Para las piezas mecánicas se recomienda utilizar una cantidad abundante de aceite lubricante para armas, absolutamente necesario para evitar el óxido y la corrosión. Además este aceite lubricante garantizará la correcta lubricación de los mecanismos, imprescindible para su correcto funcionamiento al efectuar los disparos.

Otra parte fundamental es la limpieza de la toma de gases, que es una de las zonas donde se acumula más suciedad. Para ello, se recomienda el uso de un detergente especial, secar con un paño limpio y engrasar con aceite especial.

Por último, hay que limpiar el cañón por fuera, y también por dentro, para lo que se puede usar una baqueta, eso sí, acompañada de un limpiador específico para cañones y un aceite especial si queremos darle un acabado “profesional”.

Hay que señalar que el momento de limpieza de armas conlleva toda una serie de riesgos, y sin duda se producen numerosos accidentes; por lo que toda precaución es poca.

Revisa que no la hayas guardado cargada, siempre hay que comprobar que el arma con la que vamos a trabajar esté descargada.

Una vez que el arma esté limpia, asegúrate completamente de que no ha quedado ningún objeto que obstruya el cañón, ya que podría reventar y ocasionar también lesiones de diferente consideración.

 

VOLVER A MONTAR EL ARMA

Evidentemente, una vez que hemos limpiado y engrasado bien cada parte del arma, deberemos proceder a su montaje, poniendo especial cuidado en cada paso del proceso para garantizar que todo queda perfecto.

Un mal ajuste de las monturas o unas anillas sueltas puede generar problemas en la puntería, y sería el momento de proceder a la puesta a tiro.

 

PUESTA A TIRO DEL ARMA

Para realizar el proceso de puesta a tiro, se necesita que el visor esté colimado, es decir, que tenga su sistema óptico alineado con el cañón. Para esto, se emplea un colimador, que es una cámara que contiene una cuadrícula graduada, que sirve para hacer una primera aproximación del visor. También se puede emplear para cambiar los ajustes del visor cuando se cambie de peso o de marca de munición.

Para llevar a cabo esta alineación, hay que colocar el colimador sobre la boca de fuego frente al visor, para alinear las retículas de ambos aparatos, poner los aumentos del visor al máximo y actuando sobre las torretas, de forma que coincidan el centro del visor con el centro del colimador, superponiéndose las retículas de ambos.

De esta manera, se consigue que el visor, que normalmente llega desajustado de fábrica, apunte de forma muy aproximada al rifle, pero no quiere decir que con esto se consiga dar en el objetivo, ya que el proyectil está afectado por otros condicionantes como la rasante del calibre, la desviación del cañón, o la munición, que por su peso y por su diseño se desvía hacia arriba, hacia abajo, hacia la derecha o hacia la izquierda.

Al llevar a cabo el proceso anterior, se asegura que los primeros impactos entren dentro de un blanco no superior a una diana de un metro por un metro. Así, hay que colocar una diana de este tipo, mejor si es cuadriculada en centímetros, pulgadas o MOAs, a la distancia a la que se vaya a realizar el ajuste, efectuar un disparo de prueba y un segundo disparo de corroboración, y después medir la desviación al centro del blanco y corregirla con la escala de las torretas.

 

Un completo mantenimiento del arma implica su desmontaje, la limpieza de sus piezas y el engrase con productos específicos y por último el montaje cuidadoso el arma para su correcto funcionamiento y puesta a tiro.

Esta limpieza “profunda” antes del comienzo de la temporada no quita la necesidad de realizar limpiezas más “someras” que conviene realizar después de cada uso; de esta forma no sólo garantizaremos una mayor durabilidad del arma, sino (mucho más importante), que no se produzcan accidentes indeseados.

Con todo ello, se conseguirá conservar un arma en perfecto estado por más tiempo y, más importante, evitarás peligrosos accidentes.

Publicado en: Caza, Armas y municiones

New Account Register

¿Ya tienes una cuenta?
Log in instead Or Reiniciar contraseña