La postura correcta sobre el caballo

Consejos

Colocarnos correctamente sobre el caballo, es un aspecto fundamental para comunicarnos de forma eficiente con el animal y conseguir que obedezca nuestras órdenes. Por ello resulta muy interesante conocer como debe ser la manera correcta de montar sobre el caballo y adaptarnos a ella para encontrarnos cómodos montando.

Debemos ser consicentes de que mejorar la postura no tiene que ver con montar de forma má elegante o más vistosa, realmente lo que estamos haciendo es favorecer la comunicación con el caballo y asegurarnos de dominarlo y aseguar y asegurar nuestro equilibrio aún en las circunstancias más complicadas o en los movimientos más bruscos. A continuación abordamos las principales claves en este aspecto.

EL NECESARIO EQUILIBRIO

El jinete con equilibrio es aquel que dirige y supervisa la longitud del tranco, el tempo, el ritmo y la dirección. Para poder equilibrarse es necesario tener una posición a caballo correcta, estar sentado por igual sobre ambos isquiones, con el cuerpo centrado y firme en la zona abdominal y dorsal.

Para asegurarnos que el asiento está en la posición correcta, nos sentaremos cuadrados sobre tres puntos – un isquion a cada lado de la columna vertebral del caballo y la entrepierna justo detrás de la cruz.

Además de la correcta posición del asiento, las piernas y la parte superior del cuerpo deben estar en un equilibrio tal que si te quitaran el caballo de debajo, te caerías de pie. A continuación hablaremos más a fondo sobre las características que debe tener lo que denominaríamos como postura adecuada de un jinete.

El jinete que está seguro de su equilibrio ayuda al equilibrio del caballo y no le influye de forma negativa. Los buenos jinetes mantienen su posición y guardan el equilibrio incluso cuando los caballos intentan desequilibrarlo. Los caballos se equilibran con jinetes que mantienen el equilibrio.

VENTAJAS DE UNA POSTURA ADECUADA

Ni que decir tiene que una postura correcta sobre el caballo entraña una gran cantidad de beneficios, no sólo para el jinete sino también para el caballo. Destacamos los más importantes:

  • Minimiza el cansancio: efectivamente, si la postura sobre el caballo es la adecuada, no estaremos forzando ninguna parte de nuestro cuerpo, lo que ayudará a reducir el cansancio de montar.
  • Reduce las lesiones: una buena postura evita en gran medida la posibilidad de que se produzcan lesiones musculares.
  • Evita caídas innecesarias: los entendidos suelen establecer una diferencia entre caer y “ser arrojado”; es decir, no suelen culpar enteramente al caballo de todas las caídas. Aunque siempre debemos estar preparados para una posible caída, lo cierto es que éstas serán mucho menos frecuentes y de menores consecuencias si sabemos adoptar la postura correcta.
  • Ayudará a dominar mejor al caballo: si nuestra postura encima del animal es correcta y firme, le estaremos transmitiendo una seguridad que se verá reflejada en la respuesta dada por el caballo ante nuestros requerimientos.
  • Todo esto en relación al jinete, pero sin duda una postura correcta supone también grandes ventajas para el caballo:
  • Comodidad: un jinete firme y seguro resulta mucho más cómodo de llevar para el caballo que otro que se muestre inseguro y mantenga un movimiento constante sobre la silla.
  • Reducción de lesiones y heridas: los jinetes que se desplazan en la silla pueden provocar dolorosas heridas en el lomo del caballo y otras lesiones de tipo muscular.

LA POSTURA

La posición optima del jinete es relajada pero firme y sin ningún tipo de tensión, sin molestar al caballo. Cuando el jinete se encuentra relajado, ya no pelea subconscientemente contra el movimiento del caballo, ni se sujeta a las riendas o molesta al caballo.

No hay nada más importante sobre el caballo que ser capaces de transmitir al animal una total seguridad y confianza. Este objetivo sólo lo conseguiremos si sabemos cómo debemos sentarnos, siempre de forma firme, sea cual sea la orden que tengamos que transmitir al animal.

Los puntos que describen una correcta postura sobre el caballo son:

  • Utilizar la parte más cóncava de la silla: este es el lugar donde el jinete debe buscar acomodo.
  • Espalda recta (no confundir con rígida).
  • Los hombros: cuadrados y relajados, con nuestra cara bien alta, mirando por encima de las orejas hacia delante, nunca para abajo. Cierre los omóplatos, manténgalos cerrados. Mucha gente monta con sus omóplatos abiertos; entonces los hombros van hacia delante y es así como todo se pierde: los codos se separan y luego la parte superior del cuerpo pierde su línea perpendicular.
  • Cabeza recta. Mucha gente monta con el mentón próximo al tórax, como si no tuvieran cuello, mirando demasiado hacia abajo sin embargo la cabeza debe ir recta.
  • Piernas presionadas contra el flanco de la cabalgadura (desde el muslo hasta la pantorrilla). Las piernas deben ayudarle a afianzarse en las rodillas en caso de de experimentar un momentáneo desequilibrio.
  • La parte superior de las piernas (de la pantorrilla hasta el talón) estará inclinada hacia atrás: deberá estar cerca de los flancos, pero sin tocarlos. Esto es necesario para poder transmitir órdenes con los tacones.
  • En cuanto a los pies, es la yema inferior de la planta la que debe apoyar sobre el estribo.

No cabe duda de que se necesita experiencia y “temple” para mantener esta “postura perfecta” cuando el caballo comience a moverse, sin embargo es necesario que intentemos practicarla de tal manera que seamos capaces de recuperarla de manera “instintiva” cada vez que las circunstancias nos hagan perderla.

LA COLOCACIÓN DE MANOS Y BRAZOS

A pesar de que las manos pueden parecernos un elemento “superfluo” en el total de la postura del jinete sobre el caballo, lo cierto es que su colocación resulta de gran relevancia porque nos ayudan a estabilizarnos y a controlar al animal.

Debemos ser conscientes de que nuestras manos han de ser utilizadas para comunicar nuestros deseos al animal, no para sostenernos sobre la grupa: no recurra a las riendascuando crea que se balancea y puede caer.

De hecho el primer movimiento que realizamos una vez nos hemos colocado en la silla es el de asir las riendas… ¿sabemos cómo hacerlo correctamente?, si está usted empezando a montar a caballo, manejará una rienda sencilla que deberá agarrar de la siguiente forma:

  • En primer lugar pasar la rienda entre el dedo corazón y el meñique de cada mano.
  • En segundo lugar, pasar la rienda entre el dedo índice y el pulgar.
  • El dedo pulgar deberá mantenerse hacia arriba.
  • Intentaremos que en todo momento las muñecas estén “sueltas” y relajadas: esto es de vital importancia para que seamos capaces de sentir la boca del animal (algo que nunca conseguiremos si atenazamos rígidamente las riendas).
  • Cuando comience a utilizar una rienda doble, tenga en cuenta lo siguiente:
  • Deberá colocar la rienda inferior en la parte externa del dedo meñique.
  • Pase ambas riendas entre los dedos pulgar e índice.
  • Mantenga ambas manos bajas, frente al pomo de la silla.
  • Ponga atención en que las riendas se mantengan lo suficientemente tensas para que se mantenga el contacto con la boca del caballo.

En cuanto a los brazos, tanto si utiliza rienda sencilla como doble, deberá intentar que “cuelguen” sin presiones, con el codo justo al costado y no proyectado en forma de triángulo equilátero.

Dicho de otra forma, vistos de perfil debemos crear una línea recta desde el bocado hasta el codo, a través de las riendas y del antebrazo.

LA COLOCACIÓN DE PIERNAS Y PIES

Por último abordaremos algunas claves sobre la posición de piernas y pies.

Las piernas: es importante tener claro que con las piernas mandamos constantemente señales al caballo por lo que debemos ser muy conscientes de la importancia que éstas tienen. Para no confundirle deberán estar igual que los brazos, colgando con naturalidad, con presión sobre la montura, para que el caballo nos note, y sepa quien manda. Con nuestras caderas relajadas.

Deben estar colocadas de manera que, si el jinete estuviera de pie en el suelo, tendría los pies separados, las rodillas dobladas y la parte alta del cuerpo recta.

Los muslos deben estar sueltos, con la pantorrilla en el caballo. Nos estiraremos hacia abajo desde lacadera hacia la rodilla, luego relajamos las rodillas y colocamos las pantorrillas sobre el caballo. No intentaremos apretar, nos limitaremos a sentir el caballo con la pantorrilla.

Las rodillas deben posicionarse de forma natural, según la constitución del jinete, y lo mismo sirve para la punta del pie. Una persona que en el suelo su postura natural abre las rodillas y/o las puntas de los pies, abrirá las rodillas y/o las puntas de los pies cuando está montado a caballo. Nunca hay que apretarse al caballo con las rodillas, esto hace que la parte baja de nuestra pierna se adelante y nuestro cuerpo pierda el equilibrio desplazándose hacia atrás

Los pies: Si nos hemos sentado realmente bien, slospies estarán paralelos al caballo. los tobillos deben estar sueltos, y el peso debe fluir hacia abajo, hacia los talones.

Los pies irán colocados en los estribos pero debemos tener presente que no hay que meter todo el pie, solo la punta dejando el talón al descubierto y bajándolos en la medida de lo posible de tal forma que queden los talones más bajos que las puntas de los pies.

MONTAR CON RECTITUD

Si torcemos la cintura o la cadera en el asiento enviamos señales erróneas a nuestro caballo, para el caballo esto es fatal ya que en la pelvis es donde están situados los puntos de contacto más importantes entre jinete y caballo.

Si el jinete flexiona la cintura o la cadera no se transmiten correctamente las señales o las ayudas son erróneas, así que el caballo no entiende lo que le pide el jinete.

La pelvis es la base desde la que se construye el asiento del jinete. Si ésta está torcida se produce una reacción en cadena: las piernas estarán colocadas de forma desigual a los lados del caballo, el jinete se sentará de forma asimétrica provocando que el asiento sea inestable y perdiendo el equilibrio.

Además en numerosas ocasiones también los hombros y la cabeza del jinete irán torcidos, y de esta forma es imposible montar de manera fina.

Muchas veces una montura inadecuada es la responsable del problema. La silla es la pieza de conexión más importante entre jinete y caballo y puede torcer el asiento del jinete. Esto generalmente puede ser debido a dos motivos o bien la silla no es perpendicularmente simétrica porque los bastes no están rellenados de forma equilibrada, provocando que el jinete vaya sentado en un lado más bajo que en el otro.

El segundo motivo puede estar relacionado con el uso de sillas de segunda mano que tengan la estructura afectada debido a que el anterior dueño montara de forma torcida.

La solución pasa por llevar la montura regularmente al guarnicionero para revisarla y observar de forma regular las huellas de sudor por debajo de la misma. Si éstas son irregulares está claro que la silla no está colocada de forma equilibrada en el dorso del caballo.

También puede suceder que los estribos sean desiguales. Hay que tener en cuenta que el mismo agujero no necesariamente significa la misma longitud ya que si siempre subimos al caballo desde el mismo lado y no cambiamos nunca la correa el material acaba cediendo. Por ello es conveniente medir regularmente la longitud de las acciones con la silla puesta.

Publicado en: Hípica, Consejos

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