De acuerdo al concepto, la herradura consiste en una tira de metal que ha sido doblado en forma de U, cuya finalidad principal es proteger los cascos del caballo del desgaste natural. El encargo de fabricar las herraduras es el herrero. Fue inventado alrededor del siglo IX, donde los romanos se ingeniaron un instrumento similar denominado hipposandal, siendo también de metal pero este era atado al caballo con cordones de cuero. La forma de la herradura varía de acuerdo al tipo de actividad que realice el equino, es decir, trabajo o equitación, así como también se valora el estado y la morfología de diferentes materiales adaptados a cada caso.
En el continente europeo llega la herradura a finales del siglo IX, pero solo se encontraba en tierras pesadas y húmedas. Cuando entramos en el siglo XX se empieza a tener al alcance herraduras ortopédicas fabricadas con aluminio y plástico, con amortiguadores de silicona.
Las herraduras tienen su importancia en la vida del caballo y son necesarias para evitar el desgaste prematuro de los cascos. También ejercen una función ortopédica para defectos en los aplomos, pies atrofiados o escarzados, pies planos, entre otros. Además ofrece tratar ciertas enfermedades, como es el caso de trastornos musculoesqueléticos, bursitis de codo, enfermedad navicular, abscesos. Por último, protege al caso del daño que puede producir rocas y piedras en el camino.
