COMPRAR UN CABALLO

Si estás valorando comprar un caballo debes saber que el otoño es, quizás, el mejor momento del año para hacerlo.

Tras la temporada estival, en la que el buen tiempo anima a que los aficionados se multipliquen en todos lados, incrementando así el coste de cualquier servicio y, por supuesto, el de los propios caballos; la llegada del frío hace que la actividad baje y, con ello, que los precios también se moderen (es una de las normas básicas del mercado: la ley de la oferta y la demanda).

Teniendo en cuenta esto, hemos creído interesante dedicar un artículo especial a darte los mejores consejos para que la compra de tu caballo te resulte más cómoda y fácil.

Esperamos que te resulte útil.

CRITEROS BÁSICOS DE ELECCIÓN

Resumimos a continuación los puntos básicos que deben tenerse en cuenta la hora de elegir un caballo:

– El Sexo: un caballo puede ser:

• Entero: recomendable si tu objetivo es la competición; pero si lo que deseas es hacer excursiones o simplemente pasear, debes tener en cuenta que este tipo de caballos suelen dar problemas, ya que en presencia de yeguas en celo pueden volverse peligrosos, o incluso pueden ponerse muy nerviosos cuando se juntan con otros machos, a los que puede llegar a agredir si se sienten amenazados.

Si te has decidido por un caballo entero, te recomendamos que le prepares un box apartado donde poder tenerlo sobre todo durante la época de celo de las yeguas, para evitar los más que posibles conflictos.

• Castrado: el caballo castrado pierde su combatibilidad (lo cual no significa que no valga para la competición), por lo que se hace especialmente válido para disfrutar con él de largos paseos.

Es un caballo ideal para los que se inician a la equitación.

• Yegua: no tiene nada que envidiar al macho, sólo deberemos tener cierta precaución en la época de celo. Hay que tener en cuenta que las yeguas pueden mostrar cierta irritabilidad durante los ciclos ováricos. Resulta obvio decir que puede ser una buena inversión si nuestro objetivo en el futuro es la cría.

– La Edad:

• El potro se vende siempre destetado, esto es, a partir de los seis meses de edad (aproximadamente). Sin lugar a dudas es cuando más económico resulta adquirir un caballo, pero si nos decidimos por un potro de tan poca edad hay que considerar su compra como una inversión, ya que no podrá ser utilizado (montado y domado) hasta los dos años.
• A partir de los 3 años: para muchos, esta es la edad idónea para adquirir un caballo. Y es que, a pesar de que un caballo joven no tiene el aspecto de uno maduro, podemos ir formándolo con los cuidados necesarios. A esta edad el caballo habrá sido desbravado (habrá recibido sus primeros entrenamientos), deberemos tener cuidado de que esta operación se haya realizado de la manera correcta ya que de otra forma puede ocurrir que el caballo se vuelva desobediente. Un caballo de esta edad no debe ser utilizado para la competición.
• A partir de 5 años: con esta edad el animal ha llegado a su madurez y su aspecto físico es el definitivo (sabemos que va a ser así para siempre). Es un ejemplar maduro y puede ser utilizado para la competición. Deberemos poner cuidado en la compra ya que a estas edades suelen venderse únicamente los caballos que no son buenos.
• A partir de los 13 años: es un caballo mayor, por lo que debemos tener mucha atención a sus enfermedades; sin embargo un caballo experimentado es el mejor acompañante de un jinete que carece de experiencia.

En estos años la gran mayoría de los caballos pierden todo su valor. En caso de tratarse de un ejemplar sano y de buen palmarés, puede ser una magnífica opción para un jinete principiante, ya que el animal sabrá comportarse correctamente en todo momento.

– Talla: no nos debemos dejar engañar, no por ser más alto el caballo es mejor, en realidad los caballos de poca estatura han demostrado ser más resistentes.

En relación a la talla, conviene conocer algunos datos:

• Los caballos de exterior miden alrededor de 1,60 m. a la cruz.
• Los caballos para la doma clásica o para el salto, son de mayor estatura.

– Modo de cría: un caballo que ha sido criado de forma rústica ofrece una mayor resistencia.

– Características morfológicas:

• Hombros oblicuos y línea horizontal: caballo de gran velocidad.
• Cruz más baja que la grupa: caballo con tendencia a tropezar.

LA RAZA

No cabe duda de que muchas razas son sumamente versátiles y generan ejemplares válidos para multitud de trabajos. A pesar de eso, no está de más que, si pretendemos comprar un caballo para dedicarlo a alguna actividad en particular, tengamos en cuenta la raza como una de las variables más importantes.

Teniendo esto en cuenta conviene saber lo siguiente sobre las principales razas:

• El P.R.E. y el Lusitano: caballos de gran elegancia que se dedican principalmente a los trabajos de Alta Escuela y doma clásica.
• El Pura Sangre Inglés: es ideal para la carrera y el salto, no tanto para el uso exterior. Exige de delicados cuidados.
• El Silla Francés: destaca en salto, doma clásica y para la realización de excursiones. Su temperamento equilibrado le hace ideal apra la gran mayoría de los jinetes.
• El Trotón: caballo rústico y franco, muy fácil de manejar y de gran resistencia.
• El P.R.á.: destaca sobre todo por su resistencia.
• Berberiscos: rústico y resistente, magnífico para la práctica del raid.
• Los Anglo-árabes: excelente para el concurso completo.
• Razas americanas (Quarter horse, Appaloosa, Palomino…): muy adecuadas para los trabajos de campo.
• Ponis y caballos de poca estatura: magníficos para los niños.

CONSEJOS PREVIOS

• Antes de elegir un caballo ten siempre presentes dos criterios fundamentales: cuáles son sus posibilidades y con qué fin has decidido realizar la compra.
• No compres el primer caballo que veas, pero tampoco te disperses viendo y analizando gran cantidad.
• Recurre a un veterinario para realizar un reconocimiento de compra, quien tras un completo examen clínico (en el que analizará el trote del caballo, su galope, pies…), realizará un dictamen adecuado.
• Regatea siempre el precio inicial, empezando por una cifra más baja de la que realmente tengas pensado gastar.
• No realices el pago del caballo de inmediato, es conveniente dar sólo una parte de lo pactado dejando el resto para después de haber comprobado que realmente el caballo cumple las expectativas.
• No te fíes del caballo excesivamente tranquilo (¿ha podido tomar algún relajante?) ni del que se muestre excesivamente nervioso (¿le han podido dar algún estimulante?).
• En relación con el punto anterior y para no llevarse sorpresas al día siguiente de la compra, trata de conseguir que el vendedor te conceda un periodo de prueba, si es así deberás tener sumo cuidado con el caballo durante esa época ya que cualquier accidente que sufra será bajo tu responsabilidad.
• Cuidado con las extremidades sucias, llenas de barro, pueden estar ocultando tendones rígidos.
• Observa al caballo atado.

DÓNDE COMPRAR

Lo primero a tener en cuenta a la hora de comprar un caballo es el lugar donde vamos a realizar dicha compra. Si no vamos al lugar adecuado, pueden llegar a vendernos un rocín como si fuera un pura sangre.

A continuación exponemos un listado con los sitios más adecuados para efectuar la compra de un caballo:

• Directamente a un criador: estas personas deben ser fieles a su reputación para favorecer su propia venta, así que la calidad del caballo la tenemos prácticamente asegurada.
• Clubs Hípicos: se trata de centros de reunión de numerosos aficionados, que establecen una relación con sus monitores, a quienes en numerosas ocasiones confían la venta de sus caballos.
• A un particular: preferiblemente que sea experto y que necesite deshacerse de su caballo por cualquier razón. No te dejes llevar por “falsas amistades”.
• Los concursos: lugares apropiados si lo que desea usted es un caballo de salto.
• Veterinarios: dado su oficio conviven a diario con numerosas personas de este círculo y cuentan con la ventaja de conocer al animal, de forma que pueden aconsejarte sobre su estado.
• Ferias: en estos lugares deberá tener mucho cuidado y no dejarse embaucar; te aconsejamos que si optas por esta opción, acudas acompañado de algún experto.

Dicho todo esto, conviene tener en cuenta que cualquier desplazamiento que tengamos que realizar (si compramos el caballo en un lugar alejado a donde nos encontremos), incrementará de manera notable el precio final del equino.

EL PRECIO

El precio mínimo que se establece para la compra de un caballo es el que corresponde al precio de su peso como carne. Ten en cuenta que un caballo de talla alrededor de 1,60 pesa aproximadamente 500 kg.

A partir de este es el precio mínimo existen una serie de variables que influyen en el precio final y que deberás tener en cuenta:

• Sexo:
  • Un caballo castrado tiene un precio superior, para costear la operación.
  • La yegua incrementa su precio si se considera válida para criar ejemplares valiosos.

• Edad:
  • Los potros destetados son los más económicos.
  • Un caballo de entre 5 y 10 años es más caro.
  • A partir de los 10 años de edad, el precio empieza a descender.

• Raza:
  • Un caballo indocumentado debe ser más barato.
  • Razas de gran valor son el caballo andaluz y sobre todo el árabe.

• Resultados obtenidos en competiciones: se incrementará el precio si el caballo ha sido ganador en diferentes competiciones.

DOCUMENTACIÓN

Cuando compremos un caballo deberemos asegurarnos de que tiene todos los papeles exigibles y que están en regla:

• Tarjeta de matriculación: se trata del título de propiedad del caballo. Debe ser modificado cuando el caballo cambia de propietario.
• Documento de acompañamiento: debe acompañar al caballo en todos sus desplazamientos y en él se debe contener:
  • Origen:

– Fecha y lugar de nacimiento.

– Nombre del propietario en el momento del nacimiento.

– Nombre de los padres, de los abuelos y de los bisabuelos.

• Datos individuales, escritos y gráficos: que identifican al caballo en el momento de la venta.
• Datos sanitarios y administrativos: visados, vacunaciones… Antes de comprar un caballo comprueba que los datos sanitarios corresponden a los del documento de acompañamiento.