El cuidado de los cascos (II)

Cuidados del caballo

Si hay una zona del caballo que no debemos descuidar durante el otoño e invierno esos son, sin duda alguna, los cascos. Durante esta época el suelo suele presentar mucha más humedad y eso puede provocar el reblandecimiento de los cascos, con todos los posibles problemas que eso lleva aparejado.

El 80% de las consultas veterinarias que se realizan en el mundo equino están relacionadas con los cascos del caballo. Un dato que refleja claramente la tremenda importancia de un correcto cuidado de los cascos en la salud general del caballo.

Dado que los cascos del caballo, son una parte fundamental de ellos, debemos cuidarlos al máximo. Deben mantenerse limpios, engrasados, impermeabilizados y con un aporte de biotina constante. De esta forma conseguiremos un crecimiento óptimo. Además, no está de más que antes de que lleguen las temperaturas más bajas, hagamos una visita al herrador para que nos aconseje convenientemente. A continuación abordaremos las principales claves sobre el cuidado y limpieza de los cascos.

EL PIE DEL CABALLO

Los pies de los caballos tienen una estructura verdaderamente especializada, con un mecanismo evolucionado para satisfacer las altas exigencias de la vida del caballo salvaje. Los pies de los caballos salvajes tienen que ser lo suficientemente fuertes como para llevar su peso sobre todo tipo de terrenos, por tanto el casco debe ser capaz de crecer para reemplazar el material desgastado mientras al mismo tiempo debe conservar una forma particular que permita que toda la pata, que consiste en varias articulaciones, estructuras y ligamentos complejos y tendinosos, permanecer en equilibrio dinámico.

Este equilibrio no solo es importante para mantener un sistema músculo-esquelético sano sino que además desempeña un papel fundamental para facilitar el bombeo de la sangre de regreso al corazón. En definitiva los cascos y el funcionamiento de sus estructuras son un verdadero prodigio de la naturaleza.

El primer paso para garantizar un correcto estado de los cascos es conocer a fondo la estructura de esta zona. Principalmente podemos hablar de tres partes:

La Pared: es la zona exterior. Su crecimiento es hacia abajo desde la corona.

La Suela: parte ligeramente cóncava que cumple la misión de proteger el casco de lesiones. Debemos tener mucho cuidado con ella puesto que es muy delgada.

La Ranilla: mecanismo amortiguador y antideslizante que facilita que el casco se extienda y contraiga a cada paso. Resulta fundamental mantenerlo en todo momento limpio para evitar problemas en el casco.

Muchos se preguntarán por qué los caballos que viven en libertad no precisan de todo este tipo de cuidados y viven largos años sin problemas serios en sus cascos. El motivo es claro; el ser humano le pide al animal la realización de una serie de tareas que el caballo salvaje no tiene que realizar:

cargar con un jinete, saltar, galopar sobre asfalto, permanecer largas horas estabulado… todas estas actividades no son naturales y provocan una tensión antinatural en los pies y piernas del animal.

La córnea del casco no deja de crecer durante toda la vida del caballo (se calcula que aproximadamente un centímetro al mes de promedio), pero igualmente se va desgastando, sobre todo si el animal trabaja sobre una superficie dura. De ahí la necesidad de utilizar los herrajes, que servirán para evitar el excesivo desgaste del casco.

EL CUIDADO DE LOS CASCOS

El cuidado general del casco pasa por su limpieza, tarea a la que se le debe dar la máxima importancia. En la gran mayoría de los casos, la falta de limpieza, junto con la utilización de grasas inadecuadas y camas excesivamente húmedas, son los principales causantes de los serios problemas que todos conocemos en los cascos de nuestros animales.

Por eso es fundamental que la labor de limpieza se realice todos los días, eligiendo para ello como momento más adecuado justo antes de proceder a montar.

Los cascos deben ser limpiados por dos partes:

PARED:

Acabamos de comentar la importancia de hidratar la pared de los cascos,mojándolos durante varios minutos. Esto es muy importante sobre todo antes de proceder a su limpieza, ya que con el agua conseguiremos que la suciedad superficial se vaya aflojando.

Los pasos para la limpieza de la pared del casco serían:

– Mojamos la pared del casco durante unos minutos.

– Lavamos la pared con agua, jabón y un cepillo que nos permita eliminar la suciedad.

– En caso de que tenga costra o alguna suciedad difícil de eliminar, utilizaremos una navaja a modo derasqueta.
– Procederemos de nuevo a mojar las paredes, dejando que escurra el agua pero sin que llegue a secarse, de tal forma que quede opaco por la humedad, pero no brillante con la capa de agua superficial.

– Es entonces cuando deberemos aplicar la grasa, que quedará adherida a la pared del casco, impermeabilizándolo.

Así evitamos que se seque rápido (lo cual es muy importante sobre todo en los días de calor). De esta forma conseguiremos, además de un buen aspecto del casco, una buena funcionalidad.

RANILLAS:

Para la limpieza de las ranillas del casco, utilizaremos el denominado limpiacascos, de la siguiente manera:

Trataremos de eliminar la suciedad trabajando desde el talón hacia la lumbre; poniendo especial cuidado para no penetrar en las zonas blandas de la ranilla.

Cuidaremos especialmente el aseo de los surcos colaterales de la ranilla, ya que es el lugar preferido para las bacterias, piedras y cualquier elemento punzante.

A la hora de limpiar la ranura central, pondremos nuestra máxima atención en la búsqueda de cualquier señal de podredumbre.

Comprobaremos la no existencia de cortes ni grietas, así como el grado de sequedad del casco.

En caso de que detectemos mal olor, existirá una gran posibilidad de encontrarnos ante una infección. Si es así, procederemos a limpiar completamente el casco y aplicaremos agua oxigenada en las zonas afectadas. Esta operación la repetiremos al menos una vez al día (y por supuesto, consultaremos el tema con el veterinario o herrador).

Para terminar la limpieza, comprobaremos que la herradura se mantiene perfectamente colocada y pasaremos los dedos por los remaches para comprobar que se mantienen en su sitio.

Hay que tener en cuenta que si no realizamos la limpieza a diario, no podremos percibir la aparición de un problema hasta el momento en el que el caballo comience a cojear; lo que en ocasiones puede ser demasiado tarde.

Además de la limpieza de los cascos, deberemos poner especial cuidado en la limpieza del establo. Es fundamental que un animal estabulado disponga de una cama seca y limpia; no hay nada más destructivo para los cascos que el amoníaco de los desechos equinos y de la cama en descomposición.

Junto a esto, aparece como principal factor de riesgo los cambios del grado de humedad (mojado/seco) que normalmente producimos tras el entrenamiento con nuestro caballo. Debemos procurar que estos cambios sean los mínimos posibles y utilizar algún tipo de aplicación tópica que selle la cantidad correcta de humedad, al tiempo que permita el necesario paso de oxígeno.

LOS SUPLEMENTOS DE BIOTINA

Los suplementos de biotina están recomendados por los veterinarios para prevenir y recuperar cascos resecos, frágiles, agrietados o lesionados. Además promueven una pared del casco más gruesa y elástica que facilita el herrado y evita las habituales pérdidas de herraduras.

La biotina es una vitamina que interviene en la renovación de tejidos y en la síntesis de algunas proteínas como la queratina, principal proteína estructural de la epidermis, presente en la piel, el pelo y los cascos. Su suplementación mejora a largo plazo la calidad y la velocidad de crecimiento del casco, siempre y cuando se encuentre en una concentración óptima (20 mg/dosis) y que vaya asociada a otros nutrientes como zinc, cobre, metionina, cistina, lisina, etc., claves para la producción de queratina y colágeno. El calcio, fósforo y azufre son indispensables para mantener la integridad de la pared del casco. El Metilsulfonilmetano (MSM) es un analgésico y antiinflamatorio muy rico en azufre, mineral que interviene en la integridad del colágeno, cartílago, líquido articular, cascos y pelo.

HERRAR AL CABALLO

El herraje debe cuidarse minuciosamente. La herradura es como la “suela” que protege el casco del caballo; previene su desgaste excesivo y lo cuida del deterioro. Algo fundamental sobre todo cuando el hombre utiliza al caballo para la competición o para el trabajo. Hay quien afirma que el herraje no es necesario si los cascos son duros y tienen buena forma, con paredes fuertes y buenas ranillas; y si el animal firma fuerte y recto. En este sentido, hay que considerar que los terrenos que no son excesivamente duros, conllevan que el animal no precise de demasiada protección. Tanto el recorte de los cascos como el herraje deberán realizarse por el herrador con una periodicidad que dependerá directamente del nivel y tipo de trabajo realizado por el animal, junto con su rapidez de crecimiento. En principio podemos decir que ningún equino debería sobrepasar las ocho semanas sin herrar (como tiempo límite) y que el periodo aceptable de herraje es de las 4 a las 6 semanas. Debemos tener en cuenta que si dejamos pasar un excesivo periodo de tiempo sin recortar, el equilibrio del casco se altera de forma peligrosa, pudiendo llegar a provocar un daño permanente en la pata del animal. El crecimiento del casco, el desgaste de la herradura y su ajuste al casco son los factores principales a la hora de determinar cuándo un caballo debe volver a ser herrado.

Etiquetas : Cascos caballo, Herraje
Publicado en: Hípica, Cuidados del caballo

New Account Register

¿Ya tienes una cuenta?
Log in instead Or Reiniciar contraseña