Medusas y buceo

Salud y seguridad

Sin duda las poblaciones de medusas en nuestros mares cada vez son mayores, existen varias teorías sobre las poblaciones de las medusas: una plantea que la acción del hombre ha influido en el aumento de la frecuencia con que se forman las colonias de medusas en todo el planeta. Se cree que existen áreas donde las medusas habitan nichos ecológicos donde habitaban con anterioridad otras criaturas ya desaparecidas producto de la pesca indiscriminada, pero no existen datos que prueben esta idea.

¿A qué se debe esta afluencia de medusas?, ¿por qué su población se ha incrementado tan exageradamente en los últimos años? , ¿qué debemos hacer si nos pican?… A todas estas y otras preguntas tratamos de dar respuesta en este nuevo artículo.

LAS MEDUSAS

Para muchos, la medusa es una de las criaturas más bellas que habita en los mares. Su cuerpo transparente (son transparentes porque su cuerpo está formado por un 95% de agua), simula una seta y toma con el agua diferentes tonos de rosa, violeta y azul.

De sus bordes, nacen multitud de tentáculos, largos y delgados, que crean trampas mortales para los peces, pues gracias a las células venenosas, inmovilizan a todo pequeño animal que las toque y, en los peces de mayor tamaño (entre los que sin duda nos encontramos los humanos), provoca un molesto escozor.

De la parte central de la medusa cuelga una especia de mango; en su extremo se encuentra la boca y el mango en sí constituye el esófago.

Aunque existan algunas medusas de agua dulce, son principalmente animales marinos. Las medusas se encuentran en todos los mares, pero con más abundancia en los mares cálidos.

Su tamaño es diverso: existen desde unas diminutas de un centímetro de diámetro, hasta las gigantes cuyo cuerpo mide de 2.5 metros y cuentan con unos tentáculos de 36 metros de longitud. Lo más corriente es que no superan el metro de diámetro.

El proceso de desarrollo de las medusas es muy complicado. Del huevo, sale un animal muy pequeño, una larva llamada plánula, que nada felizmente de un lado a otro. A los pocos días, la planula desciende al fondo del mar y se establece en una roca. Recibe entonces el nombre de pólipo, y tiene la forma de un sapo con la boca rodeada de tentáculos.

Más adelante, entre la boca y el pie, aparecen unas hendiduras que rodean al pólipo como si fueron anillos. Estos anillos, van cobrando profundidad hasta que el animal queda dividido en varias rodajas independientes, pero todavía unidos entre si. Las rodajas van adoptando el aspecto típico de sombrero de la medusa, al mismo tiempo que en los bordes aparecen las largas cintas de los tentáculos.

Al llegar a este punto, se separan y aparecen otras tantas medusas que flotan entre dos aguas y, con rítmicas contracciones, se desplazan de un lado a otro en busca de los peces que constituyen su alimento. Se propulsan gracias a

movimientos rítmicos de su umbrella, aunque se mueven principalmente arrastradas por las corrientes marinas.

Otro dato curioso es el hecho de que, al comer, las medusas van incrementando su tamaño, sin embargo si el alimento le escasea, pueden encogerse de nuevo. Habitualmente comen zooplancton y pequeños crustáceos, así como pequeños peces o incluso otras medusas.

Las medusas pertenecen al grupo de las Filum Cnidaria. Dentro de este grupo podemos diferenciar cuatro grandes grupos:

Hidrozoos: se incluyen los sifonóforos, pólipos y medusas. Presentan las fases de pólipo y medusa alternadas. Son de pequeño tamaño. Este tipo de medusa suele presentar grandes y abundantes células con veneno para su defensa que, en algunos casos pueden incluso resultar mortales para el ser humano, de hecho dos de las especies más conocidas son las carabelas Portuguesas, que pueden producir dolorosas quemaduras a bañistas e incluso un paro cardíaco.

Escifozoos: las verdaderas medusas: la medusa luna (muy frecuente en el Mediterráneo), el acalefo azul, la aguacuajada… son algunas de sus principales representantes. Algunas puede presentar luminiscencia, lo que les hace realmente espectaculares, sobre todo en inmersiones nocturnas.

Cubozoos: presentes en aguas tropicales o subtropicales. Su umbrela es en forma de cubo, con cuatro costados.

Pueden causar la muerte en seres humanos.

Antozoos: pólipos que no presentan el estadio medusa. Se incluyen corales, madréporas, actinias, anémonas de mar…

LA PICADURA DE MEDUSA

Por norma general, las picaduras de medusas no suelen ser graves, aunque siempre hay excepciones, de hecho hay ciertas picaduras de medusa que pueden incluso llegar a ser mortales.

A pesar de no revestir peligrosidad en la mayoría de los casos, lo cierto es que si hay algo que caracteriza a estas picaduras es la molestia y el ardor que presentan, en muchos casos realmente insoportable.

Para poder saber si nos ha picado una medusa, debemos conocer cuáles son los síntomas. Sin contar con que el paciente sea alérgico o tenga algún tipo de enfermedad que los haga variar, en principio los síntomas más comunes de las picaduras de medusas, son:

– Dolor.

– Ardor.

– Inflamación.

– Enrojecimiento.

– Sangrado.

En el momento en que notemos cualquiera de estos síntomas, es preciso que sepamos actuar correctamente.

Los primeros auxilios a realizar son:

Cuando una medusa nos ha picado, el dolor y picor es inmediato.

Lo primero que hay que hacer es limpiar la zona afectada por la picadura:

Nunca deberemos usar agua dulce, ya que podrá romper las células urticantes, sufriendo otra picadura.

Para limpiar la zona, el suero fisiológico es perfecto.

En caso de no haber, el agua salada también podrá ser una solución.

Durante 15 minutos aproximadamente, deberemos aplicar frío a la zona afectada, no aplicar el hielo directamente sobre la picadura, sino cubierto con algún paño o toalla.

Si hay algún resto de tentáculo adherido a nuestra piel, debemos quitarlo, pero nunca con las manos. Utilizaremos unas pinzas.

También se administrará un antihistamínico, para la reacción y un analgésico para el dolor.

En caso de que el dolor persista, continuaremos aplicando frío de la forma anteriormente indicada.

En mujeres embarazadas, se deberá prestar especial atención a la hora de administrar el antihistamínico.

Si el dolor es muy intenso o el estado de la víctima empeora, deberá acudir a un centro médico de inmediato.

A pesar del ardor, nunca hay que frotarse ni con toallas, ni con arena, ni con nada que pueda lastimarnos más.

ALGUNAS RECOMENDACIONES

Además de todo lo comentado, no está de más que tenga en cuenta las siguientes recomendaciones sobre las medusas:

Siempre que existan medusas cerca de la playa, no se recomienda el baño.

En caso de estar bañándose y apreciar la presencia de una medusa, nunca nos confiaremos, aunque la veamos lejos. Puede ser que por la acción de las olas, alguno de sus tentáculos se rompa y en este caso las células de los fragmentos flotantes continuarán activas, pudiendo provocar picaduras.

Nunca toque una medusa que encuentre en la arena, aunque ésta parezca muerta. Sus células urticantes se mantienen vivas durante algún tiempo.

En una playa en la que haya habido medusas puede resultar peligroso incluso pasear descalzos por la arena. Se calcula que es necesario un periodo de un día de sol para desactivar las células urticantes localizadas en los fragmentos de las medusas muertas.

Por último no está de más que comentemos el hecho de que muchas marcas de cosmética han sacado al mercado protectores solares que, además de la necesaria protección contra los efectos de los rayos ultravioletas, prometen protegernos contra las picaduras de medusas.

LAS MEDUDAS MÁS VENENOSAS

A continuación listamos las medusas más venenosas que podemos encontrarnos en nuestras inmersiones:

Medusa ortiga de mar: Habituales en ambas costas del norte de Ámerica, se agrupan formando grandes colonias. Son bastante grandes pudiendo alcanzar los 30 cm de largo y sus tentáculos pueden alcanzar los dos metros de longitud. La picadura de estas medusas es muy dolorosa pero no reviste mayor gravedad.

Medusa melena de león: Es la especie de medusa más grande que conocemos con una campana de unos dos metros y medio y tentáculos que pueden alcanzar los treinta metros.

Este tipo de medusa es una especie de agua fría y puede ser encontrada en el Atlántico norte, incluido el Reino Unido. También habitan en las aguas más frías de Australia. La pidadura de esta medusa si puede ser potencialmente más peligrosa por lo que hay que extremar las precauciones con ella.

Carabela portuguesa: Su nombre viene dado por la manera en que flota y se desplaza, simulando a los barcos navales del siglo XVII. Se encuentran en todos los océanos.

La toxina que la carabela portuguesa tiene es la más potente que llega a todo el litoral español, incluido los dos archipiélagos. Esto hace que la picadura sea más dolorosa y que deje cicatrices a largo plazo pero no es una medusa mortal. Aunque ha habido casos de mortalidad pero son anecdóticos.

Su picadura es muy frecuente y anualmente se dan gran número de casos, sus efectos pueden durar desde una hora hasta incluso varios días. En casos extremos los síntomas pueden agravarse considerablemente con un intenso dolor seguido de fiebre, shock, problemas cardiovasculares y disfunción pulmonar.

Medusa Irukandji: Esta diminuta medusa es muy tóxica. Midiendo solo 5 mm y con tentáculos de menos de 1 m, es uno de los miembros más pequeños de la familia de las cubomedusas. Sin embargo su veneno es tremendamente tóxico. Habita en la costa de Cairns, al noreste de Australia.

Medusa avispa de mar: Es la variedad de cubomedusa más venenosa y peligrosa del mundo y habita en Australia.

Publicado en: Buceo, Salud y seguridad

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