RIESGOS DE LA HIPERVENTILACIÓN

Salud y seguridad

La hiperventilación es la técnica que ayuda al buceador a aumentar el ritmo respiratorio por encima de lo normal.

Controvertida por los riesgos que conlleva, sus detractores alertan del peligro que puede suponer realizarla.

Sin embargo, los defensores de esta técnica argumentan que ofrece la posibilidad de mejorar las condiciones físicas para la práctica de esta actividad. Intentaremos en este blog conocer esta técnica para intentar realizarla de la forma más segura posible, teniendo en cuenta que puede ser peligrosa y conllevar riesgos.

 

TÉCNICA DE HIPERVENTILACIÓN

Para realizar la hiperventilación es necesario respirar con una frecuencia más alta de lo normal en un corto período de tiempo, aumentando de forma voluntaria los litros de aire respirados en una unidad de tiempo. La eficacia de la misma radica en la frecuencia y la duración de las respiraciones, más que en el volumen de aire introducido en los pulmones en cada respiración.

Si queremos llevar a cabo esta técnica debemos fijarnos, en primer lugar, en la posición que vamos a adoptar. Tenemos que estar cómodos, inmovilizados, con un relajamiento muscular total y concentrados mentalmente.

Suele recomendarse el estar tumbado boca abajo, con los brazos abiertos, flexionados hacia delante y con las manos extendidas.

La respiración se realizará por la boca, aspirando el aire como a través de un tubo. Al espirar, es necesario llenar la boca de aire, de tal manera que se infles las mejillas. Las aspiraciones tienen que ser amplias, pero no profundas del todo. Se considera óptimo un ritmo de 20 inspiraciones y espiraciones por minuto, si bien esto puede variar en función de la persona. Siempre es necesario tener en cuenta las posibilidades y necesidades de cada uno.

Una vez que el proceso termina, es recomendable hacer un par de aspiraciones con total profundidad. Así, limpiaremos los pulmones del aire viciado que pueda contener y haremos llegar el aire a la parte baja del pulmón. Para hacerlo dilatamos al máximo la parte baja de la caja torácica, como si quisiéramos hincharnos.

Al terminar podremos realizar la inmersión, pero sin hinchar los pulmones completamente. La duración normal de la técnica son dos minutos. Algunas personas afirman que un minuto de hiperventilación equivale a dos de apnea.

 

LOS EFECTOS DE LA HIPERVENTILACIÓN EN NUESTRO ORGANISMO

La hiperventilación afecta a la respiración, una función involuntaria del organismo que podemos modificar si lo consideramos. Al hiperventilar estamos tomando más oxígeno (O2) del que demanda el organismo y expulsando más dióxido de carbono (CO2).

El descenso de C02 puede provocar:

  • Reducción de ritmo respiratorio. Esto provoca una dificultad para respirar conocida como falsa apnea. El cuerpo intenta de esta forma alcanzar los niveles de CO2 óptimos en sangre.
  • Cambio de PH en la sangre. Esto puede dar como resultado que la sangre se vuelva alcalina. Así, los vasos sanguíneos (concretamente los que llevan sangre al cerebro) se pueden estrechar con consecuencias nefastas o la hemoglobina puede sufrir cambios fatales (a más alcalinidad más pegajosidad de la misma, siendo incapaz de repartir el O2 de forma correcta en los músculos.

Las consecuencias pueden ser:

  1. Falta de riego sanguíneo en el cerebro que puede producir visión borrosa, falta de aliento, mareos, vértigo, confusión o irrealidad.
  2. Falta de oxígeno necesario en los tejidos, provocando manos frías y húmedas, rigidez muscular, hormigueo en las extremidades, etc.
  3. Dificultad respiratoria y opresión en el pecho.

 

LOS RIESGOS DE LA HIPERVENTILACIÓN

Los riesgos de la hiperventilación son:

  • Desajuste entre O2 y CO2: puede provocar que el apneista necesite oxígeno sin darse cuenta de lo que está ocurriendo, ya que el organismo que debería advertirle funciona con retraso. Así, la persona consume las reservas de oxígeno y no recibe señales de alerta hasta entrar en un avanzado estado de Hipoxia. Este estado hará que no pueda reaccionar debido al estado de semi-inconsciencia, encontrándose muy lastrado mientras cae al fondo del mar con la boca y laringe en relajación, provocando así el ahogo. Por esta razón se aconseja el lastrado positivo entre 0 y 7 m, de forma que en caso de accidente el índice de flotabilidad positiva del traje haga de flotador, llevando a la persona a la superficie.
  • Inmersión con pulmones llenos de aire tras la hiperventilación: si los pulmones quedan llenos de aire puede producirse en su interior un exceso de presión, al tiempo que el diafragma queda sometido a una sobre-distensión que le perjudica enormemente. El resultado puede ser un aumento de la producción de CO2, algo nada recomendable.
  • Inmersión sin hiperventilación previa: si no se realiza una hiperventilación previa no se dispondrá de suficiente reserva de oxígeno ni se habrá eliminado el CO2 convenientemente y, en caso de prolongar la apnea un poco más de lo conveniente, se corre el riesgo de descenso de la presión parcial del O2 y de aumento del CO2, produciendo la situación inversa a la descrita en el primero de estos casos. Tendremos un exceso de CO2, pudiendo presentarse el síncope por Hipercapnia.

 

La Hiperventilación es una técnica válida tanto en cuanto la persona que la realiza es totalmente conocedora de la técnica y consciente de las posibles consecuencias, de tal forma que no llevará a su cuerpo a los límites de sus posibilidades. Debemos conocer nuestras limitaciones.

Publicado en: Buceo, Salud y seguridad

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