Los orígenes del caballo

Caballos

A pesar de que no existe un total acuerdo sobre el origen de las diferentes razas equinas, sí encontramos unanimidad a la hora de señalar la fecha de nacimiento de este animal: en el Eoceno (aproximadamente sesenta millones de años atrás) y el nombre de su primer antecedente: el Eohippus. Se trataba de un mamífero de características peculiares: una pequeña cabeza, con ojos centrales y hocico escaso, dorso arqueado, cola larga y gruesa, patas cortas y con dedos que contaban con almohadillas (similares a las de los perros) para permitir el apoyo correcto en el suelo; tenían una dentadura con 44 dientes, apta para una alimentación formada por vegetales tiernos (hojas y cogollos).

Posteriormente el Eohippus evolucionaría hacia dos especies diferentes: el Orohippus y el Hepihippus, que contaban con unas dimensiones mayores.

Más adelante en la escala evolutiva encontramos al Mesohippus y al Miohippus, ejemplares cada vez más similares al caballo tal y como hoy lo conocemos: los ojos más laterales, hocico alargado, dorso recto…

Pero cuando realmente se produce un salto evolutivo es con el Meryckippus, donde la similitud es mayor, incluso en la dentadura. Este animal evolucionaría, hace unos veinte millones de años, hacia el Pliohippus, primer ejemplar en el que encontramos un sólo dedo.

Y de este último es del que desciende el Equus, en el cual todas las características responden a las del caballo actual. Este ejemplar se desarrolló en América del Norte, desde donde emigró a Asia, a Europa y por último a América del Sur; siendo África el único continente en el que nunca se han encontrado fósiles de Equus. Éste animal es el que dará lugar a la familia de los équidos, en donde podemos encontrar los siguientes ejemplares:

  1. El Equus Caballus Przewalshij, de Mongolia: considerado el generador de todos los caballos.
  2. El Equus Onager: de Asia.
  3. El Equus Emionus: de Asia Central; generador de los asnos domésticos.
  4. El Equus Zebrae: que derivó en las tres especies que actualmente conocemos de cebras.

La doma

El hombre no llegó a domesticar al caballo hasta que no fué capaz de vislumbrar una forma de atraparlo, superando su velocidad. Fue en la Edad de Bronce cuando esto sucedió y, según los documentos de los que se dispone, podemos afirmar que la primera razón de captura del caballo fue la de su enganche en carros.

Posteriormente se pasaría a la monta, de especial dificultad ya que para mantenerse en el lomo del animal el jinete sólo disponía de las crines para poder agarrarse.

El caballo apareció como un medio de transporte de gran importancia, gracias al cual se podían cubrir amplias distancias con una rapidez hasta entonces nunca vista. Después aparecerían otros fines, como su utilización durante la guerra y la posterior crianza para la reproducción.

Además, como dato curioso apuntar que fueron los chinos los primeros en conseguir domesticar al caballo, entendiendo por domesticar establecer una relación con el equino.

Publicado en: Hípica, Caballos

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