Buceo y otitis

Salud y seguridad

Las infecciones del oído externo constituyen del 25 al 50% de las infecciones del oído, con picos de proliferación en verano. El riesgo de contraerlas son aquellas personas con unas condiciones médicas que las predisponen, y los que practican deportes acuáticos.

En concreto la otitis externa aguda difusa, más conocida como oído de nadador u otitis externa es sin duda una de las patologías que más frecuentemente padecen todos aquellos que practican actividades acuáticas y en especial el buceo.

Sin embargo algunas personas tienden a desarrollar este tipo de infecciones de forma habitual mientras que otras nunca lo han sufrido. Cuando el oído permanece húmedo tras la inmersión, esta humedad, sumada al calor corporal puede generar un ambiente propicio para el desarrollo de estas infecciones.

Una patología que a pesar de que en ciertas ocasiones es infravalorada es bastante molesta debido al dolor que ocasiona. Además si no se trata correctamente puede producir complicaciones adicionales que pueden llegar incluso a dejar secuelas importantes.

Por ello es importante reconocer rápidamente los síntomas, para evitar futuros contratiempos mayores, a continuación repasaremos todas las claves sobre este tema.

LA OTITIS

Con este término se conoce cualquier inflamación del oído medio que produce dolores y merma de audición.

El contacto continuo con el agua afecta al epitelio del conducto auditivo externo, favoreciendo las infecciones por hongos y bacterias que provocan dolor de oído, inflamación del conducto auditivo externo e incluso supuración.

El síntoma más característico es un fuerte dolor de oídos que empeora cuando se toca o mueve el lóbulo o cualquier otra parte externa de la oreja. A veces hay picor en el canal auditivo antes de que empiece el dolor. También puede haber una supuración de pus amarillo-verdoso en el orificio. La capacidad auditiva del oído afectado puede disminuir si el pus o la hinchazón en el canal auditivo comienzan a impedir el paso del sonido hacia el interior. La otitis externa puede incluso ir acompañada de fiebre ligera.

Para evitarlo se recomienda secar el conducto externo apenas finalice la inmersión, puesto que la humedad es la principal causa de la dolencia.

En caso de otitis, es necesario consultar rápidamente a un médico y dejar de bucear temporalmente, pues existe serio peligro de rotura del tímpano por imposibilidad de compensación.

FACTORES DE RIESGO

Después de una exposición prolongada a agua potencialmente infecciosa, o al agua rica en plancton, los buceadores tienen un riesgo cinco veces mayor de desarrollar una infección del oído externo que aquellos que no nadan ni bucean.

Existen factores externos y factores personales. Los factores externos son: la hidratación (exposición frecuente al agua, sudor excesivo, elevada humedad); agua contaminada por bacterias; temperatura elevada y humedad; eliminación mecánica / traumática de la cera del oído (por ejemplo, el uso de bastoncillos de algodón) y la presencia de cuerpos extraños en el conducto auditivo externo.

Los factores sistémicos localizados son: dermatitis causada por una reacción alérgica o irritante; psoriasis, dermatitis seborreica, acné, lupus eritematoso, diabetes mellitus, y la inmunodeficiencia.

SÍNTOMAS DE PROBLEMAS EN EL OÍDO

Los síntomas mas comunes de problemas en el oído (disfunción otológica) son la sensación de tener el “oído lleno” o dolor, zumbidos, la pérdida de audición y los vértigos.

“OÍDO LLENO” O DOLOR: la sensación de “oído lleno” o de “oído taponado” ocurre por la oclusión del canal auditivo externo, o por una diferencia de presión existente entre el oído medio y la presión ambiente.

Algunas personas se refieren a este problema explicando que “después de la inmersión sienten el oído como si estuviese lleno de agua”. Cuando esta diferencia de presión aumenta, se desencadena proporcionalmente la sensación de dolor.

ZUMBIDOS: consisten en la audición espontánea y permanente de un ruido que no existe, como si este ruido se formase en el interior del oído. Normalmente se relaciona con una lesión del oído interno.

PÉRDIDA DE AUDICIÓN: las pérdidas de audición se clasifican en tres tipos:

Las pérdidas de transmisión son el resultado de un mal funcionamiento del cualquier componente del sistema de conducción del sonido, por lo que se incluye el oído externo y/o el oído medio. Es el típico problema encontrado, por ejemplo, cuando existe una ruptura timpánica, una otitis, etc.

Las pérdidas neurosensoriales son consecuencia de un mal funcionamiento del oído interno, del nervio auditivo, o de una lesión cerebral en los centros de audición. Es lo que ocurre como consecuencia de un barotraumatismo con ruptura de la ventana redonda y pérdida de perilinfa, o en un accidente de descompresión en el que se formen burbujas de gas tanto a nivel del oído interno como del cerebro, o también por una lesión coclear consecuencia de un ruido excesivo.

Las pérdidas de tipo mixto resultan de un mal funcionamiento del oído medio e interno, y pueden ser ocasionadas por un barotraumatismo.

VÉRTIGOS: es la sensación de que todo a gira a nuestro alrededor, pero puede también ser sentida como si fuésemos nosotros mismos los que damos vueltas a gran velocidad. Es consecuencia de un estímulo desigual en el sistema vestibular. Los vértigos pueden ir acompañados de vómitos, zumbidos o pérdida de audición.

En los buceadores los vértigos pueden ser originados por varias causas: accidentes descompresivos,

hipoxia, hipercapnia, hiperventilación, narcosis, aire contaminado, diferencias de temperatura, o presión, entre los dos oídos, por dificultades de compensar el oído medio, e incluso por resaca, consecuencia de una ingesta previa de alcohol.

CONSEJOS PRÁCTICOS PARA PREVENIR LA OTITIS

La prevención es la mejor manera de abordar el problema, ya que el desarrollo de una infección del oído externo durante unas vacaciones o crucero de buceo significa ¡olvidarse de bucear!

Algunos consejos prácticos que ayudarán a prevenir esta patología:

  • Deberemos tener especial precaución y acudir al otorrino si tenemos tendencia a continuos resfriados, a alergias, exceso de cerumen, constantes dolores de oído, molestias cuando viajamos en avión, dificultad al respirar por la nariz… en general cualquier síntoma que tenga que ver con los oídos deberá ser consultado con el especialista antes de lanzarnos a bucear sin más.

  • Al finalizar la inmersión, deberemos secar bien el oído, evitando humedades.

  • Ante un dolor de oídos de más de 24h de evolución consultar siempre al médico.

  • No realizar ningún tipo de limpieza del oído con elementos penetrantes. Solo utilizar agua jabonosa, agua oxigenada o soluciones específicas.

  • No utilizar bastoncillos o cualquier otro elemento para manipular el oído.

  • Existen distintos tipos de otitis y cada una se trata de distinta forma, por tanto siempre debemos consultar con un especialista.

  • Ante un diagnóstico de otitis externa y mientras dure el tratamiento, existe un período variable de 7-10 días durante el cual no podremos mojar el oído afectado.

  • La protección se debe realizar con tapones de goma o silicona preformados (no utlizar tapones de espuma o silicona moldeables).

  • Una muy buena opción, más cara pero efectiva, son los tapones de silicona hechos a medida.

  • El alcohol boricado actúa como un astringente de humedad. Utilizarlo después de una actividad acuática. Secar primero el oído y después colocar tres gotas en cada oído. Dejar actuar cinco minutos en cada oído, no menos. No sirve para infecciones o tratar patologías, solo absorbe restos de humedad del conducto auditivo externo.

  • Ante la duda de perforacióntimánica y/o infección no utilizar ningún tipo de gotas y consultar al médico.

  • No es imprescindible utilizar tapones para nadar, hay personas que nunca desarrollarán una otitis a pesar del contínuo contacto con el agua.

  • Ante picor + secreción persistente sospechar micosis (hongos) consultar con el médico.

  • No debemos automedicarnos ni poner ningún tipo de gotas sin prescripción médica. Siempre consultar al médico y si es posible mejor especialista otorrino.

¿CÓMO SE CURA?

En el caso de una infección bacteriana simple del oído externo, sin complicaciones, tales como fiebre o infección de los tejidos circundantes, es suficiente con un tratamiento localizado con antibióticos y esteroides. Los antibióticos más eficaces son la fluoroquinolona (ciprofloxacina, ofloxacina …).

En el caso de otitis fúngica, es necesario el uso de gotas anti-hongos, y enjuagar el oído con una solución acidificante. Si la infección se ha diseminado a los tejidos circundantes, es recomendable medicar con fluoroquinolona oral y antifúngicos.

¿CÓMO SE USA UNA SOLUCIÓN ÓTICA?

Por último le ofrecemos algunos consejos para aplicar una solución ótica:

  • Inclinar la cabeza hacia un lado para llenar cuidadosamente el canal auditivo externo con la solución.

  • Dejar actuar la solución en el canal durante cinco minutos de reloj.

  • Inclinar la cabeza hacia el otro lado para dejar que la solución se escurra.

  • Repite el procedimiento en el otro oído.

Publicado en: Buceo, Salud y seguridad

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