EL SUDADERO

Material

A pesar de que la idea inicial por la que se desarrolló el sudadero fue la de otorgar mayor comodidad al caballo, lo cierto es que en nuestros días este elemento (ya básico) del equipo se utiliza principalmente por nuestra propia comodidad.

Cuando preparamos nuestro equipo de montar, a menudo pasamos por alto algunos detalles que, sin embargo, son de suma importancia y pueden marcar la diferencia a la hora de mejorar nuestro rendimiento sobre el caballo.

Uno de los grandes olvidados por muchos jinetes es el sudadero.

Un gran error, ya que el uso del sudadero cumple con funciones tan importantes como:

  • Reducir la fricción de la montura sobre el caballo
  • Repartir el peso de la silla sobre el dorso del caballo, de forma más equilibrada.
  • Absorber el sudor
  • Proteger la piel del animal.
  • Proteger el equipo, con un menor desgaste del mismo.
  • Aumentar el confort y la seguridad del jinete. Tanto es así que pueden llegar a influir directamente sobre nuestra técnica.

 Muy importante: el sudadero ayuda a disminuir y repartir la presión de la silla sobre el dorso del caballo, pero nunca debe usarse para atenuar el efecto de una silla que no se ajusta correctamente.

 

ELEGIR MAL

Si practicas equitación, probablemente hayas tenido alguna mala experiencia con los sudaderos. Es muy común, sobre todo en jinetes principiantes, pensar que cualquier mantilla es suficiente para cumplir sus funciones. Sin embargo, esto está muy lejos de la realidad.

Elegir un sudadero inadecuado o poco resistente es algo altamente contraproducente, y las consecuencias son muchas de gran importancia.

No es sólo el hecho de que un sudadero incorrecto acabará durando unos pocos meses y terminará rompiéndose, especialmente por la zona de la cincha y los bordes; lo cierto es que hay males mayores derivados del uso de un sudadero inadecuado:

  • El roce de un sudadero incorrecto, provocará rozaduras que pueden llegar a generar heridas en la cruz de nuestro caballo
  • Si el tejido del sudadero no es el adecuado podrá provocar erupciones causadas por reacciones alérgicas.
  • Si el sudadero no absorbe bien el sudor, o si la talla es inadecuada, puede incluso hacer peligrar nuestra integridad física, ya que el sudadero puede resbalar y deslizarse, llegando incluso a caer al suelo.

Por todo esto, es fundamental prestar mucha atención a la elección de este elemento y asegurarnos de que se adapta perfectamente a las características de nuestro animal, a la disciplina que practiquemos y a nuestra montura.

 

EL MATERIAL

Lo primero a tener en cuenta es el material con el que se ha fabricado el sudadero. Existen muchísimas opciones, desde los clásicos sudaderos de piel de cordero o fieltro, por lo general más duraderos, hasta modelos más actuales fabricados en tejidos sintéticos.

Éstos últimos tienen una ventaja principal: son muy fáciles de limpiar —pueden lavarse a máquina— y no es necesario hacerlo tan a menudo como con los modelos tradicionales de piel, que han de lavarse a mano y cepillarse cada poco tiempo.

Sea como fuere, hay muchos factores que influyen en esta decisión:

  • Si queremos priorizar la facilidad de mantenimiento, podemos elegir una mantilla de algodón hipoalergénico.
  • Si preferimos confort, es mejor que apostemos por el algodón natural por la comodidad que aporta.
  • Si montamos con mucha frecuencia o nuestro caballo suda demasiado, es preferible que escojamos una mantilla con nido de abeja para una mejor ventilación y secado.

Mención especial merecen los sudaderos de borreguillo; si el nuestro es de este material, debemos prestar atención a los nudos que se pueden formar al empaparse, ya que su roce con el caballo puede llegar a resultar muy dañino.

La variedad de materiales es amplísima: lana, neopreno, gel, espuma… Como hemos señalado, la elección de uno u otro depende de varios factores, entre los que se encuentra el gusto personal del jinete, la climatología, el tiempo de uso…

 

MANTENIMIENTO DEL SUDADERO

Sea cual sea la elección del material, lo más importante para asegurarnos de un correcto uso es mantenerlo siempre limpio y, a poder ser, utilizar uno distinto para cada caballo.

Los sudaderos se empapan muy fácilmente y, al secarse, dejan una capa de suciedad que queda en contacto con el cuerpo del animal. Es así como pueden llegar a producirse rozaduras, infecciones y enfermedades cutáneas que, de otra forma, no existirían.

Por este motivo, la recomendación básica del uso de un sudadero es clara: mantenerlo siempre en perfectas condiciones de limpieza.

 

EL CORTE Y EL DISEÑO

En este punto, es importante distinguir entre las mantas habituales (modelos muy sencillos de usar, que simplemente se doblan y se colocan sobre el caballo) y los llamados sudaderos ‘pad’. Éstos suelen ser mucho más gruesos, están compuestos por varias capas de tejido e incorporan relleno interno.

Su forma debe adaptarse a la forma de la silla de montar que usemos en cada caso, por lo que es fundamental tener en cuenta las dimensiones de ésta a la hora de elegir nuestro sudadero; por ejemplo, para las sillas de doma es preferible apostar por modelos de corte más recto. Sin embargo, si es completamente plano, la silla lo presionará y aplastará hasta causar dolor al animal. Para evitarlo, es fundamental que quede un poco elevado, sobre todo si nuestro caballo tiene la cruz muy prominente.

En cuanto al diseño, las marcas de equitación han ido fabricando en los últimos años sudaderos que conjugan a la perfección los conceptos de funcionalidad, seguridad y estética. Hoy en día existen multitud de diseños y colores, con la posibilidad incluso de personalizarlos con el nombre de nuestro caballo o con nuestras iniciales.

Pero éste no deja de ser un aspecto secundario. Lo importante es elegir un corte que se adapte bien a la modalidad de equitación que vayamos a practicar.

A priori, existen una serie de recomendaciones generales en función de los distintos tipos de monta:

  • Para cualquier ocasión. Los más versátiles son los de algodón, de forma sencilla o tipo chabraca. Este tejido se adapta a casi cualquier situación, por eso es uno de los más utilizados en la fabricación de sudaderos.
  • Para excursiones. Aunque, como es lógico, dependerá de la excursión y de las circunstancias en las que se desarrolle, lo generalmente recomendado para estas escapadas es elegir una mantilla con bolsillos que nos aporte funcionalidad.
  • Para doma. Como ya hemos dicho, apostar por sudaderos profundos y algo más rectos de lo habitual suele ser la mejor opción para esta modalidad. La idea es que se adapten al faldón largo de la silla de doma.
  • Para uso exterior. Suelen utilizarse modelos de estilo western o tejidos en algodón.

 

LA SUJECIÓN

Hay otro factor incluso más importante que el material o el diseño a la hora de elegir sudadero: el tipo de sujeción de éste a la silla de montar.

Se trata de un aspecto crucial porque, si la sujeción no es buena, se formarán arrugas, se desplazará constantemente e incluso puede llegar a caerse.

En relación con este punto, no podemos pasar por alto las dimensiones de nuestro caballo.

Elegir una talla adecuada es fundamental para asegurar el correcto ajuste del sudadero. En los modelos modernos, uno de los sistemas más empleados para garantizarlo son las correas de velcro, que se sujetan a la anilla de montura de tal forma que el sudadero quede fijo en la parte superior frontal.

La mayoría también incorpora pasacinchas para introducir por él los latiguillos de la montura e impedir que ésta se mueva, aunque hay muchas alternativas: cintas con hebillas, cintas que se cierran sobre sí mismas, bolsillos situados en la parte inferior del sudadero para introducir el faldón de la montura… Lo importante es elegir la opción que te resulte más efectiva y te aporte mayor seguridad.

A la hora de elegir su sudadero debes tener en cuenta que éste tiene que ser lo suficientemente grande como para que sobren alrededor de la montura unos 2-3 cm y debe quedar bien ajustado para no desplazarse hacia atrás a la hora de ser utilizado.

Es importante que encaje bien en el puente de la montura y no debe quedar tirante en la cruz porque esa es la principal causa de rozaduras. Ten en cuenta que antes de apretar la cincha, debes meter el sudadero en el puente de la montura. Resulta fundamental que quede plano y sin arrugas que puedan provocar molestias con el uso.

Te recomendamos que sigas estos pasos para la correcta colocación del sudadero:

1.- El bucle delantero se fijará en uno de los latiguillos de cinchar para que se mantenga en su sitio. 2.- La cincha puede pasar por el bucle inferior para una mayor seguridad.

3.- Empuja el sudadero hacia arriba y hacia el centro del arco superior que forma el borrén delantero, para evitar presiones sobre la cruz.

4.- El sudadero debe ser fijado a la silla antes de cinchar.

 

 OTRAS VENTAJAS DEL SUDADERO

Por si todo lo comentado no fuera suficiente, conviene tener en cuenta que el sudadero también sirve para resolver algunas eventualidades que pueden darse a la hora de elegir nuestra equipación de jinete.

Por ejemplo, si tenemos una silla demasiado ancha, colocar debajo un sudadero grueso es una opción ideal, especialmente en potros poco musculados o caballos con atrofia muscular. Así evitaremos el balanceo y podremos ir reduciendo poco a poco el grosor, a medida que el caballo vaya creciendo.

Si nuestra silla queda levantada por delante o por detrás, también podemos solucionarlo utilizando un sudadero. Para estos casos, los de estilo raqueta de tenis son la opción más adecuada.

Publicado en: Hípica, Material

New Account Register

¿Ya tienes una cuenta?
Log in instead Or Reiniciar contraseña