Las riendas permiten guiar al equino en la dirección correcta, teniendo en cuenta que la cabeza es la que controla los movimientos de las riendas del jinete, es importante saber colocarlas para poder cumplir con su función. De esta manera también nos aseguramos de que no ocurra ninguna lesión o daño ligero por mala colocación de las riendas.
Podrás lograrlo siguiendo estos simples pasos:
- Sujetar al caballo: se puede hacer atándolo a una base sólida como una columna o bien con ayuda de otra persona. Coloca las riendas en el cuello, le tomas la cabeza y colocas las bridas.
- Colocar la embocadura: este paso se realiza con especial cuidado, de esta manera evitamos que se lesione. Ten especial cuidado porque existe una pequeña tendencia a morder. También dispones de diferentes tipos de embocaduras, la embocadura Filetes que está dividido en dos piezas, siendo uno de los más sencillos. El Bocados que consta de una única pieza y es algo más agresivo para la boca, en este caso no se recomienda tirar muy fuerte de las riendas. Y por último está Pelham siendo una combinación de los dos anteriores, es poco precisa por lo tanto, deberá de ser utilizada sólo por expertos.
- Incluimos el frontal: se debe de hacer siempre por detrás de las orejas, teniendo especial cuidado, ya que son delicados en esta zona. Retiramos el pelo para que no quede enganchado y luego atamos las riendas.
- Ajustar el ahogadero: el último paso es asegurarse que en el cierre de la boca pueda entrar un dedo entre la correa y el caballo, así estaremos seguros de que no le haremos daño. En este punto, ajustamos el ahogadero y así evitamos que salga el cabezal. Para confirmar que está bien colocado, aconsejamos que entre una mano entre la correa y el caballo.
