El aceite, necesario para el caballo

Cuidados del caballo

Todos conocemos los beneficios del uso del aceite en nuestra propia alimentación: ayuda en el funcionamiento del estómago, mejora las funciones metabólicas, favorece la absorción del calcio, estimula el crecimiento óseo… ¿Qué ocurrirá entonces si lo añadimos a la dieta de nuestro caballo? Esta pregunta se la formularon hace ya algunos años varios estudiosos, que publicaron una serie de estudios acerca del tema. En todos ellos la conclusión era la misma: el caballo asimila el aceite mucho mejor que el ser humano y los beneficios que tiene sobre su salud son numerosos y muy importantes. A partir de aquí conviene saber que el aceite puede ser suministrado al animal con muy diferentes objetivos, si bien lo importante será tener claro cómo y cuándo hacerlo.

Beneficios del aceite en la salud del caballo

El aceite se ha añadido a la dieta del caballo desde hace ya algunos años, a lo largo de los cuales se ha demostrado que aporta una serie de beneficios importantes:

  • Aumento del peso: en caso de que el caballo esté por debajo de su peso y no podamos aumentar la ración diaria por temor a un cólico o laminitis, el aceite le ayudará a recuperarse, sin que sea necesario aumentar la ración de pienso.
    Y es que el aceite tiene el doble de calorías que los carbohidratos y proteínas.
    De hecho muchos cuidadores aportan a sus animales una ración extra de aceite cuando éste se encuentra recién esquilado en el invierno, para evitar una pérdida de peso por el frío.
    Ni que decir tiene que no deberá ser usado en caso de que el problema sea el contrario: que exista sobrepeso.
  • Incremento de la energía: el aceite es un gran estimulador de la energía, añadiéndolo a la ración habitual de alimento los resultados se notan en poco tiempo.
    El cuerpo del caballo es capaz de asimilar el aceite como fuente de energía, a lo que se suma el hecho de que el aceite tiene un nivel de energía muy alto (38 MJ/kg.).
    Además, el aceite disminuye la cantidad de energía que usa el caballo como fuente de calor, lo que significa que el équido dispondrá de una mayor cantidad de energía para el trabajo (pasará menos frío).
  • Alivio de determinadas afecciones: no queremos decir que con el suministro de aceite las afecciones se curen, pero sí está demostrado que ayudará a que el tratamiento veterinario dado consiga los mejores resultados.
  • Mejora en la calidad del pelo del animal: sin duda este es el uso más habitual del aceite, puesto que ayuda a combatir los efectos perjudiciales que afectan al pelo, como el sol y el viento.
  • Ayuda a las yeguas: en la producción de leche tras el parto, puesto que proporciona la energía necesaria para esta producción sin necesidad de aumentar la cantidad de pienso consumida.
    Ni que decir tiene que todos estos efectos positivos son transmitidos al potro; de hecho existen estudios que demuestran que los potros de yeguas que han recibido un suplemento de aceite ganan más peso en las primeras semanas de vida que las que no han contado con esta “ayuda”.
  • Contribuye al correcto crecimiento del potro: teniendo en cuenta que cuantas más calorías consume un potro, más rápido crece y que un crecimiento rápido está directamente relacionado con los problemas típicos del crecimiento.
  • Colabora en la absorción de vitaminas A, D , E , K y el Ácido linoleico.
  • Previene la aparición de cólicos: el uso del aceite permite disminuir la cantidad de pienso suministrada al caballo, por lo que la carga en intestino y colon es menor, lo que contribuye muy favorablemente en la prevención de los temidos cólicos.
    Ahora bien, todo en exceso suele ser perjudicial y el aceite no es una excepción. Deberemos tener muy en cuenta que el suministro prolongado de esta sustancia puede conllevar una serie de riesgos que son:
  • El sistema intestinal puede llegar a impregnarse y esto afectará a la posibilidad de absorción.
  • Sobrepeso: por eso nunca se suministrará aceite al caballo que esté por encima de su peso o que no realice trabajo alguno.

Cómo usarlo

Generalmente se dice que lo correcto es que el aceite sea añadido a la dieta del caballo durante al menos tres meses, tiempo necesario para que el metabolismo del animal se acostumbre a la sustancia y aprenda a utilizarla como fuente de energía.
Se puede suministrar un 20 por ciento o 450 mililitros diarios de la dieta total.
El principal problema lo encontraremos si el animal se cansa de tomar el aceite, puesto que muchos se aburren de su sabor y se niegan a seguir comiéndolo. Si esto ocurre antes de 3 meses, lo más seguro es que el suministro de aceite no haya servido de nada. En estos casos, pruebe a cambiar de tipo de aceite (siempre dentro de los antes marcados).
En caso de que el objetivo del suministro de aceite sea únicamente el de mejorar la calidad del pelo del animal, la cantidad deberá ser mucho menor: unos 50 mililitros al día, añadidos a su ración habitual, llegarán de sobra.

Qué aceite usar

Se preguntará ¿y qué aceite es bueno para mi caballo?, pues bien, el aceite de girasol y el de soja que usted puede adquirir en cualquier supermercado, han demostrado dar magníficos resultados en estos animales.
El aceite de soja es altamente energético, contiene 2,25 veces más energía que los carbohidratos o las proteínas .
Lo que está totalmente desaconsejado es el uso de aceites de origen animal o los que puedan resultar tóxicos o no estén tratados correctamente (el de linaza, por ejemplo).
En Estados Unidos es muy utilizado el aceite de maíz, por el que la gran mayoría de los caballos han mostrado predilección.

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