La artritis equina es una enfermedad degenerativa que afecta a las articulaciones, específicamente es la degeneración del cartílago articular. Provoca dolor en el caballo, inflamación de la zona, pérdida de la amortiguación, entre otros problemas.
Esta patología limita en cierto porcentaje el desempeño del caballo hacia el trabajo que realiza y es de vital importancia que sea tratado con inmediatez por un veterinario.
Tanto los suplementos como las vitaminas han demostrado que sí funcionan. Sin embargo, se debe tener en cuenta que se trata de complementos, necesarios pero no curativos. Un caballo con artritis debe tener un tratamiento antiartrítico recetado específicamente por un veterinario, que será complementado con los adecuados suplementos. Estos se componen especialmente por ácido hialurónico, condroitina y glucosamina. Se debe tener en cuenta que los efectos de los suplementos no están completamente estudiados a nivel científico, por lo tanto, su efectividad es relativa al desconocerse las dosis exactas de sus componentes.
También se puede incluir la glucosamina como suplemento en la alimentación del equino, sobre todo si este tiene un trabajo físicamente exigente. Este componente es una molécula que contribuye a la elasticidad, protegiendo los cartílagos, mejora la calidad del líquido sinovial, mejora la movilidad y reduce el dolor e inflamación articular.
Además de la glucosamina, se han podido realizar estudios sobre la efectividad de la condroitina y el colágeno, obteniendo resultados en tratamientos para la artritis en equinos y con tolerancia por parte de ellos.
