Caídas: Consejos de seguridad

Consejos

No importa si es tu primer día, si has estado montando toda tu vida, te vas a caer de tu caballo. Caer es parte de la equitación, y si saltas, corres o montas en un sendero, es aún más probable que caigas de vez en cuando.

Independientemente del tiempo que llevemos montando, lo cierto es que el riesgo de caída siempre está ahí. Por supuesto ningún jinete, por experimentado que este sea, está libre de sufrir una caída de su caballo por ello es fundamental tener algunos conceptos claros para que en caso de que esto suceda las consecuencias sean las menores posibles.

Además de tener claros algunos conceptos sobre cómo caer también es importante contar con el equipo de protección adecuado. En este artículo repasaremos las claves sobre estos dos aspectos y hablaremos más a fondo sobre las caídas.

ESTAR PREPARADOS

Lo cierto es que la seguridad en equitación va mucho más allá de ponerse un casco o un chaleco, hay quien sostiene incluso que la formación para aprender a caer del caballo debería formar parte del proceso de formación habitual de un jinete.

El primer paso para que la caída sea lo más segura posible es estar preparado para lo inevitable. Siempre existe un riesgo asociado al montar a caballo. La habilidad y la experiencia tienen sus beneficios, pero no siempre son suficientes para mantenerte seguro en la silla de montar. Antes de montar, asegúrate de seguir estos pasos para mantenerte seguro:

  • Has elegido un caballo que coincide con tu habilidad como jinete.

  • Siempre use casco homologado y chaleco protector.

  • Calzado adecuado para evitar que los pies resbalen en los estribos.

  • Procura no salir a montar sólo, siempre es más seguro ir acompañado. En la medida de lo posible evita también montar de noche si no hay visibilidad suficiente.

  • Lleva el teléfono móvil cargado y encima de tu cuerpo. Si por cualquier motivo al caer quedas distanciado de tu caballo o no puedes seguir será necesario pedir ayuda.

  • Entrena a tu caballo para permanecer de pie cuando caigas. Esto puede reducir el riesgo de ser pisado o arrastrado y evitarás también que el caballo escape si sufres una caída.

  • Realizar un curso de formación en caídas. Siempre es positiva la experiencia. También es muy importante el control que cada uno tiene ante su propio miedo. El miedo suele paralizarnos en una caída por lo que puede ser una buena idea realizar algún curso específico de caídas con el que mejorarás tus reflejos y adquieras las destrezas necesarias para afrontar una situación de este tipo. La mayoría de personas que pasa por un entrenamiento de este tipo asegura sentirse mucho más segura encima de su caballo.

EL EQUIPO DE SEGURIDAD

Debemos destacar que usar un equipo adecuado de seguridad puede ser la diferencia entre un simple susto y un accidente grave. Por ello siempre que montes a caballo te recomendamos que lo hagas previsto de:

Casco: a estas alturas, no deberíamos de hablar ya de la necesidad de usar el casco. De hecho su uso es simplemente obligatorio en todos los centros ecuestres. No sólo se trata de proteger la cabeza de un posible impacto tras una caída, sino que puede sernos de gran ayuda en cualquier paseo como protección ante ramas o troncos que no resulte posible sortear a tiempo…

Chaleco protector: Su uso no es obligatorio (aunque en muchos lugares se obliga a los niños que reciben clase a utilizarlo) sí es, por supuesto, muy recomendable. Con él protegeremos nuestro tronco en caso de caída, evitando así lesiones que pueden ser ciertamente graves.

Ropa: el vestuario del jinete debe ser siempre el adecuado puesto que, aunque no influya de manera directa a la hora de evitar un accidente, siempre puede minimizar sus consecuencias.

Así, evitaremos siempre montar con pantalones cortos o con ropa que nos quede demasiado holgada, lo que puede acabar provocando incómodas y dolorosas rozaduras.

Igualmente importante es que el calzado que llevemos sea el adecuado, puesto que unos zapatos abiertos o blandos no nos permitirán un correcto control del caballo en caso de que éste sea necesario.

RIESGOS A EVITAR

Aunque las consecuencias de una caída no se pueden conocer de antemano, debemos ser conscientes de que toda caída entraña dos graves peligros:

– Caer mal: está demostrado que la gran mayoría de las caídas graves se producen a aires lentos ¿por qué entonces revisten gravedad?, muy sencillo, la razón más común se encuentra en el hecho de que el jinete permanezca trabado con el caballo, lo que supone que “cae mal”.

– Ser alcanzado por el caballo: aunque normalmente el caballo hará todo lo posible por evitarlo, en ocasiones le resulta inevitable pisar al jinete. Otras veces, no somos pisados por nuestro caballo pero sí por el que viene detrás, que no dispone de tiempo de reacción.

Por eso resulta tan importante que si usted se cae, no se mueva del suelo, al hacerlo estará “despistando” al animal y aumentando notablemente la probabilidad de ser alcanzado.

CÓMO CAER

Si nuestra posición sobre el caballo es la adecuada y estamos concentrados en nuestra montura, podemos llegar a tener la absoluta certeza de que se va a producir una caída antes de que ésta se produzca.

Así, si nos encontramos ante una caída “inevitable”, conviene que tengamos bien claros los pasos que debemos dar:

1.- Soltar los estribos, dejando los pies sueltos. Esto es fundamental para evitar que los pies se queden atrapados, lo que podría suponer que, en caso de que el caballo siguiera galopando, nos arrastrara con él.

2.- Soltar las riendas. Igualmente importante por dos motivos: no provocar movimientos bruscos en el caballo y evitar que las manos se enreden.

3.- Inclinar el tronco hacia la cruz del caballo. Debemos intentar “normalizar” la bajada del caballo, intentando que sea lo más parecida posible a como la haríamos en caso de que se tratara de una situación normal. Inclinar el cuerpo nos permite el uso del cuerpo del caballo como resorte, dándonos empuje para que el jinete caiga de forma correcta.

Es importante intentar coger el suficiente impulso para caer lo más lejos posible del caballo y evitar así los más que posibles y dolorosos pisotones.

En caso de que caigamos hacia uno de los laterales del caballo, deberemos intentar hacerlo siempre de pie (aunque después y por pura inercia acabemos cayendo al suelo).

Si la caída se produce por encima de la cabeza del caballo (sin duda la caída más peligrosa), deberemos procurar agrupar el cuerpo para rodar lejos del ejemplar al caer. De esta forma reducimos la gravedad del primer impacto, provocando una caída más gradual.

Este tipo de caídas suelen producirse en la práctica del salto.

Como decíamos, no te vamos a pedir que practique las caídas…, pero tal vez sí que practiques la salida del caballo soltando los estribos y las riendas. Es importante que tengamos controladas las sensaciones que podemos experimentar y las posibles reacciones, al tiempo que esta práctica nos ayudará a determinar la cantidad de empuje que necesitamos para saltar del caballo.

Recuerda que ensayar caídas debe formar parte de la formación ecuestre del jinete, por eso no está de más que consultes con tu profesor.

TRAS LA CAÍDA

Caer del caballo supone, como mínimo, llevarnos un buen susto… pero es importante que sepamos reaccionar correctamente y no nos dejemos llevar por los nervios.

Una vez en el suelo, es el momento de evaluar la situación y hacer un primer análisis de “daños”.

A pesar del nerviosismo, deberemos intentar controlar nuestra respiración (que sin duda estará agitada por el estrés vivido), para lo cual deberemos inspirar u expirar profundamente con la boca abierta. De esta forma conseguiremos bajar el ritmo cardíaco.

Después procederemos a realizar movimientos lentos de cada zona de nuestro cuerpo, para intentar detectar alguna posible lesión.

Realizaremos la incorporación también de forma lenta, comprobando que no nos mareamos (por supuesto, siempre será mejor esperar a que alguien nos ayude a levantarnos, pero si esto no es posible, intentaremos mantener la sangre fría y ponernos en pie poco a poco)

Por supuesto, las cosas cambian mucho en función del lugar y condiciones en las que se produzca la caída.

Todo lo comentado resulta válido si nos encontramos en un lugar “seguro”, sin posibilidad de que otros caballos vayan a pasar por donde nos encontramos, pero si estamos paseando con más caballos, en una competición o en cualquier otro lugar donde al caer tengamos la mínima posibilidad de ser pisados por otro caballo o provocar otro accidente de más graves consecuencias, deberemos reaccionar de forma distinta y proceder cuanto antes a dejar libre el paso.

Una vez nos encontremos en un lugar más seguro, procederemos a realizar una evaluación de la situación.

De cualquiera manera, conviene que caminemos un poco antes de volver a montar en el caballo, para evitar que nuestros músculos se agarroten. Además es fundamental que no montemos si estamos aún muy nerviosos, puesto que el caballo notará ese estado de excitación y podemos provocar en el animal más nerviosismo y con ello, aumentaremos la probabilidad de una nueva caída.

Publicado en: Hípica, Consejos

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